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En A Coruña, el 23 de junio el sol se pone a eso de las 22:18h y vuelve a salir a las 06:55h. Unas ocho horas y media de oscuridad que los coruñeses se empeñan en espantar con cientos de hogueras en las que asan sardinas, queman deseos y purifican su suerte para todo el resto del año. También las saltan y hasta hay valientes que se bañan en el mar. Aquí, un pequeño manual para aquellos que se atrevan a vivir la coruñesa noche de San Juan.
Sabes que se acerca San Juan en A Coruña cuando, un día cualquiera, comienzas a cruzarte a chavales carretando maderas de todo tipo y condición que, la tarde del 23 de junio, víspera de San Juan, desfilarán hacia playas y plazas apiladas en carros de la compra y cualquier otro imaginativo medio de transporte. Y nadie levanta una ceja porque se acerca San Juan, una de las celebraciones con mayor tradición y encanto en la ciudad, declaradas por cierto de Interés Turístico Nacional e Internacional.
Las fiestas sacan a todo coruñés que se precie a la calle, sin importar edad ni condición, ya sea a la churrascada del bar de abajo, a tomarse un helado por el paseo Marítimo, a ver los fuegos artificiales o a aprovechar el ambiente de fiesta callejera en los barrios más animados de la ciudad.
En una fiesta tan popular es difícil no descubrir recunchos mágicos en calles y plazas que montan verbenas populares con música, sardinas, churrasco y pan de millo (maíz). Y más un año como este, en el que las mareas vivas obligarán a desalojar las playas a partir de las 3 de la mañana. Una zona animada suele ser la calle Emilia Pardo Bazán, cerca de la plaza de Vigo. Entre los locales 'Tío Xan' y 'Casa Ponte', a partir de las 19.30h, sacarán las brasas afuera para que todo aquel que quiera se tome sus sardinas y su churrasco al son de música en directo. Este año, montan dos escenarios, por los que pasarán Los Limones, Smoke y los Sexy Killers, y los locales participantes han preparado hasta 11 pinchos distintos de parrilla que entregan gratis con la consumición. Atravesando la ciudad, la zona vieja o la Plaza de España, plagadas de bares y restaurantes, son también puntos neurálgicos para vivir la noche de hogueras coruñesas. Si el paseo lleva hasta allá, merecerá la pena pasarse por la calle de San Juan, una de las más animadas de la ciudad, que cada año hace honor a su nombre programando música y actividades.
Impresiona acercarse a las playas y ver cómo la gente y el fuego hacen desaparecer la arena. Hay familias previsoras que montan temprano su parrilla en Riazor para ver arder en primera fila y a la medianoche en punto la falla del Ayuntamiento, que es la primera hoguera en prender. Después, llegan los fuegos artificiales sobre el mar y los conciertos en la explanada de Riazor, este año encabezados por Muchachito Bombo Infierno, Tregua, Yul y Mar de Fondo.
Puedes ver las hogueras desde arriba, el Paseo Marítimo que rodea la ciudad ofrece inmejorables vistas que inmortalizar. Pero, igual que no deberías irte de A Coruña sin haberte peleado con una sardina en un cacho de pan, piensa en bajarte a la playa y acercarte a alguna de las hogueras a charlar y, una vez animado, saltar. No (todas) son tan grandes como parecen desde arriba y, aunque no tengas una propia no sufras: nadie será tan desalmado como para interponerse entre tú y los nueve saltos de rigor que espantarán a las meigas. Ni tampoco evitar que lances al fuego tu deseo escrito en un trozo de papel. Eso sí, este año, las mareas vivas no van a dejarte cumplir otra de las tradiciones: saltar nueve olas de espaldas al mar, que se dice y se comenta elimina energías negativas y, ojo, aumenta la fertilidad. Otro año será.
En todo caso, tienes playas donde elegir: desde Riazor más familiar, al Orzán más bullicioso o la playa de Matadero, justo a continuación, desde donde además se lanzan al cielo a medianoche deseos dentro de farolillos de papel. A las faldas de la Torre de Hércules, enfrente de la antigua cárcel, también puedes encontrarte animación en la pequeña playa de Las Lapas y puede que alguna que otra reunión clandestina entre rocas y arena en las calas que se desperdigan a continuación. Tanto si tocas arena como si no, no te dejes el civismo arriba, especialmente en este San Juan, en el que el mar se comerá los arenales a eso de las 4 de la mañana con lo que los servicios de limpieza tendrán poco margen para trabajar.
Es cierto que la noche de San Juan es mágica, que propicia encuentros extraños y fortuitos y que logra que la noche más corta del año parezca interminable. Si aguantas, puedes ver salir el sol sentado en una roca (este año lo de la arena está complicado) o irte a tomar un café con churros a algún bar. Si por un casual acabas tu aventura en una casa coruñesa, completa el círculo lavándote la cara con las hierbas de San Juan, un brebaje purificador de varias hierbas y agua de siete fuentes, que maceraban lentamente bajo el feitizo de la luna mientras tú recorrías la ciudad.
Sea como fuere, si amaneces el día 24 oliendo a humo de pies a cabeza, ¡felicidades! Has vivido tu primer San Juan.