Qué ver y qué comer en Saldaña (Palencia)

Saldaña, un lugar donde aún disfrutas de la Edad Media sin multitudes

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Actualizado: 03/11/2025

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Saldaña es un hallazgo. Quizá su mérito sea que no está entre los primeros destinos de Castilla y León y por eso es un placer perderse por sus calles medievales y bucear en su historia. Fue declarado el pueblo más bonito de esa comunidad en 2020. Pero es mucho más, entre otras cosas donde murió la gran reina-emperatriz Urraca de León (la Temeraria) y en sus entornos, los rastros de villas romanas como La Olmeda son un lujo para cualquier escapada.

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Qué ver en Saldaña

1. Las ruinas del castillo de Saldaña

Pocas veces unos restos tan humildes tuvieron una historia tan hermosa. Sobre esta cima que domina los campos castellanos, ya construyeron romanos y visigodos. Pero fue el gran militar de Córdoba, Almanzor, quien lo destruyó en 995. Los reyes de León lo levantaron allá por el siglo XI y aquí murió -un 8 de marzo de 1126, hoy día de la mujer- la reina-emperatriz Urraca, también conocida como la Temeraria. Falleció durante el parto de su quinto vástago, hijo de su amante Pedro González de Lara. Dejó a Alfonso VII un reino de León unido. Proscrita durante mucho tiempo, hoy la historia de León no se entiende sin esta notable mujer.

Restos del castillo de Saldaña, todo un símbolo.

2. Plaza Mayor de Saldaña

En su plaza medieval cuentan que se celebró la primera corrida de toros en España, dos años después de la muerte de doña Urraca. Al menos esta es la primera corrida de toros documentada. Tuvo lugar como uno de los festejos de la boda de Alfonso VII, el hijo de la Temeraria. En la actualidad pasear por la plaza, comer o tomar el aperitivo en alguno de sus bares con terraza, es el perfecto descanso para luego emprender los paseos hacía el Carrión o el castillo.

Las terrazas de la Plaza Mayor de Saldaña.

3. Lunas de otoño

Las afueras de Saldaña y el entorno de La Olmeda, con los chopos y campos de girasoles, producen momentos como éste. Captado entre Saldaña y Carrión de los Condes, una de esas lunas de otoño donde una puede imaginar que entre la arboleda aparecen Almanzor o Doña Urraca.

Y salió la luna.

4. Escultura del mirador de La Morterona

Inaugurada en julio de 2025, el lugar, apreciado por los saldañeses por sus vistas sobre la vega del Carrión, está junto a un yacimiento arqueológico de los siglos II y III (no se ve). La obra, según las notas de prensa del momento, “está inspirada en una de las joyas de la orfebrería celta más destacadas de España, un caballo Thieldón realizado en oro, que se encuentra en el Museo Arqueológico de Palencia, pero procede de Saldaña”. El autor es Ricardo Olmeda, arquitecto nacido en la villa.

Escultura del mirador de La Morterona, inaugurada en julio de 2025.

La vega del río Carrión desde el mirador.

5. La Vega del Carrión y el Parque Javier Cortes

Es imposible pasear por Saldaña y su historia sin entender que todo se lo debe al río Carrión, este afluente del Pisuerga al que el pueblo debe la vida, porque sin sus aguas ninguna de las tribus que lo han habitado hubieran parado aquí. Ni los vacceos (500 años antes de Cristo) ni los romanos y los poderosos Beni Gómez, además de los reyes de León que lo situaron en un punto estratégico. Si dejas atrás la villa medieval y bajas hacia el puente viejo, las orillas del Carrión están cubiertas con paseos y un parque grande y bien cuidado, que permite admirar las aguas -abundantes incluso en verano- de un caudal que arranca en la Laguna de Fuentes Carrionas, en la cordillera Cantábrica y desemboca en el Pisuerga.

El Parque Javier Cortes se encuentra en la margen derecha del río Carrión.

6. Casa solariega del Marqués de la Valdivia

Sorprende el detalle de la Casa solariega del Marqués de la Valdivia, restaurada hasta el siglo XVIII y ejemplo del estilo renacentista castellano según los expertos. Es el resultado de unir dos casas anteriores, pero lo que más llama la atención -especialmente a los niños- es la garra de un oso que se puede observar en una de las vigas. Cuentan las leyendas que la garra es de un animal muerto por los ancestros del Marqués de Valdavia.

Casa solariega del Marqués de la Valdavia.

Detalle de la casa solariega del marqués de la Valdivia.

Uno de los detalle de la casa.

7. Escultura de Javier Cortés Álvarez de Miranda

Merece la pena pasear por la plaza donde se halla la estatua a Javier Cortés Alvarez de Miranda, el alma mater de La Olmeda, la villa romana descubierta en una de sus tierras. El museo de la villa está en Saldaña y el respeto de sus habitantes por la figura de Cortés es bastante unánime. La visita al museo, para completar a la de La Olmeda, es interesante.

La estatua de Javier Cortes.

Dónde comer en Saldaña

El tejado torcido desde hace siglos, motivo que cuentan los habitantes del pueblo da nombre al restaurante de 'La Casa torcida'. El ladrillo arábe, la viguería de madera vista y la mampostería y la teja árabe son propias de este pueblo de traza medieval restaurada. Junto con las casas como la del Marqués de Valdavia, dan la pauta de la zona. La 'Casa Torcida' es el restaurante más conocido de la zona. Hay que reservar. El lechazo suele estar estupendo y arrastran buena reputación desde hace décadas. También es el que necesita un desembolso más notable. El lugar, en el corazón del pueblo, y el edificio (con algunas mesas en la puerta) le acompañan bien.

La Casa Torcida -por su tejado y en la esquina- es el restaurante más conocido de la zona.

Lechal al horno de 'La Casa Torcida'.

Garbanzos en 'La Brasa'.

Hay otros sitios más económicos y con menú del día también recomendables, como 'La Brasa' y 'Casa Carmelo'. 'La Brasa' está hacía las afueras del pueblo. De todas formas, este es un territorio en donde es difícil comer mal, sobre todo si optas por los platos de cuchara.

Dónde comprar en Saldaña

Óscar y Lucía apostaron por Saldaña y el negocio familiar, abierto ya en 1991. 'Manjares Saldaña' es esa tienda de productos locales o de cercanía que uno quisiera tener en cada uno de los pueblos o villas que visita, porque hacen que puedas regresar a casa con cosas diferentes. Ya sea una buena cecina, unos vinos o bodega nueva para descubrir y unos quesos con los que paladear ese buen vino.