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¿Ves esa foto típica de Asturias con un pueblecito en la falda de una montaña que acaba junto al mar? Pues es Lastres, una villa marinera recoleta, llena de cuestas y de gran belleza. Este pueblo ganó celebridad hace unos años por ser el lugar de rodaje de la serie de televisión Doctor Mateo y, además, recibió en 2010 el título de Pueblo Ejemplar de Asturias, concedido por la Fundación Princesa de Asturias.
La foto en cuestión se saca en el Mirador de San Roque, enclave inevitable, como también el puerto, en el que puedes aprovechar para probar algún pescado fresco del lugar. Aunque el paseo por la localidad es empinado, se disfruta con calma por las vistas y por las calles de piedra que encontrarás en el casco histórico, especialmente la Calle Real y la Torre del Reloj. Puestos a ascender, llega hasta el faro. Ah, cuando pasees por el barrio de los Balleneros, recuerda que se llama así porque durante años los pescadores de esta localidad se dedicaron a tamaña tarea.
Destino turístico por excelencia de Asturias, en verano se pone hasta la bandera pero donde te puedes perder por aldeas y por sus más de treinta playas colindantes. Los Bufones de Arenillas y Santiuste están declarados Monumento Nacional, así como las playas de Gulpiyuri y Cobijero. La Senda Costera entre Bustio y Guadamía, o la Ruta de los Colores del Valle Oscuru son dos de los muchos recorridos de naturaleza para pasar un día de fábula.
El casco antiguo de Llanes está declarado Conjunto Histórico-Artístico. Puedes recorrer las murallas y el Torreón del siglo XIII; o los palacios de Posada Herrera, del Duque de Estrada y de Gastañaga. Y, por supuesto, el puerto, con Los Cubos de la Memoria, del artista vasco Agustín Ibarrola, desafiando al mar.
Un pueblo pequeñito del concejo de Cabranes con apenas cien habitantes, pero con abundantes hórreos y un conjunto de arquitectura rural sorprendente. Torazo posee una armonía especial en sus calles y edificios, al igual que las vistas que ofrece a los Picos de Europa. Está incluida como una de las localidades destacadas de la Asociación Los Pueblos Más Bonitos de España. En junio celebran el Festival de la Borona, un pan de harina de maíz -preñao de embutido normalmente- típico de la región. En lo más alto del pueblo encontrarás la Iglesia de San Martín el Real.
Bienvenido a la paz que solo puede proporcionar la naturaleza aislada, donde la roca y los animales son reyes; y aquí, especialmente, el agua, que explica buena parte de la historia del lugar. Taramundi es famosa por su uso del hierro, que hoy se traduce en su famosa cuchillería. Paseando por el pueblo puedes ver la Rectoral y el Castro; y en las afueras, O Mazonovo, el mayor museo de molinos de España -diecinueve en total-. Una experiencia sobre cómo usar el agua para generar energía, de la cual también es ejemplo la aldea de Os Teixois.
El Museo Etnográfico de Esquíos te permitirá conocer cómo era la vida rural de la zona antes de los teléfonos móviles, los portátiles y la televisión en streaming. No te puedes marchar sin visitar la aldea de As Veigas, minúscula, situada al final de un valle y en la que te podrás perder del mundo. Un conjunto de edificios hermosos, que parecen olvidados de la mano moderna del hombre.
En el concejo de El Franco y con apenas veinte habitantes, Viavélez es la villa pescadora donde nació la escritora Corín Tellado. A tan ilustre marchamo, añade un puerto encantador junto a la desembocadura del río Vio y un paseo rural con mirador y arquitectura marinera tradicional. La localidad fue próspera antaño por su ocupación ballenera y astillera, que hoy homenajea la escultura Litoral, de Ernesto Knorr. Y, si quieres echar a andar, tienes la senda que une Viavélez con Porcía, una de las mejores playas del occidente donde, además, podrás comer estupendamente en su chiringuito ‘Menos Mal’.
Sin salir del occidente de la región, tu siguiente parada puede ser Puerto Vega, otro pueblo marinero -en cuesta- lleno, en este caso, de establecimientos hosteleros en los que empujarte buen pescado y marisco del Cantábrico. Situado en el concejo de Navia, aquí murió Gaspar Melchor de Jovellanos en una de las muchas casonas que podrás contemplar por sus calles. Cuenta con una fortificación de 1776 y con una flota pesquera que mantiene artes tradicionales, cuyas capturas se subastan en la rula. Si quieres saber más, lo mejor es que te acerques hasta el Centro de Interpretación Historias del Mar, o que preguntes a cualquier paisano o paisana.
Vamos ahora hasta el concejo de Santa Eulalia de Oscos, o la comarca Oscos-Eo, catalogada como Reserva Mundial de la Biosfera. Aquí la naturaleza se vuelve majestuosa. El denominado Pueblín de Ferreira -y su área recreativa- tiene un lugar del que no te querrás marchar, con el río Agueira para darte un baño o para realizar paseos en canoa. Dispones, además, de cinco rutas señalizadas por la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias, además de las casas y edificaciones antiguas que aún se conservan. Puedes continuar visitando las tres localidades que conforman Los Oscos: Santa Eulalia, San Martín y Villanueva.
Se trata de otra de las localidades inevitables en Asturias y uno de sus puestos pesqueros tradicionalmente más importantes. Tienes siete puentes para cruzar el río Negro, decenas de locales de hostelería y, por supuesto, embarcaciones que contemplar. Subiendo el pueblo, el barrio de El Cambaral preserva los orígenes Luarca, con calles estrechas y antiguas que te conducirán hasta el espectacular cementerio, con unas vistas impresionantes. También verás la Mesa de Mareantes y Navegantes, con un azulejo de cerámica que narra la historia épica de sus marineros, y la Ermita de la Blanca. Para remate, haz una foto en el mirador de El Chano.
En Luarca nació el Premio Nobel de Medicina Severo Ochoa, del que puedes visitar la casa natal y la exposición permanente dedicada en la Oficina de Turismo, entre otros emplazamientos relacionados con su vida. Y si quieres ir a la playa, tienes varias alrededor donde elegir, pero puedes empezar por la de Cueva.
Uno de esos sitios que no te esperas encontrar. Situado en el concejo de Somiedo, La Peral es una aldea que parece haberse anclado en el pasado. Es la mejor forma de conocer lo que era una braña, es decir, un enclave donde vivían los vaqueiros con sus animales durante todo el año, a excepción del invierno, cuando se trasladaban a puntos más bajos y menos fríos. Podrás ver las construcciones típicas y subir hasta el Mirador del Príncipe, con unas vistas de quitar el hipo y desde el que podrás enfilar varias sendas de montaña.
Las casas colgantes más famosas de Asturias. Este pueblo marinero, declarado Conjunto Histórico Artístico, tiene un dialecto propio, el pixueto, nombre que también reciben sus oriundos. Suele estar hasta arriba en verano, pero el resto del año se visita con la calma que merece, pues, como buen pueblo costero, obliga a pasear en pendiente, entre fachadas de colores.
En El Pito verás casas indianas; y junto al faro, unas vistas de postal. No te marches de Cudillero sin visitar el Palacio Selgas y la Capilla del Humilladero. Aquí también se cuenta un pasado vaqueiro, que puedes conocer haciendo la Ruta de las Brañas Vaqueiras. Y si quieres un mar que no te quepa en los ojos, llega hasta el Cabo Vidio.
Tres palabras que reúnen la historia de Asturias y su paisaje: el Santuario de Covadonga, los Lagos y el Parque Nacional de los Picos de Europa. El Puente Romano, su icono principal, muestra orgullosa la Cruz de la Victoria. La Capilla de Santa Cruz lleva a gala ser el templo cristiano más antiguo de España, mientras que la iglesia de la localidad tiene un campanario en tres alturas que obliga a forzar las cervicales. Hay palacios y casonas para echar horas de paseo y, en general, una colección de museos y lugares que merecerían un artículo por sí solos.
En Cangas de Onís se celebra el famoso Descenso del Sella, fiesta deportiva y juvenil. Aquí también podrás degustar el queso gamonéu, considerado por muchos el mejor de la región y cuya historia guarda una épica formidable. En la página web del ayuntamiento podrás descargar una guía de rutas de montaña seleccionadas según el nivel de dificultad.
Situada en el concejo de Proaza -con apenas medio centenar de viviendas-, esta pequeña aldea medieval situada en la ribera del río Trubia cuenta con una colección de pequeños barrios catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC). En Bandujo descubrirás una torre medieval del siglo XIV, abundantes hórreos y paneras, y el cercano acceso a la Senda del Oso, una de las más conocidas y transitadas de la región, que pide a gritos que la hagas en bicicleta.
Si estás en el concejo de Villaviciosa, será el primer lugar al que te recomendarán ir a comer. La localidad se ha convertido en una calle de chigres donde no hay -casi- posibilidad de error gracias a la calidad de sus platos marineros. Sin embargo, Tazones también es un pueblo para callejear. Cuentan que fue el primer puerto donde hizo escala el emperador Carlos V en su primer viaje a España, en 1517. Sus dos barrios, San Miguel y San Roque, están declarados Conjunto Histórico-Artístico; y de entre todos sus edificios, fíjate en la Casa de las Conchas.
En el concejo de Coaña, Ortiguera ofrece un precioso paseo que acaba en los dos faros del Cabo San Agustín, el antiguo y el moderno, con una panorámica del Cantábrico de las que reposan el ánimo. Está trufada de casas de indianos, entre las que destaca la Quinta Jardón. El puerto del Ribeiro es espectacular también, como las casas desparramadas por sus laderas que desafían la gravedad.
Acabamos con el Pueblo Ejemplar de Asturias 2020, en el concejo de Pravia. Una belleza que resume el pasado indiano de Asturias con numerosas quintas ajardinadas. En El Noceo podrás ver mobiliario de la época. En La Casona, un panteón modernista. Y así irás encadenando una casona con otra, cada una con su singularidad, entre jardines que hacen de Somado un enorme vergel. Bueno, y comer queso Afuega’l pitu en una de las queserías más señeras de la región: ‘La Peñona’ (Somado, 148).