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Decenas de miles de años separan a las pinturas rupestres de los grafitis murales que pueblan nuestras ciudades. Sin embargo, para el histórico director Carlos Saura hay una conexión entre ambas expresiones artísticas. El resultado de esa teoría y sus localizaciones se pueden ver en cines en el original documental Las paredes hablan.
Con el objetivo de acercarnos al origen del arte y su influencia en la actualidad, Saura -que falleció este 10 de febrero a los 91 años de edad- nos lleva de paseo por España para relacionar lugares y artistas, de ayer y de hoy. Una ruta que pasa en sus escenarios por las cuevas prehistóricas de Cantabria y Asturias, los yacimientos en Burgos y Salamanca, y acaba en los murales de Barcelona, Madrid o Valladolid.
El Arte Paleolítico es la base de Las paredes hablan, que busca abordar su importancia histórica y artística desde otro punto de vista. Y en España tenemos la suerte de tener en casa algunas de las regiones y lugares más relevantes del mundo para ver en vivo esas primeras pinturas, relieves o grabados.
Carlos Saura y el equipo de la película quisieron rodar in situ en esos espacios privilegiados, que en el norte se materializan sobre todo en cuevas. La productora María del Puy Alvarado, de Malvalanda, explica que “no es fácil entrar, en muchos casos hay que pasar por un patronato”. “Pasan meses para que puedas acceder a las cuevas”, comenta del Puy Alvarado, que también recuerda lo mucho que ralentizó el proceso la pandemia de la COVID-19.
Finalmente consiguieron empezar a rodar entre mayo y junio del 2021, juntando en una misma película imágenes exclusivas de algunas de nuestras cuevas más importantes. Desde el exterior rodaron, por supuesto, en la joya de la corona: Altamira (Santillana del Mar, Cantabria), que también vemos por dentro en imágenes cedidas. En el documental aparecen en los alrededores del imperdible Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.
Cerca de Altamira, reconocemos en Las paredes hablan a la Cueva de El Castillo (Puente Viesgo, Santander), que vemos por dentro de una forma sugestiva e ilustrativa en el documental. Un lugar para maravillarse con la Galería de los discos, una zona con una serie de discos hechos con la técnica de la pintura soplada.
Si seguimos nuestra ruta rupestre, también en el norte de España, llegaremos a otras dos cuevas que no hay que perderse: las de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias), uno de los conjuntos más impresionantes, y las de El Pindal (Pimiango, Asturias), que en el documental vemos por dentro y por fuera en la maravillosa zona costera del cabo de San Emeterio.
Pero la investigación del origen del arte no se reduce a las cuevas. En Las paredes hablan se da buena cuenta de otros espacios archiconocidos como el Yacimiento de Atapuerca (Ibeas de Juarros, Burgos), donde se han encontrado fundamentales hallazgos paleontológicos y arqueológicos. En el documental vemos también los complementarios Safari Paleolítico Vivo (Salguero de Juarros, Burgos) y el Museo de la Evolución Humana (Burgos).
Es menos conocido que Atapuerca, pero otro lugar prehistórico que podemos visitar y que hace acto de presencia en la obra de Carlos Saura es el Yacimiento de Siega Verde (Salamanca). En este lugar se encuentran más de 500 grabados, lo que lo ha convertido en “el conjunto más excepcional al aire libre del Arte Paleolítico en la Península Ibérica”, según la Unesco.
Para encontrar el otro lienzo conceptual de Las paredes hablan, hay que hacer un salto de miles de años, pero muchos menos kilómetros. La ruta de la mano de Saura nos lleva hasta la obra de artistas urbanos contemporáneos que reflexionan y encuentran vínculos entre sus trabajos y lo que ocurría en la prehistoria.
Las dos mayores ciudades del país son, lógicamente, donde se da una mayor concentración de arte urbano en general. Una de ellas es la capital, donde el equipo del documental rodó en Lavapiés para captar grafitis al aire libre, en la Plaza de Tetuán, en el Parque Tierno Galván o en la Universidad Complutense, donde están la intervención artística de la escritora de grafiti MUSA71 y el mural de Zeta.
María del Puy Alvarado detalla que la ruta madrileña de Las paredes hablan se puede hacer en vivo y en directo. Malvalanda y Wanda Films han creado el Safari Urbano, “un recorrido específico en base a los contenidos y conceptos del propio documental”, disponible después del visionado del documental en los dos primeros fines de semana de febrero. “Además, estamos desarrollando una guía didáctica para ESO, bachillerato y adultos”, explica la productora.
El otro foco de creatividad callejera es, claro, Barcelona. Los fans del grafiti no se pueden perder El Parque de las Tres Chimeneas, Nau Bostik o la Montana Gallert y el Mural de Sixe Paredes (Lepant, 409), que conocemos en el documental gracias a la gestora cultural y galerista Anna Dimitrova.
Además de una visita a Vilafranca de Bonany (Mallorca) para conocer al artista Miquel Barceló, la última parada del camino del mural en Las paredes hablan puede ser en Valladolid. Allí hay que ver el Centro Cívico de La Rondilla, donde vemos el trabajo y escuchamos al muralista local CUCO, toda una referencia. En Valladolid también tienen su particular ruta de murales.
A partir del 3 de febrero, las localizaciones de Las paredes hablan están en los cines. A través de la mirada de un maestro del cine español, podemos ver en pantalla grande algunas de las maravillas artísticas que ofrece España, desde las más antiguas hasta las más modernas, unidas para siempre por el impulso de la expresión humana.