Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
Famoso por sus aves y esa peña que sí se saltó un gitano, el parque nacional de Extremadura es quizás más conocido por las personalidades que lo popularizaron. "En Monfragüe, buitres negros", cantaba Robe Iniesta, el vocalista de Extremoduro, en los años noventa. "Y también es el hábitat del buitre leonado", añadiría el malogrado Félix Rodríguez de la Fuente, a quien muchos recordamos precisamente por este animal.
Llegamos a Monfragüe, el único parque nacional extremeño, situado cerca de la localidad cacereña de Plasencia, donde se pueden realizar todo tipo de rutas. Para conocerlas, lo más recomendable es visitar primero el centro de interpretación de Villareal de San Carlos o el de Torrejón el Rubio para que os diseñen, sobre el mapa, un itinerario adaptado a la edad y capacidades de cada uno, especialmente, si se viaja con niños; y, con suerte, ver algún animal en libertad.
Para los que se alojen en Torrejón el Rubio, una de las puertas de entrada al entorno, si salen en dirección a Monfragüe se encontrarán a pocos kilómetros el desvío al castillo, uno de los emblemas de esta zona. Justo en ese lugar hay un aparcamiento donde poder dejar el coche. Desde ahí, unos minibuses gratuitos facilitan la subida. Para quienes prefieran ir andando, un aviso: la pendiente es bastante pronunciada.
El castillo data del año 811 y fue construido por los árabes, que llamaron a estas tierras Al-Mofrag, cuyo significado es "el abismo". Fue levantado en el mismo lugar en el que antes hubo una fortificación anterior de origen celta, cuyo fin era defenderse de los romanos. Más adelante, éstos la utilizaron como enclave estratégico de vigía.
Para acceder a la fortaleza, hay que afrontar una gran escalinata hasta lo alto donde también encontraréis una ermita más moderna que cobija la Virgen de Monfragüe, una talla bizantina del siglo XII traída de Palestina.
Lo más espectacular de la subida al castillo, y también la razón por la que hay que llegar aquí primero, son las vistas de todo el parque atravesado por el Tajo. Incluso se divisa la desembocadura del Tiétar en el río más largo de la Península Ibérica. En un momento, os encontraréis rodeados de buitres negros, leonados, alimoches… planeando sobre vuestras cabezas a menos de 15 metros.
"El paisaje que se divisa son 18.000 hectáreas de monte, donde domina matorral mediterráneo", comenta Ángel Rodríguez, el director del Parque de Monfragüe. “Lo componen, por un lado, matorrales como madroñeras o brezos, que pueden alcanzar los cinco o seis metros de altura, y luego, por otro, alcornocales, que pueden alcanzar los 10 o 12 metros”, añade orgulloso Rodríguez.
Tres kilómetros más allá, en dirección a Villarreal de San Carlos, es obligatorio hacer una parada en el Roquedo de Peña Falcón, conocido popularmente como el Salto del Gitano. En esta mole de cuarcita que cae sobre el río Tajo anidan buitres leonados y, dependiendo de la época, también cigüeñas negras, alimoches, buitres negros, halcones peregrinos o roqueros solitarios. Y es que las rocas y el agua proporcionan un lugar seguro para animales y plantas.
El secreto es, según el director del parque, "la gran masa vegetal inalterada, poco transitada históricamente y, desde que es parque natural, intransitada". Reconoce que "en otro tiempo se cazaba una vez al año, ahora ya no, claro". Por otro lado, otra de las claves para la existencia de las aves es el entorno del parque: "Grandes dehesas extremeñas, donde los buitres, las cigüeñas y el resto de aves encuentran el alimento necesario".
Ángel Rodríguez presume de aves, el gran orgullo del parque: "Tenemos 300 parejas de buitres negros, 700 de buitres leonados y unas 28 o 30 de cigüeñas negras". Y lo mejor de todo es que fácilmente divisable para el visitante. Por ejemplo, en el Salto del Gitano.
Aunque se pueden ver otras cosas: en la forma de una de las rocas podréis distinguir un guardia civil, con su tricornio y todo. Según cuenta la leyenda, se quedó petrificado cuando vio saltar al ladrón que perseguía, un gitano alto y fuerte que sacrificaba cruelmente a todo aquel al que asaltaba. La zona era paso habitual de comerciantes y, por ello, también de bandidos y ladrones. Aquella noche, en Villarreal de San Carlos, pasaban la noche dos comerciantes con sus caballos y sus cinco mulas. El gitano los esperó en lo alto de la sierra para robarles el botín. Tanto miedo tenían de él, que cuando este sacó su navaja, los comerciantes dejaron las mulas y huyeron en los caballos.
Así que el asaltante se quedó con el botín, pero apareció la Guardia Civil y comenzó una persecución por la Sierra de Corchuelas hasta que llegaron a Peña Falcón. El que huía quedó al final del precipicio. Pero, como no quería que le alcanzaran, saltó por encima del Tajo desde la piedra más alta a la siguiente. Los guardias civiles lo observaron incrédulos y no se atrevieron a seguirle. El ladrón, desde el otro lado, se burló de ellos y uno quedó petrificado en una roca.
Luis Miguel Domínguez, naturalista y colaborador del programa de TVE Aquí la Tierra explica que "Monfragüe nace de una lucha por la defensa de la naturaleza, ya que estos terrenos estaban en peligro de haber sido colonizados por cientos de miles de eucaliptos". Se produjo un movimiento para la conservación de la biofauna y la bioflora: "yo vinculo Monfragüe con las excavadoras, ya que lo que hoy gusta estaba en el punto de mira de ellas, que comenzaban a aterrazar. La gente se encadenó y ahora esta zona está puesta en valor".
Desde la única población situada dentro del parque se pueden realizar rutas a pie o en bici con diferentes grados de longitud y dificultad. Todas ellas muy bien señalizadas. Una opción para ir con niños es hacer la primera parte de la ruta amarilla en la que, pasando por la desembocadura del río Tiétar, lleva hasta los Tres Caños caminando entre encinas y alcornoques. Después, vuelta. Se tarda más de una hora y media y es muy probable que os encontréis ciervos en libertad.
"La vegetación que se encuentra el caminante, aparte de encinas y alcornoques, es el llamado monte mediterráneo, con sus bosques galería: olmos negros y blanco, sauces, jarales", continua hablando el naturalista, un apasionado de Monfragüe. La jara es una de las flores más representativas de Extremadura.
Otros planes interesantes para ir en familia son las visitas didácticas como la del Bird Center (de miércoles a domingo) de Torrejón el Rubio, donde el ornitólogo puede encontrar toda la información imprescindible del parque. Allí se puede aprender sobre los últimos avistamientos de aves de la comarca y también es amigable para los menos entendidos que quieran adentrarse en ese maravilloso mundo.
Otra opción para aprender es el Centro de Arte Rupestre en Monfragüe, donde se dan a conocer los 107 abrigos de este tipo de pintura prehistórica encontrados en la comarca. Los más antiguos están fechados hace más de 8.000 años, en el período del Epipaleolítico, mientras que los más cercanos en el tiempo corresponden a la Edad del Hierro, hace unos 2.800 años.
Y, para terminar, otro de los atractivos de Monfragüe: su cielo. Una manera de disfrutar de él es acudir al Observatorio Astronómico, también en Torrejón el Rubio, para ver las estrellas. Esta zona está considerada uno de los mejores lugares de España para la observación nocturna. Cuenta con una cúpula de cuatro metros de diámetro, con capacidad para 10 personas, y un telescopio de MEADE de 25 centímetros.
A las puertas del parque se encuentra la 'Hospedería Parque de Monfragüe', el lugar idóneo para quienes quieran pasar la noche rodeados de naturaleza. Aparte de una casa rural en Villarreal de San Carlos, es la opción de alojamiento más cercana al parque.
El edificio fue renovado en 2015 y construido con materiales tradicionales como madera, pizarra y hormigón. El interior está decorado con cuadros de pintores como Wolf Vostell, afincando en Extremadura (y con un museo dedicado a su figura y obra en Malpartida) o del contemporáneo Luis Canelo. También cuenta con muebles y alfombras de Mariscal, Le Corbusier y Moragas.
Para comer, el restaurante de la hospedería 'El paraíso de los sentidos' ofrece unos enormes ventanales con una vistas maravillosas del parque y una carta con platos tradicionales extremeños con toques de innovación. La Ensalada de perdiz en escabeche con caquis confitados y queso de oveja, el Solomillo ibérico en salsa de cerezas con dados de patata y queso o el Mousse de torta del Casar sobre cremoso de membrillo a la vainilla y crema de mantequilla, son algunas de sus propuestas.