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Sandra, una auxiliar de policía de un tranquilo pueblo cántabro, encuentra a una mujer muerta dentro de una cabaña. Pero esa persona, en teoría, ya estaba muerta. Mientras avanza el extraño caso, Sandra tendrá que lidiar con su padre, exagente de la UCO con principio de demencia, y con la inminente salida del padre de su hijo de la cárcel.
Estas son las primeras cartas que pone encima de la mesa Segunda muerte, nueva serie de Movistar Plus+ que sale de la mente de Agustín Martínez (La caza, Feria: la luz más oscura), también conocido por pertenecer al grupo literario Carmen Mola (La novia gitana). Como es costumbre, Martínez plantea una oscura investigación criminal.
Karra Elejalde y Georgina Amorós son padre e hija en esta serie que se ha rodado, prácticamente en su totalidad, en Cantabria. Martínez imaginó esta historia de intriga y drama familiar en espacios rurales e interiores de la comunidad autónoma que finalmente sí que pudieron usar en esta producción de DLO Producciones.
“Cantabria es un decorado en sí, se vende solo”, nos explica Beatriz Sainz, jefa de localizaciones de la serie, a la que define como “thriller pasiego” por localizarse en buena parte en la comarca conocida como Valles Pasiegos. Según comenta Sainz, la serie “está basada en ese mundo de los pasiegos de la Vega de Pas”, en la que vive “gente sin mucha relación con la vida social de las urbes, que no sale demasiado de ahí”.
La jefa de localizaciones detalla que en la serie buscaban reflejar los contrastes de esa zona de Cantabria: “Hay una parte que es como más glaciar, en la que parece que se te caen encima las montañas (Valle del Miera), y luego están esos valles pasiegos que son más abiertos, con montañas más lisas, a las que han denominado las montañas de Mario Bros por ser tan suaves y en espacios amplios”. Sensaciones mezcladas de “angustia” y de “respiro” que buscaban para la serie.
Si quieres conocer los lugares donde se rodó Segunda muerte, el primer lugar al que acudir es Liérganes, un precioso pueblo de menos de 2.500 habitantes que se encuentra en la comarca de Trasmiera, en el conocido como Valle del Miera. En la serie podemos ver distintos planos generales de este impresionante y vertical paraje, en cuyo interior se ubicó una casa en la niebla (inicio capítulo 2).
En esta zona, y en Liérganes en concreto, se instaló el equipo de la serie, compuesto por casi 100 personas. Todos trabajaron con estas localizaciones naturales para ambientar el centro neurálgico de la historia, sobre el que gira la vida social y laboral de los personajes principales. Beatriz Sainz alaba cómo se “volcó el pueblo con la serie”, facilitándoles incluso tener su oficina de producción en el ayuntamiento del pueblo.
En Segunda muerte podemos ver distintos detalles de las calles de este imperdible pueblo, conocido por sus puentes medievales (uno de ellos reconocible al final del capítulo 6). En la serie vemos su casco antiguo y se puede entrever la famosa Casa de los Cañones (capítulo 1), que hace del exterior del ayuntamiento en la serie (el interior se ubicó en una casona en Corrales de Buelna).
Otra de las localizaciones destacadas de Liérganes es el Balneario (capítulos 2 y 3), que tiene su propio hotel, donde pudieron rodar escenas interiores, en uno de sus salones para una fiesta de bienvenida, y también en su jardín exterior. Otras localizaciones destacadas del pueblo son las orillas del Río Miera (capítulo 4), donde podemos encontrar sentado al famoso Hombre Pez (capítulo 6) o el cementerio del pueblo (capítulo 1), que se puede observar con bastante detalle.
Siguiendo el recorrido de los lugares donde se rodó Segunda muerte, desde Liérganes hay que seguir hacia el interior de Cantabria. Además de una parada en San Roque de Riomiera, donde también se rodaron exteriores, es imposible no detenerse en la mencionada Vega de Pas, lugar que da origen al adjetivo originario de pasiego para este thriller con distintas revelaciones que servirán para desenredar un argumento lleno de secretos.
En un cabaña de este valle es donde se encuentra precisamente el cuerpo de Juliana, la mujer que ya habían enterrado previamente (capítulo 1). No lejos de allí encontramos otro escenario de la serie y sus alrededores: el remoto Túnel de la Engaña (capítulo 3). “Es un sitio que está en mitad de la nada, que acceder a él es muy complicado”, comenta Sainz.
Pero no solo tenemos escenarios de montaña en Segunda muerte, también hay tiempo para el mar. Llama la atención en los colores verdes de la serie la aparición de una secuencia con olas en el capítulo 2. Estamos en la Playa de Langre (Ribamontán al Mar), una extensa playa situada al este de la bahía de Santander.
Precisamente la capital cántabra también hace acto de presencia en algunas secuencias del thriller como ubicación más urbana y costera dentro de la trama. La producción se desplazó hasta allí para rodar en el barrio pesquero (capítulo 5) y en algunos pisos de la ciudad, uno de ellos ubicado en la céntrica calle Vargas. En cambio, la zona portuaria donde vemos la conservera (capítulo 2) está rodada en Santoña.
Uno de los clímax de la serie, en el capítulo 6, sucede en una fábrica abandonada, que se puede ver con todo lujo de detalles en su exterior e interior. Se trata del centro de trabajo de una papelera cerrada (Sniace) en Torrelavega. Beatriz Saiz comenta que “es un sitio brutal, enorme”, un “escenario apocalíptico” que, cuenta la jefa de localizaciones, fue aún mayor porque coincidió el rodaje con el proceso de desmantelamiento real de la fábrica.
Segunda muerte aterriza en la plataforma con distintos sucesos por desentrañar entre montañas, costa y mucho verde. Escenario ideal para cualquier ocasión, Cantabria se viste de suspense y tensión a partir del 6 de junio en Movistar Plus+.