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La entrada al cementerio de La Florida en Madrid.

Cementerio de La Florida (Madrid)

Aquí reposan los héroes que combatieron a Napoleón

Actualizado: 23/05/2018

Fotografía: Elena Buenavista

El cementerio de la Florida es uno de los pocos rincones de Madrid que todavía puede presumir de desconocido. Hasta este misterioso y recoleto remanso de paz, pese a su céntrica ubicación, solo peregrinan algunos, tal vez porque su apertura se reduce a las mañanas de los sábados de mayo y junio. Y eso que aquí se guarda la huella de Goya y uno de los episodios más importantes de la historia del levantamiento contra Napoleón.
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El silencio, interrumpido tan solo por el canto de los pájaros y el paso de los trenes que entran y salen de la antigua Estación del Norte, sorprende nada más franquear la puerta de hierro del recinto. A la izquierda, encontramos una llama votiva sobre un pebetero y una reproducción del cuadro que Goya dedicó a los 43 mártires asesinados durante el levantamiento de los madrileños contra las tropas francesas en el siglo XIX.

Vistas de la catedral de La Almudena desde el cementerio de La Florida, en Madrid.
Desde el cementerio de La Florida pueden verse la catedral de La Almudena y el Palacio Real.

Para que se entienda la historia de este camposanto hay que remontarse a 1792, cuando Carlos IV, decidido a unir El Palacio Real con el Palacio de El Pardo, para configurar una especie de gran Versalles, adquirió los terrenos intermedios entre ambos, como las fincas de Príncipe Pío, La Florida y La Moncloa.

Una turista mira un folleto informativo junto a la ermita del cementerio de La Florida, en Madrid.
La capilla tiene la forma de una ermita tradicional con porche y espadaña de 1960, construida sobre la anterior.

En ellas surgieron reservas cinegéticas, instalaciones agropecuarias, senderos y acequias. En la de La Florida se construyó la ermita de San Antonio, cuya cúpula fue decorada por Goya, y utilizada como parroquia por los empleados de las explotaciones. Entusiasmado con el proyecto, el rey reservó una parcela como cementerio para ellos y sus familiares. Y desde 1796, unas 300 personas recibieron sepultura en él.

Vista de las placas conmemorativas del cementerio de La Florida, en Madrid.
La noche del 3 de mayo de 1808, los franceses fusilaron a los 'alzados' el día anterior en varios puntos de Madrid.

El dos de mayo de 1808, el mariscal bonapartista Murat, convencido de que Napoleón le haría Rey de España si le entregaba el país pacificado, decidió dar un escarmiento a los madrileños que se levantaron contra las tropas francesas: asesinó de forma salvaje a cerca de 2.000 patriotas en varios lugares de Madrid y prohibió a sus familiares enterrar los cadáveres, que se amontonaban en distintos puntos de la ciudad.

José Luis Sampedro, el guía y presidente de la Sociedad Filantrópica de Milicianos, propietaria del cementerio de La Florida, en Madrid.
El presidente de la Sociedad Filantrópica de Milicianos, José Luis Sampedro, desgrana los detalles del recinto.

En la madrugada del 3 de mayo, 43 hombres fueron fusilados en la montaña de Príncipe Pío (más o menos en el lugar que ocupa hoy la base del teleférico) y sus cuerpos permanecieron en una acequia durante 9 días hasta que fueron trasladados al cementerio de La Florida. Allí, recibieron sepultura bajo la lápida que puede verse en el jardín situado sobre la cripta de la antigua ermita.

Detalle de la medalla conmemorativa del 2 de mayo que luce José Luis Sampedro, guía y presidente de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales.
Sampedro luce una medalla conmemorativa.

Tras la Guerra de la Independencia, el cementerio fue heredado por Isabel II y después se cedió su custodia a la Cofradía de la Buena Dicha y Víctimas del 2 de mayo. La Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos se hizo cargo del lugar en 1917 y no fue hasta 1959 cuando se empezaría a construir el actual mausoleo, donde serían enterrados, un año después, los héroes asesinados.

Los secretos de la necrópolis

Para llegar hasta aquí hay que franquear la puerta del recinto, que permanece abierta al público el día dos de mayo y todos los sábados por la mañana, durante los meses de mayo y junio. Cuenta José Luis Sampedro Escolar, uno de los guías que descubren al visitante los secretos de esta pequeña necrópolis, que Goya, pintor de la corte napoleónica, se ofreció a pintar un lienzo sobre los sucesos del 3 de mayo, en un intento de ganarse el favor de Fernando VII.

Vistas del exterior del cementerio de La Florida, en Madrid, con monolitos que forman el nombre de Goya.
Para seguir la pista de Goya en Madrid es imprescindible pasar por este cementerio.

"El genio aragonés aportó su trabajo de forma altruista, cobrando solo el material, y, ante las prisas por culminar su composición, se inspiró en el grabado Los cinco fusilados en Murviedro, dadas las semejanzas existentes en su famosa obra y esta de Miguel Gamborino".

Interior de la cripta con el mausoleo donde están los nombres de los 29 identificados de los 43 fusilados en el levantamiento del 2 de mayo, en el cementerio de La Florida, Madrid.
Los nombres de 29 identificados de los 43 "arcabuceados" se mantienen en la memoria de este mausoleo.

Caminando por el paseo central, flanqueado por cipreses, llegamos a una columna de piedra coronada con una cruz de hierro. La columna da acceso a la parte más sagrada del recinto, un patio castellano con otra reproducción cerámica, en este caso del estremecedor lienzo de Vicente Palmaroli, Los desenterramientos de La Florida.

Vista de la reproducción en cerámica de la obra 'Los desenterramientos de La Florida' de Vicente Palmaroli, en el patio de la ermita del cementerio de La Florida, en Madrid.
Una reproducción de la obra 'Los desenterramientos de La Florida', de Vicente Palmaroli, preside el patio.

El mosaico refleja el momento en que, ocho días después de los asesinatos de la montaña de Príncipe Pío, los cadáveres son sacados de la acequia para ser trasladados al cementerio. Más de dos siglos después de la matanza, contemplándolo en la quietud del lugar, casi se puede sentir el desgarro y el dolor que provocó la brutal represión.

Detalle del Libro de Visitas del cementerio de La Florida, en Madrid.
El cementerio se encuentra bajo la tutela de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales.

Atravesando el patio, se entra en la pequeña ermita que alberga la cripta donde yacen los héroes. Hombres de entre 15 y 60 años, pertenecientes a los distintos estamentos de la sociedad de la época. En una lápida de mármol, aparecen grabados los nombres de los 29 que han sido identificados hasta ahora. No figura entre ellos ninguna mujer, a pesar de que, durante años, se creyó que allí estaba enterrada la famosa heroína Clara del Rey.

Vista del altar de la ermita del cementerio de La Florida, con el libro de firmas, en Madrid.
Sobre el altar de la cripta, el libro de firmas y algunos folletos informativos.

La visita a tan simbólico lugar puede hacerse, de manera libre como ya hemos mencionado, los sábados de 10 a 13:30 horas, o en otros momentos, previa solicitud telefónica. La Sociedad Filantrópica realiza también un recorrido adaptado a los niños, para que conozcan de forma amena sus orígenes.

Camino rodeado de cipreses que accede al cementerio de La Florida, en Madrid.
Saliendo del recinto, la ermita de San Antonio de la Florida, muy cerca, es otra visita histórica obligada.

Para cerrar este capítulo histórico, es casi obligada la visita a la ermita de San Antonio de la Florida, situada a escasos metros. Cruzando la pasarela situada sobre las vías llegamos a pie al parque de La Bombilla y atravesando el aparcamiento presidido por un templete de música, encontramos el santuario, el único que se conserva de los tres dedicados a San Antonio de Padua en Madrid.

Detalle de la verja de entrada al cementerio de La Florida, en Madrid, propiedad de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales.
La Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos ha mantenido este lugar con vida durante años.

Declarado Monumento Nacional en 1905, en 1928 se construyó a su lado un templo idéntico para trasladar el culto y reservar el original como museo de Goya. Como podemos comprobar, constituye uno de los mejores ejemplos del neoclásico madrileño, pero son los frescos del pintor, que representan el trance del Santo ante el pueblo de Lisboa, el mayor tesoro de esta ermita, donde descansan los restos del artista, desde 1919.

CEMENTERIO DE LA FLORIDA - Calle Francisco y Jacinto Alcántara, 4. Madrid. Tel. 913 65 27 77.

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