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El Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche tiene una superficie de 186.000 hectáreas que se extienden por el norte de la provincia de Huelva. Al recorrer esta zona no solo conoceremos su gran riqueza natural sino también unos pueblos con mucho encanto en los que se producen algunos de los mejores embutidos andaluces, lo que convierte nuestro viaje en una sabrosa experiencia.
El descubrimiento de la sierra puede empezar en Cumbres de Enmedio, un pequeño municipio onubense por el cual transcurre el paso de la antigua Cañada Real, hoy convertida en carretera. Desde aquí podemos divisar las primeras dehesas, que ocupan el 40% del parque natural. Se trata de auténticos oasis de encinas para los cerdos ibéricos que campan a sus anchas en busca de las mejores bellotas. Este paisaje nos acompañará hasta nuestro próximo destino: Jabugo.
Solo con pronunciar su nombre, nuestras papilas gustativas se activan, y es que Jabugo es sinónimo de jamón ibérico de pata negra, quizás el producto más preciado de la gastronomía española. Siguiendo la estructura clásica de los pueblos andaluces, las casas blancas se suceden a cada paso por unas calles que invitan a recorrerlas sin prisa, deteniéndonos en alguno de los bares y tabernas donde se sirven las mejores tapas de jamón que podamos imaginar. La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, de tradición mudéjar, también es de visita obligada antes de partir hacia nuestro próximo destino, que se encuentra a tres kilómetros escasos: El Quejigo.
Esta aldea se ha convertido en uno de los últimos reductos de la vida rural tradicional. Aunque llegó a estar casi despoblada el siglo pasado, actualmente está habitada por varias familias que han restaurado y conservado algunas de las viviendas de la zona. El agua que nutre las riberas del río Jabugo y del río Caliente es en buena medida responsable de la belleza de su paisaje.
Un oasis de encinas para los cerdos ibéricos que campan a sus anchas en busca de bellotas.
Desde El Quejigo, y muy atentos al cielo para no perdernos los buitres o cigüeñas negra que nos puedan sobrevolar nos acercamos hasta Galaroza, donde la abundancia de agua dibuja de nuevo un paisaje verde y frondoso. Aquí podemos hacer una parada gastronómica para visitar Casa Cátulo y probar sus embutidos y chacinas ibéricas.
Nuestra ruta sigue en dirección al este, dejando atrás Fuenteheridos y Los Marines, para llegar hasta la capital de la comarca, Aracena. Aquí podemos ver una de las grandes atracciones de nuestro viaje, la gruta de las Maravillas, donde el agua, la piedra y el tiempo han creado un impresionante laberinto de lagos, estalagmitas y estalactitas. Descubierta a finales del siglo XIX, en 1914 se abrió al público como la primera cueva turística de Europa. Imposible perdérsela.
El Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre Andalucía y el Museo del Jamón son otros de los lugares de interés en Aracena. También lo son, sin duda, los platos típicos de la gastronomía de la zona, como la sopa serrana, las tortitas de canela, los quesos y las migas, que podemos degustar en el Restaurante José Vicente así como en el Restaurante Casas, junto a la gruta de las Maravillas. Antes de marcharnos, dos paradas más que nos dejarán boquiabiertos: Corteconcepción, el pueblo desde el que tendremos las mejores vistas del embalse de Aracena, y la Higuera de la Sierra, una población diminuta donde se encuentran las cuevas de las Tobas. Desde aquí, la carretera se dirige hacia la salida del parque natural, siempre con dirección a Sevilla, el final perfecto para esta ruta.