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La primera parada de esta ruta no podía ser en otro lugar que en la casa donde vivió la familia Picasso durante los cinco años que pasaron en A Coruña. En el número 14 de la calle Paio Gómez, el artista pasó un momento crucial de su vida, el paso de la niñez a la adolescencia, consagrando su afición por la pintura como una profesión de futuro. En esta casa museo encontramos intactos tanto los muebles como los objetos y pertenencias de los Picasso. La vivienda ha sido rehabilitada pero sigue conservando la esencia de loshogares coruñeses del siglo XIX. Paseando entre las estancias de este museo podremos ver el rincón donde el pintor daba vida a sus cuadros así como una veintena de reproducciones de las obras que, tanto él como su padre, crearon durante sus estancia en la ciudad.
Si queremos imaginar cómo era la vida de Pablo Picasso en A Coruña, no hay nada mejor que pasar por esta plaza donde el artista vivió tantos momentos importantes. Aquí jugaba con otros niños a su llegada a la ciudad y aquí empezó a forjar su formación profesional como pintor. En esta plaza se ubica el Instituto Eusebio da Guarda, donde se matriculó nada más llegar a A Coruña, como la Escuela de Bellas Artes, que también se encontraba aquí y donde se inscribió un año más tarde para iniciar sus estudios de Arte. Actualmente la plaza es el punto central del ensanche coruñés y es una zona de paso casi obligado para llegar a la famosa playa de Riazor, nuestra siguiente parada.
Más que una espectacular playa donde darse uno baño, Picasso encontraba en este lugar una fuente inagotable de inspiración. Además de las olas y los atardeceres, al joven pintor le atraía especialmente el mundo del pescador, con sus barcas varadas y los útiles para salir a faenar. Es el paisaje que plasmó en muchos de los cuadros que pintó durante su época gallega. Dicen que fue aquí, en esta playa, donde Picasso vio por primera vez a una mujer desnuda, entonces no sabía que el cuerpo femenino sería una de las imágenes recurrentes en su obra. Actualmente Riazor, con 610 metros de longitud, es una de las playas más concurridas de la ciudad.
Esta vía estrecha y peatonal, considerada uno de los ejes comerciales más importantes de A Coruña, sirvió hace más de cien años para inspirar al joven Picasso. Paseando por esta calle, observaba y estudiaba a sus vecinos para plasmar después su esencia. Muchos de los retratos que nacieron en la Rúa Real se veían después en la revista ‘La Coruña’ que creó el propio Picasso y que reflejaba, a través de retratos y caricaturas, las escenas y los estereotipos de la época. Algunas de estas creaciones podemos verlas ahora en la Casa Museo de la ciudad.
Conocido como Teatro Nuevo o Principal desde su inauguración en 1841, influyó en la vida del pequeño Picasso ya que fue otro de los escenarios usados como escaparate para pintar algunas escenas costumbristas de la vida coruñesa, como El décimo de lotería o Caballero saludando a una dama. El teatro cambió de nombre una vez el pintor ya no vivía en la ciudad, pasando a tomar el nombre de Teatro Rosalía de Castro en 1909. Sorprende su majestuosidad y el estilo ecléctico del siglo XIX que aún hoy y, tras su remodelación en 1868 como consecuencia de un incendio ocurrido un año antes, sigue reinando en el patio de butacas.
En la actualidad se llama Escuela de Artes Picasso, en honor al pintor ya que fue aquí donde Picasso inició sus estudios de pintura. Fue de hecho un profesor de esta escuela, el conocido escultor Isidoro Broncos, quien tuvo mucho que ver en su posterior desarrollo artístico. El centro sigue conservando las calificaciones y el expediente académico de sus años como alumno aquí.
El faro en activo más antiguo del mundo fue construido por los romanos en un hermoso lugar cercano a una pequeña cala de Coruña. Es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y desde lo alto se obtienen unas maravillosas vistas de la ciudad. También impresionó a Picasso, que lo pintó en numerosas ocasiones en sus cuadros. Una visita indispensable en cualquier visita a la ciudad. En los alrededores de la torre, espacio protegido, encontramos diversas esculturas que conforman todo un museo al aire libre.
Este camposanto cuenta con más particularidades que el estar cercano al mar. Construido tras la prohibición de enterrar a los fallecidos en las iglesias, el de Santo Amaro fue inaugurado en 1813 y es una de las joyas de A Coruña. Se divide en tres zonas: religiosa, civil y la británica, que está cerrada al público. La importancia en la vida de Picasso del cementerio radica en que fue aquí donde enterraron a Conchita, su hermana menor, fallecida el mismo año que el artista abandona la ciudad. Este triste episodio de su vida marcará una etapa nueva en sus obras, en las que comienza a reflejarse la madurez adquirida tras ese triste suceso.