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Calçots de Valls

La fiesta de los productos del campo

Actualizado: 13/10/2015

Entre los meses de diciembre y abril, en la comarca del Alt Camp y en su capital, Valls, aparecen en escena los calçots, una variedad de cebolleta dulce que se sirve con una salsa llamada salvitxada. Paseamos por esta comarca, impregnada de arte modernista, naturaleza y cultura, para disfrutar de los productos de su tierra, los calçots de Valls y de las calçotades, reuniones de familiares y amigos que se celebran los días festivos para compartir este manjar.
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La ruta

El santuario del calçot está situado en el interior de la provincia de Tarragona, en la comarca del Alt Camp. Se trata de una llanura rodeada de montañas excepto por el sur, donde se abre hacia el mar Mediterráneo. La capital es Valls, ubicada cerca del río Francolí y a unos 20 kilómetros de la costa. Éste es el punto de partida de nuestra ruta del calçot.

Esta ciudad, de más de 20.000 habitantes, conserva un centro judío de calles irregulares y estrechas de aire medieval. Recorriendo este particular entramado salen a nuestro paso monumentos como la iglesia de Sant Joan, del siglo XVI, que posee uno de los campanarios más altos de Catalunya. En su interior conserva un retablo de madera y alabastro con 197 figuras esculpidas. Continuamos el recorrido y encontramos, en el carrer de la Cort, la capilla del Roser (siglo XIV), declarada Monumento-Histórico-Artístico por los dos conjuntos de azulejos vidriados, unos 2.600, que representan sendos pasajes de la batalla de Lepanto. Es una de las obras más importantes de la cerámica catalana.

Al abandonar la capital de la comarca tomamos la carretera en dirección a El Vendrell. Encontramos en el camino el pequeño pueblo de Alió, donde destaca la fachada modernista del edificio del Sindicato Agrícola. Siguiendo por la misma carretera, y antes de cruzar el río Gaià, nos dirigimos hacia Aiguamúrcia, otra pequeña población en la que lo primero que nos encontramos es un puente de piedra de 1549 que conserva intacta la fecha y el escudo de armas, así como una cruz gótica del siglo XIV.

Fachada modernista catalana en el pueblo d'Alió.
Fachada modernista catalana en el pueblo d'Alió.

Situado en la ribera del río Gaià está el monasterio de Santes Creus, que jugó un papel fundamental en la historia de la comarca. La Orden del Císter a la que pertenece se basaba en la oración y en el trabajo, así que estos edificios se situaban cerca de los ríos, para que los monjes pudieran dedicarse a la agricultura. Santes Creus, declarado Monumento Nacional en 1921, es una abadía cisterciense iniciada en el año 1158, que mezcla el estilo románico y el gótico, siempre dentro de la austeridad del Císter. En la iglesia están las tumbas de los reyes Pedro III el Grande y de Jaime II con su esposa Blanca de Anjou.

En Montferri contemplamos el Santuario de la Mare de Déu de Montserrat, dedicado a la Moreneta, ejemplo del modernismo del Alt Camp que imita el macizo de Montserrat

Al norte, desde el monasterio, está la arboleda protegida de Santes Creus. Desde aquí volvemos a la carretera para seguir hacia El Vendrell y, a la altura de Vilardida, tomar dirección de Montferri. Allí podremos contemplar un ejemplo del modernismo del Alt Camp, el Santuario de la Mare de Déu de Montserrat, dedicado a la Moreneta, cuyas líneas arquitectónicas imitan el macizo de Montserrat. Es obra del arquitecto Josep Maria Jujol, discípulo y colaborador de Gaudí.

Santuario de la Mare de Déu de Montserrat, en Montferri.
Santuario de la Mare de Déu de Montserrat, en Montferri.

De nuevo conviene volver sobre nuestros pasos a la carretera en dirección a Valls y coger el desvío a Bràfim para continuar hacia Nulles. En este municipio encontramos la cooperativa vinícola de Nulles cuya fachada, obra del arquitecto Cèsar Martinell, forma parte de las Catedrales del Vino: 50 edificios de principios del siglo XX que combinan técnica vinícola y belleza arquitectónica y cuyas fachadas son obras de diferentes arquitectos.

En este trayecto hacia el sur de la comarca observamos grandes extensiones de viñas, cuyos caldos forman parte del menú de las calçotades, así como campos de almendros y avellanos, complemento para la salsa del calçot, la salvitxada. Desde Nulles, podemos terminar en Valls pero, para hacernos una idea completa del Alt Camp, debemos visitar las montañas que la rodean.

Es entonces cuando, desde Valls, continuamos a Alcover, recostado sobre las montañas, con un núcleo medieval bien conservado entre el que destacan la iglesia Vella o de la Puríssima Sang y la iglesia del Remei. Un poco más hacia el norte está Mont-ral, desde donde obtendremos una preciosa panorámica de la comarca del Alt Camp, tierra del calçot.

El sabor

El cultivo del calçot de Vallsengloba un área de producción extendida por las comarcas del Alt Camp, Baix Camp,Tarragonés y Baix Penedés. Estas singulares cebollas proceden de la especie Allium cepa, de la variedad blanca gran tardía de Lleida. Estamos ante una cebolla dulce que se cultiva durante un año. En el proceso de su crecimiento se trasplanta en varias ocasiones, prestando atención a la cantidad de tierra que la cubre, para mantener su característica cabeza blanca y tierna.

La calçotada es una fiesta familiar o de amigos que se celebra en torno a esta hortaliza. Primero se preparan los calçots: se cortan las hojas verdes a una determinada medida y se eliminan las raíces. Después se asan a la parrilla, con fuego de sarmiento y se sirven acompañados de la salsa salvitxada, hecha con ajos, tomates, almendras, avellanas, pan, vinagres, aceite, sal y pimento ñora.

Esta hortaliza, de elevado contenido en agua, tiene hidratos de carbono en pequeña cantidad, es rica en potasio y aporta mucha fibra de tipo soluble. Es un alimento de muy bajo contenido calórico, que se ve incrementado por la salsa que suele acompañarle. Los calçots se pueden comprar en cualquier mercado o frutería de la comarca, sobre todo en el mercado semanal que se celebra los miércoles y sábados en el centro de Valls.

Más información

Productos de la zona

No sólo del calçot vive Valls y el Alt Camp. Hay otros productos de reconocida calidad como los cavas y los vinos, el aceite de oliva virgen extra de Siurana y la avellana de Reus. Una receta típica de la zona son las perdices al pimiento, llamadas en la zona guatlles al pebrot, que pueden completarse con una coca de recapte, un postre elaborado con pimientos, cebolla, avellanas y aceite.

Tesoro oculto

En el pueblo de Mont-al encontramos la iglesia parroquial dedicada a Sant Pere ad Vincula, de estilo románico. El ábside y la portada lateral de acceso al templo se conservan aún en buen estado. En esta localidad encontramos también el refugio Musté-Recasens, punto de partida para realizar actividades en la naturaleza y de turismo activo y disfrutar de buenas vistas de toda la comarca.

Fiestas

El último domingo de enero se celebra en Valls, la Gran Fiesta de la Calçotada, con demostraciones gastronómicas y concursos. Hay quien ha llegado a comer nada más y nada menos que 315 unidades. Destacan también las Diades Castellers de Sant Joan, el 24 de junio y de Santa Úrsula el 26 de octubre.

Alojamientos

Entre olivos, almendros y viñedos, Fèlix Hotel está situado en el pueblo de Valls y rodeado del más puro paisaje mediterráneo. Dispone de una amplia oferta de ocio (pistas de tenis, piscina) para desconectar entre visita y visita cultural. También en Valls, el restaurante El Tast de l’Àngel, especializado en calçotades, es sólo uno de los atractivos del Hotel Class, que permite disfrutar del ambiente de la localidad y a la vez acceder con facilidad a las montañas para practicar deportes de aventura.