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Porque los maridajes no tienen porqué ser siempre entre sabores, aromas y olores. También las emociones y los sentimientos están presentes en la gastronomía, y por otro lado, son la base esencial de la música. PortAmérica nos propone algunos de los nombres más importantes de la música actual acompañando a algunos de los cocineros fundamentales de la gastronomía hoy. Y estos chefs han elegido canciones que sirven para acompañar sus creaciones mientras se afanan en los fogones. Desde el baile a las guitarras más contundentes, demuestran, también musicalmente, una diversidad de miras perfecta para los descubrimientos. Son canciones válidas para festivales y cocinas.
¿Puede haber alguna puerta tan histórica en el rock como a la que se llega vía la autopista del infierno? El riff de guitarra de Malcolm Young que sostiene toda la canción, el punteo de Angus Young y la inolvidable voz del desaparecido Bon Scott demostraron en 1979 que los australianos eran algo más que una banda de metal: eran puro rock’n’roll. 40 años después, suena igual de contundente.
Jet también venían de Australia, también contaban con dos hermanos en la formación y tenían, cómo no, los riffs de AC/DC como máxima aspiración. A todo ello le insuflaron en su disco de debut en 2003, Get born, una fuerza juvenil y descarada que no volverían a alcanzar. Y es que no hay duda de que este Are you gonna be my girl es pura demolición rítmica.
El ska-punk siempre ha sido música contestataria y proclive a la protesta, a pesar, y posiblemente por ello, de su alegría rítmica. Por eso, los californianos Mad Caddies no dudaron en su disco de versiones de 2018, Punk Rocksteady, transformar el grito punk de la banda canadiense Propagandhi en puro baile ska, y sin perder por ello su mensaje.
Cuando en 2015 apareció el tejano Leon Bridges con un disco, Coming home, pleno de sonidos e imágenes vintage que remitían directamente a los años 50 y 60, y bajo el auspicio de algunos miembros de la banda White Denim, el mundo de la música negra dio un profundo respingo. Y Bridges superó, como sus ídolos, los muros de su estilo y devino un músico preferido incluso en ambientes no especializados.
Cualquiera de los miembros de Egon Soda podrían aparecer en esta lista, al frente o colaborando con muchas otras bandas o cantantes. Huyen de la etiqueta de super-banda, pero lo cierto es que su hiperactividad les sitúa, seguramente con Ricky Falkner al frente, en la historia más reciente e importante del pop y el rock nacional. Será cosa de su famoso gancho de izquierda, incluida en su disco del año pasado, El rojo y el negro.
No deja de ser hipnótica la letra de esta declaración de amor, con la asunción del papel de chef incluido, que nos espetan los portorriqueños Calle 13 en su cuarto álbum, grabado allá por 2010, y de nombre Entren los que quieran. Y como era habitual en ellos, no abandonan la ironía a ritmo de folk latino.
Quien será uno de los cabezas de cartel del PortAmérica, el argentino Andrés Calamaro, conseguía en 1997 con su disco Alta suciedad un indiscutible éxito de público y crítica que anticipaba la llegada de una obra tan descomunal como Honestidad brutal. Y es que la nostalgia y el dolor punzante que transmiten canciones como esta Crímenes perfectos es un inmejorable tratado de sensibilidad y melodía.
La voz rota de Úbeda consiguió en 1999 con el disco 19 días y 500 noches, número 12 de una carrera que había comenzado a finales de los años 70, no solo su mayor éxito en ventas, sino seguramente su cumbre artística. Un disco plagado de rock, milongas, merengues, baladas, rancheras, y todas llenas de espíritu canalla y nocturno. Así que encajaba que ni pintada esta colaboración con una de sus musas, la inigualable Chavela Vargas.
La entrada de los gallegos Novedades Carminha en la música entendida como baile, sin olvidar el poso punk que siempre han llevado a cuestas, es tan imparable como esos pullazos de puro funk de otras épocas. Así demuestran que para ellos esa historia de los estilos, las cortapisas, los trajes a medida…, no valen de mucho. Mejor dejarse llevar.
Y maestros del baile de quienes extraer enseñanzas para mantener la cocina tradicional sin olvidar la vanguardia hay unos cuantos. Pero por encima de todos ellos estaba el pequeño de los Jackson, antes de convertirse en un personaje inabarcable, tanto para lo bueno como para lo malo. Su segundo álbum, en 1970 y para el sello Motown, era ambrosía bailable.
Ay, quién no se ha emborrachado alguna vez por un amor perdido, encontrado, abandonado o exaltado. Licores varios van muy unidos a las cosas del corazón, y los granadinos Lori Meyers lo cantaron en su quinto disco, Impronta, en 2013. Van ya para más de 20 años de carrera y su disco de celebración, con canciones elegidas por sus amigos, es evidente que no podía olvidar esta canción.
Nunca se han andado con chiquitas los americanos de ascendencia armenia System of a Down. Sus letras han reflejado una actitud beligerante frente a todo lo relacionado con las desigualdades sociales, y su música ha machacado conciencias a base de contundencia. Incluso en su segundo disco, Toxicity, la canción ATWA se acercaba a un personaje como Charles Manson.
La banda madrileña Carolina Durante rompieron moldes con la explosión de Cayetano, y se han encargado de confirmar todos los augurios con su homónimo disco de debut. Así que no es extraño que los festivales se peguen por su presencia, y PortAmérica los disfrutará el viernes día 5. Hay dudas tan expresivas, que dejan de serlo en cuanto se escuchan en directo. O no. Joder, no sé…
En 1973 la banda americana Grand Funk Railroad publicó su séptimo disco de estudio, de nombre igual que el primer single extraído del mismo, We’re an American band. Es evidente que por título, letra y música tenía todos los condicionantes para devenir en un himno musical. Las versiones, por tanto, se cuentan por docenas, y aquí tenemos la de Rob Zombie, que se permitió cambiar la referencia al bluesman Freddie King por la de Kerry King, guitarrista de la banda de metal Slayer.
El gallego Xoel López hace ya tiempo que superó su personalidad artística de nombre Deluxe para continuar con una carrera que se antoja de muy largo recorrido y de calidad nunca menguante. Paramales, su disco de 2015, suponía un peldaño fundamental en esta consolidación, y la canción Todo lo que merezcas sabía embadurnar una letra muy dura con pura belleza.
En 1991 Pearl Jam debutaban con su disco Ten y vivían toda la vorágine que supuso la explosión del grunge, poniendo patas arriba el mundo del rock con Nirvana al frente. Pero la suya era una carrera de largo recorrido, como demostró un disco que tardó casi un año en alcanzar el éxito. Pero una vez conseguido, ahí les tenemos hoy en día. Fiables y contundentes como pocos.
Queen siempre fueron excesivos. Desde la personalidad de su imagen indiscutible, Freddie Mercury, a su vida y un gran número de sus canciones. Por eso nada extraña que la más conocida de estas, su mayor éxito, sea en sí misma todo un exceso. Acaba de dar nombre también a una película que vuelve a situarles en un candelero que pocas veces han abandonado.