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Enviar felicitaciones navideñas es una tradición que cada vez se está recuperando más, sobre todo porque esos christmas recibidos sirven perfectamente como adorno navideño. Podemos hacerlas de dos formas, en papel o cartón para enviarlas por correo; o digitales, para que lleguen rápidamente.
Para las primeras, se puede tirar de cartulina como base de la tarjeta rudimentaria. Teniendo en cuenta las dimensiones, se recorta la cartulina o el papel -preferiblemente algo grueso- y se dobla por la mitad. En la parte frontal se puede hacer lo que se desee, por ejemplo, recortar figuras típicas como árboles o estrellas en cartulinas de otros colores o utilizar otros materiales como washi tapes (esas cintas tipo celo con diversos estampados), papel brillante y, si se es diestro en el dibujo, hacer alguna divertida caricatura y jugar con las tipografías puede quedar fetén.
En el mundo tan digital como el que vivimos, lo más fácil es realizar alguna tarjeta basada en alguna plantilla de las que ofrecen algunos programas como Canva, VistaCreate o Fotor, por nombrar unos pocos. De esta forma podemos hacer felicitaciones personalizadas. Por ejemplo, si se tienen compañeros de escapadas lo mejor es utilizar una imagen del último viaje realizado y desear con una tipografía ad hoc, acompañada de algún adorno típico, un mensaje tipo: ‘Para que en el 2025 hagamos más salidas juntos’.
Para los que sean más diestros a la hora de manejar la IA, simplemente hay que escribir un mensaje con ChatGPT o Gemini para, posteriormente, realizar alguna imagen con Leonardo.AI. Aunque si se prefiere, se puede transformar una imagen personal y decirle a la aplicación anteriormente mencionada que lo llene de adornos navideños como bolas, gorros de Papa Noel… Sólo falta incluir el texto que nos ha dado ChatGPT o Gemini, y listo para enviar.
Las coronas y guirnaldas navideñas para decorar las puertas de entrada y las ventanas de las casas son cada vez más comunes. Si no se quiere caer en la convencionalidad con esos ornamentos que se encuentran en las tiendas a base de ramas falsas y adornos aquí y allá, se pueden hacer artesanalmente. Lo importante es hacer una buena estructura de alambre de forma circular que iremos llenando con lo que se quiera.
Una buena idea (y muy sostenible) es rellenarla con los cartuchos de papel higiénico. Se pueden dejar rústicos o, si se tiene maña, forrarlos con diferentes papeles de regalo, pintarlos o llenarlos de todo tipo de adornos brillantes.
Otra idea es llenar los alambres con todas las bobinas de hilos que se tengan por casa, de diferentes tamaños, grosores y colores. El resultado es espectacular. También se puede cambiar los carretes de hilo por ovillos de lana intercalando, de vez en cuando, con alguna bola de árbol navideño para poner un toque de brillo. Simplemente hay que poner algo de fantasía. Aunque parece algo secundario, el elemento que se ponga para rematar la parte superior es importante. Tiene que ser tan vistoso, grande y llamativo, como un lazo de raso o de arpillera o reutilizar algún adorno navideño viejo que se tenga por los cajones.
Los centros de mesa son un elemento básico en las cenas y comidas navideñas y aunque en ellos prima la sobriedad, siempre se puede ser imaginativo para sorprender a los invitados. Eso sí, lo mejor es optar por las estructuras bajas porque la altura de los elementos pueden entorpecer las miradas y las charlas de los comensales.
Una propuesta sería la siguiente: Tomar un recipiente de cristal que se tenga por casa y llenarlo de kumqat (esas mandarinas chinas), bastones de caramelo, hojas de pino, ramas de tomillo y algunas ramas de canela. El resultado es, además, oloroso y, por supuesto, no debe faltar una poderosa vela en el centro ya que su luz aporta calidez a la velada.
Siempre utilizando un contenedor que tengamos por casa -mismamente una bandeja-, otra idea es llenarlo de cáscaras de nueces y de piñas pintadas de colores brillantes. Las colocaremos alrededor de una o varias velas de color rojo y verde -los típicos colores festivos- en diversas alturas. Otro detalle curioso sería colocar encima de la servilleta de cada asistente una pequeña piedra pintada con su nombre y algún motivo navideño. Así, además de saber dónde tiene que sentarse, se lleva un recuerdo.
Para los más golosos, se puede preparar una bandeja con dulces alrededor de una candela. Hacer un conjunto armonioso y diverso requiere seleccionar dulces secos como pastas, macarons, galletas… de diversas formas, tamaños y colores. Así, además de resultar llamativo, se ahorra el trabajo de llevar los dulces para acompañar el café. Por supuesto, se pondrá algún toque decorativo como hojas de pino, lazos o espumillones. También se pueden cambiar los dulces por frutos como nueces, avellanas, higos secos o almendras. En ese caso, los adornos que se pongan deberán ser más rústicos como lazos de arpillera y piñas recogidas del campo.
Siguiendo con el estilo rústico que tanto se lleva, un centro muy aparente sería poner un cajón de madera en el que se colocarán varios botes de cristal, de esos que se suelen tener de conserva en la cocina. Se distribuirán a lo largo del cajón y dentro de ellos se colocará una vela. Se rellenará el contenedor de madera aprovechando los huecos dejados por los botes utilizando todo tipo de elementos: hojas de pino, canela en rama, piñas, bolas de árbol de Navidad, lazos, etc. Lo que se quiera, siempre que resulte armonioso y simétrico.
Sobre el tema de decorar el árbol, cada casa es un mundo. Hay gente que saca lo de todos los años, otra que prefiere una decoración temática, los hay que optan seguir las tendencias y cambiar cada año, incluso con pastas y dulces... pero lo más divertido es decorar el árbol con los adornos que se realicen artesanalmente. Un árbol navideño es tan ecléctico que permite poner lo que se quiera siempre que sea ligero, claro.
Una propuesta muy divertida es crear las bolas. Una manualidad fácil de hacer es coger bolas de porexpan blanco de diversos tamaños y forrarlas con retales de telas que se tengan en casa. Para rematarlas en su parte superior, en la ferretería hay hembrillas o tornillos de gancho para clavar en el extremo superior de la bola. Alrededor de la hembrilla se ajusta y se pega la tela eso sí, dejando algo de vuelo en la parte superior para que quede más vistoso y se rematará con un lazo decorativo.
Las bolas se pueden alternar en el árbol con otros elementos como, por ejemplo, las figuras de fieltro. Estas formas son fáciles de hacer ya que sólo se necesita el tejido de diversos colores y pegamento. La idea es hacer dos figuras idénticas -de estrellas, corazones, pájaros, pasteles, gorros de Santa Klaus- y pegarlas o coserlas por sus bordes, dejando libre un extremo para rellenar con algodón. Una vez embutido, se remata el último extremo, se decora la figura con piezas de fieltro de otros colores, lentejuelas, bolitas de cristal y se añade un hilo para colgar.
Si se es muy mañoso y apetece dedicarle tiempo a crear adornos más elaborados una idea es hacer figuras de marquetería. Simplemente hay que dibujar la figura en la chapa de madera, cortar con la sierra y pulir con lija los bordes. Aunque, si no se tiene ni tiempo ni muchas ganas también se pueden colgar frutos deshidratados o pinzas de tender de madera que se habrán decorado previamente. En definitiva, la cuestión es echarle imaginación y así todos los años se puede tener unas navidades diferentes.
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