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Pocos lugares asombran tanto como Valencia, ciudad que muchos –incluidos los propios valencianos– creen conocer. Esto tiene una explicación: su enorme fuerza histórica, pareja a todas las grandes civilizaciones del Mediterráneo, mezclada con el perpetuum mobile de sus habitantes, cuyo espíritu alegre y despreocupado convierte cualquier experiencia mística en una gran fiesta mundanal.
Si tienes la suerte de vivir la ciudad durante los festejos del Corpus, estarás imitando lo que en su día hicieron emperadores, reyes, príncipes o papas, como Blanca de Navarra, Martín el Humano y Juana de Sicilia, el Papa Luna, Juan II el Grande, los Reyes Católicos, Felipe III el Piadoso, Alfonso el Magnánimo, la Reina Juana de Nápoles, los emperadores Carlos V y Felipe II, el rey Felipe III con motivo de sus bodas reales; el Príncipe de Angulema, Fernando VII, la reina Isabel II con el futuro Alfonso XII y Alfonso XIII.
Los festejos se inician con los preparativos, del 10 al 22 de junio: toques de campanas, decoraciones callejeras (se incluye este año una nueva decoración floral hecha con vareta que representa el cáliz rodeado por cuatro columnas), románticos cantos nocturnos tradicionales (albaes), conciertos de música de banda, conferencias, visitas guiadas, juegos, cenas, bautizos de neófitos, misas y entrega de grandes ramos (pomells) a las autoridades como invitación.
El viernes 21 trasladan las once rocas, simbólicos carros monumentales espectaculares del siglo XIV llevados a mano o a caballo, en este caso a mano, a la plaza de la Virgen. En la plaza de la Reina, frente a la puerta barroca de la catedral todavía se puede visitar L’Escuraeta, tradicional mercado de cerámica.
La cita ineludible será el domingo 23 de junio. Ese día, a las 12 de la mañana, montado en un caballo (si la salud se lo permite) y recorriendo las calles del centro, el Capellà de Les Roques invita de viva voz a las autoridades y al pueblo llano a asistir a la Procesión del Corpus Christi de Valencia. Así da inicio, previa a la Procesión Solemne, la llamada Cabalgata del Convite, que sale de la plaza de Manises para acabar su recorrido en la plaza de la Almoina, situada en lo que fuera el foro romano de la ciudad.
Esta primera cabalgata, donde se encarna a los personajes bíblicos y tradicionales, se inicia con el baile de los nanos o cabezudos, que animan a los asistentes con castañuelas, tabal, dolçaina y gigantes compuestos por españoles, turcos, gitanos y negros, que representan los cuatro continentes entonces conocidos: Europa, África, Asia y América.
También baila la Moma, una de las danzas más características e intrigantes de la fiesta proveniente del medievo francés, en la que una mujer vestida de blanco que representa la Virtud (en realidad es un hombre debajo de la máscara blanca) baila, cortejada y amenazada por los bastones de los Momos, que simbolizan los siete pecados capitales, a los que esquiva.
Le siguen las sencillas dancitas del Cavallets (caballitos), la Mangrana (granada), los Arquets (arquitos), Pastorets (pastorcillos), Llauradors (campesinos) y la dels Turcs (los turcos), muchas realizadas por los más pequeños. Se celebran también, mientras avanza la comitiva por las calles del centro, las escenas teatrales religiosas, pero no sacramentales, de la Edad Media, los misterios o entremeses: el antiquísimo de San Cristóbal y los Peregrinos, o el Adán y Eva.
También desfila el Misterio del Rey Herodes con la Degolla, representando con mazos a los sicarios de Herodes que mataron a los santos inocentes y cuyos numerosos componentes van reclamando a gritos agua a los vecinos. Desde los balcones se lanzan cubos de agua (la Poalà, en la calle dels Cabillers) para refrescarles; y ellos, a su vez, refrescan en broma los presentes. Es el momento más esperado por los niños.
La senyera y los Timbaleros de la Ciudad cierran esta primera Cabalgata del Convite. Es por la tarde cuando se participa en la Solemne Procesión del Corpus Christi, precedida, unas horas antes, alrededor de las 16.30, por el Desfile de las Rocas. Las calles están engalanadas con tapices y motivos florales, y el suelo cubierto de enramadas de mirto y hierbas aromáticas para dar paso al Santísimo.
A las 19:00 h. se abren las puertas de la catedral para iniciar la procesión. La Cruz Arzobispal de la Catedral y los Candeleros, acompañadas por algunas parroquias de la ciudad y el Gremio de Carpinteros son los primeros en salir por la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia.
Es conveniente tener un programa de mano para saber quién es quién entre tantos personajes de la Biblia, que solo se pueden reconocer, igual que las imágenes de las iglesias, por detalles característicos que llevan en las manos o por la vestimenta de cada uno.
A continuación siguen diversos personajes del Antiguo Testamento y otras parroquias junto con el Gremio de Confiteros. La representación del Ángel Custodio de la Ciudad de Valencia, Los Heraldos, la senyera, la bandera de Valencia, y la Banda Municipal cierran esta representación ciudadana.
Detrás, los personajes del Nuevo Testamento y Els Cirialots, 26 ancianos coronados vestidos con túnica blanca y barbas, seguramente ilustres penitentes en su origen, que preceden a la Custodia con sus característicos cirios de grandes dimensiones (en realidad los cirios en sí miden 30 centímetros).
Y finalmente la Custodia, que aunque es la más grande del mundo, es llamada la de los pobres por haber sido realizada con aportaciones de dinero y joyas donadas por los ciudadanos valencianos. Va acompañada por los Mancebos, seis varones jóvenes ataviados con vestiduras del siglo XVI de terciopelo y seda en colores rojo y blanco.
Rindiéndole honores desde los balcones engalanados y las sillas reservadas colocadas en la calle, los vecinos reciben a la Custodia del Santísimo Sacramento con una lluvia incesante de pétalos de rosa que llega a formar una auténtica cortina, mientras la Custodia es incensada a su paso.
Es muy difícil condensar aquí todas las actividades que la Asociación de Amigos del Corpus, el Ayuntamiento y el Cabildo organizan, desde la Misa con el Pregón en la Iglesia del Patriarca, la noche de fiesta, la Misa Pontifical en la Catedral, los volteos de campanas desde el Miguelete o la tradicional subida de la calle Palau. Es imposible explicar con detalle cada uno de los 400 personajes y participantes de la procesión.
Cada una de las figuras que desfilan tiene su historia. Verás águilas doradas de Pátmos, dragones, bestias medievales dominadas por santas, legionarios romanos, el barco de San Nicolás, militares españoles de servicio, niños de primera comunión, todo ambientado por tracas y música.
Así que lo aconsejable es informarse en la página de la Asociación de Amigos del Corpus o en la página del Ayuntamiento de Valencia, donde encontrarás la historia detallada de esta impresionante celebración y el cumplido horario de sus actos, siempre sujeto a variaciones. También puedes fiarte de la bondad de los extraños y preguntar a cualquier vecino invocando la vieja norma de la hospitalidad. No lo dudes: entra en la Historia y descubre una Valencia desconocida.