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Provocación y mercantilismoA pesar de que, como señalan los rótulos, no está autorizada por el artista, la exposición de Banksy es uno de los sucesos culturales de las fiestas navideñas en Madrid. Tal vez precisamente sea por esto, o por tratarse del artista callejero por excelencia. Es decir, un creador a pie de calle con todo lo que significa: identificación con su mensaje por parte de quienes viven en las ciudades, cuyos muros, como reza el título de la muestra, son lienzos para exhibir su trabajo.
A pesar de que, como señalan los rótulos, no está autorizada por el artista, la exposición de Banksy es uno de los sucesos culturales de las fiestas navideñas en Madrid. Tal vez precisamente sea por esto, o por tratarse del artista callejero por excelencia. Es decir, un creador a pie de calle con todo lo que significa: identificación con su mensaje por parte de quienes viven en las ciudades, cuyos muros, como reza el título de la muestra, son lienzos para exhibir su trabajo.
El asunto se percibe en el ánimo de quienes visitan estos días el Círculo de Bellas Artes. Complicidad con el mensaje de las obras y admiración por la capacidad de expresar, con total claridad y vitriólica perspectiva crítica, los mensajes más comprometidos. Algo que choca con el mercantilismo que rodea al artista y que alcanza al precio elevado de esta exposición, 15 euros la entrada.
Así es Banksy, considerado uno de los artistas más importantes de nuestro tiempo, si atendemos al impacto que produce. Creador desconocido, protagonista de actuaciones tan memorables como la ilustración que apareció durante la pandemia en un hospital del Reino Unido, en la que un niño juega a los superhéroes, ensalzando una enfermera con mascarilla, mientras a su lado hay una papelera en la que ha tirado a Batman y a Superman.
No es el único icono universal surgido de la imaginación del artista. Unos niños, manos sobre el corazón, saludan con aire militar a un calzoncillo ilustrado con la Union Jack que cuelga en lo alto de un mástil; los aborígenes que acechan con sus lanzas a dos carritos de supermercado; el manifestante que lanza un ramo de flores, en vez del consabido cóctel molotov; Cristo crucificado, con sendas bolsas de la compra en sus manos; Churchill con cresta punky; una Cámara de los Comunes en la que una pandilla de chimpancés ocupa los puestos de los parlamentarios. Son algunos de sus trabajos más conocidos que se recogen en esta muestra que reúne más de 70 obras.
También destaca la sala dedicada a la causa Palestina. En ella se muestran fotografías de algunos de los murales pintados por Banksy en el muro levantado por Israel en los territorios ocupados, y se da cuenta del hotel abierto por el artista en Belén, para recoger fondos para la causa palestina, cuya frase publicitaria para atraer turistas subraya que se trata del hotel 'con las peores vistas del mundo'.
Artista, rebelde, gamberro, provocador, la no autorización de Banksy tiene que ver con el debate sobre la licitud de mercantilizar el arte urbano, en teoría nacido para ser popular, pero que bate récord en subastas y cuelga en museos y galerías, siendo precisamente la mejor muestra de ese mercantilismo que empapa todo de nuestra sociedad y que tanto critica su obra.
Viaje al arte degeneradoMuchos de los cuadros que cuelgan estos días en las paredes del Thyssen-Bornemisza se exhibieron antes en otras exposiciones. Sucedió durante la II Guerra Mundial, solo que entonces se mostraron no para despertar admiración y reconocimiento, sino para humillar a sus autores, calificados como degenerados por los nazis.
Muchos de los cuadros que cuelgan estos días en las paredes del Thyssen-Bornemisza se exhibieron antes en otras exposiciones. Sucedió durante la II Guerra Mundial, solo que entonces se mostraron no para despertar admiración y reconocimiento, sino para humillar a sus autores, calificados como degenerados por los nazis.
Acabada la contienda, Hans Heinrich Thyssen pensó que era un buen momento para adquirir muchas de aquellas obras y, también, para rehabilitar la imagen de unos artistas que habían sido machacados por el nacionalsocialismo. "Que este arte hubiera sido calificado como degenerado fue un aliciente para coleccionarlos", señalaba el barón cuando se refería a su magnífica colección de arte expresionista, que hoy se exhibe íntegra en esta exposición, junto con pinturas pertenecientes a su viuda, Tita Cervera, y a sus hijos Francesca y Alexander, alguna de las cuales se ven por primera vez en España.
Artistas del fuste de Emil Nolde, Wassily Kandinsky, Paul Klee, Franz Marc, George Grosz, Ernst Ludwig Kirchner y Auguste Macke, entre otros, y que abarcan todas las épocas del movimiento expresionista y es el preludio de los actos que el museo va a realizar con motivo del centenario del barón, que se cumple en 2021.
Esto es un queso o quéEsto es un queso. O, aunque lo asegurara Magritte, su autor, tal vez no lo sea. La luz que da el caballo-lámpara de al lado solo logra confundir un poco más, al convertir un enorme bombín en un molde para tartas, amenazado con ser atropellado por una mesa con patas de ruedas de bicicleta. La apoteosis llega en la sala siguiente. La preside la obra cumbre del Dalí más interiorista. Una Mae West que transmuta a sala de estar, en cuyo centro un jugoso sofá de color rojo encendido son los labios de la diva o, tal vez, la invitación a sentarse un rato para intentar entender las cosas que nos rodean. O para dejarnos devorar por ellas.
Esto es un queso. O, aunque lo asegurara Magritte, su autor, tal vez no lo sea. La luz que da el caballo-lámpara de al lado solo logra confundir un poco más, al convertir un enorme bombín en un molde para tartas, amenazado con ser atropellado por una mesa con patas de ruedas de bicicleta. La apoteosis llega en la sala siguiente. La preside la obra cumbre del Dalí más interiorista. Una Mae West que transmuta a sala de estar, en cuyo centro un jugoso sofá de color rojo encendido son los labios de la diva o, tal vez, la invitación a sentarse un rato para intentar entender las cosas que nos rodean. O para dejarnos devorar por ellas.
Una silla con pinchos, la escultura de Dalí con una barra de pan convertida en singular sombrero, una mesa con aspiraciones de lámpara y cosas así. Universo inquietante de sombras y formas extrañas que se prolongan en objetos irreales que, a poco que se les mire de frente, estremecen.
La exposición de CaixaForum 'Objetos de deseo. Surrealismo y diseño 1924-2020' muestra el fascinante universo surrealista a través de un aturdidor conjunto de 279 obras, que incluyen pinturas, esculturas, fotografías, carteles, vídeos, publicaciones diversas y una amplia batería de objetos cotidianos pasados por el tamiz del punto de vista de Salvador Dalí, Marcel Duchamp, René Magritte, Giorgio de Chirico, Joan Miró, Le Corbusier, Man Ray y otros artistas del mismo palo.
Objetos en apariencia inútiles, pero que no lo son tanto. Con ellos, los surrealistas consiguen hacer trabajar a las telarañas de nuestras emociones y los convierten en obras de arte. Tras la publicación en 1924 del Manifiesto del Surrealismo de André Bretón, el movimiento devino de forma casi instantánea en movimiento intelectual.
Con el empleo de herramientas como la ironía, el terror y el subconsciente, los surrealistas moldean la más esquiva de las materias. La que conforma nuestros sueños, obsesiones, miedos y lo irracional que se esconde en nuestro yo profundo. La convierten en un peine, una lámpara peluda y algo que tal vez sea un queso. La exposición de CaixaForum se pone un pan por montera y, al verla, dan ganas de contárselo a alguien por el teléfono langosta.
Un milagro en las paredesHa sido tan complicado, que en el Reina Sofía la califican de auténtico milagro. Tras varios años de preparación de esta exposición, a la hora de recibir en préstamo las obras acordadas con otros museos, se encontraron con que la covid-19 los había clausurado, literalmente.
Ha sido tan complicado, que en el Reina Sofía la califican de auténtico milagro. Tras varios años de preparación de esta exposición, a la hora de recibir en préstamo las obras acordadas con otros museos, se encontraron con que la covid-19 los había clausurado, literalmente.
La pandemia había enclaustrado a sus trabajadores y echado el cierre a las instituciones. Nadie podía responder los acuerdos. No había manera de traer los cuadros a Madrid. Los del Reina Sofía no se rindieron y siguieron la lucha. Hasta conseguir abrir la exposición 'Mondrian y De Stijl' el pasado noviembre, medio año después de la fecha prevista. Aseguran que ha sido una de las más difíciles de los 30 años de historia, que se celebran precisamente este año.
Por fin inaugurada, la exposición vive estos días sus mejores momentos. El público ha respondido y llena las salas, siendo conveniente hacer reserva previa para la visita. No es para menos. Cuelga casi un centenar de obras maestras de Piet Mondrian y del movimiento De Stijl, precursores de las corrientes artísticas que sucedieron en la segunda parte del siglo XX.
La muestra es un recorrido por la evolución del artista holandés y supone la más importante realizada en España sobre su obra. Paisajes y bodegones derivan a la abstracción absoluta, expresada en sus inconfundibles líneas rectas y colores planos. A partir de la tradición pictórica holandesa, que puede verse en las obras más tempranas de la muestra, Mondrian experimenta la influencia del cubismo, iniciando un viaje en el que deconstruye árboles y edificios, desterrando de sus lienzos el menor atisbo de figuración.
Geometría básica, colores rotundos y ausencia de la menor perspectiva le fueron suficientes para producir unos cuadros que cualquiera se puede creer capaz de hacer, pero que en realidad esconden una compleja estructura que lleva al espectador a una absoluta armonía y a la serenidad.
La segunda parte de la exposición está consagrada a De Stijl, el movimiento neoplástico precursor de una estética que inundaría nuestro mundo varias décadas más tarde y en el que no quedaron ajenos la arquitectura, el interiorismo e incluso el diseño de mobiliario. Entre maquetas, planos y muebles, se reproduce a tamaño natural una habitación infantil diseñada en 1919 y que no parece tan lejana en el tiempo.
60 años sin dejar el pincelLos madrileños conocemos a Fernando Botero por sus rotundas moles metálicas de grupas sobadas por los turistas que se hacen selfies con ellas. La mujer del espejo, el caballito del aeropuerto y la mano que saluda a los coches que pasan desde Nuevos Ministerios han convertido al artista colombiano en un habitual de la capital. La relación de este artista con Madrid se remonta seis décadas atrás, cuando era estudiante de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Muy cerca de la institución madrileña se abre esta muestra, su mayor retrospectiva realizada en Europa.
Los madrileños conocemos a Fernando Botero por sus rotundas moles metálicas de grupas sobadas por los turistas que se hacen selfies con ellas. La mujer del espejo, el caballito del aeropuerto y la mano que saluda a los coches que pasan desde Nuevos Ministerios han convertido al artista colombiano en un habitual de la capital. La relación de este artista con Madrid se remonta seis décadas atrás, cuando era estudiante de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Muy cerca de la institución madrileña se abre esta muestra, su mayor retrospectiva realizada en Europa.
En un recorrido que abarca todas las etapas de este prolífico creador, que presume de no haber dejado de pintar ni un solo día en su vida, la exposición del Palacio de Cibeles está organizada en siete secciones. La más importante, América Latina, recoge a todo volumen el latido del continente del que es oriundo Botero.
Las versiones de pinturas clásicas son recogidas en otra de las secciones. Se trata de las más robustas interpretaciones jamás realizadas de obras claves de la historia del arte, salidas de los pinceles de Velázquez, Rubens, Piero della Francesca, Van Dyck y gente así.
Una poco conocida selección de bodegones da paso a la que debe considerarse la culminación de la muestra, tres secciones con los temas predilectos del pintor colombiano: la religión, los toros y el circo. La última de las partes de la muestra contiene su obra más reciente e inédita realizada en acuarela a partir de 2019.
Mucho más que fotoperiodismoIgual que otras tantas, esta exposición ha sufrido sucesivos retrasos en su inauguración por causa de la covid-19. Por fin, ahora ya puede visitarse en la sede de Plaza de Castilla. Sus instantáneas muestran el prolongado idilio que la Fundación Canal mantiene con la más reconocida agencia fotográfica del mundo. Aquí se descubre que Magnum es algo más que el fotoperiodismo por el que es conocida universalmente y se enseña la faceta más artística de sus muchachos y muchachas.
Igual que otras tantas, esta exposición ha sufrido sucesivos retrasos en su inauguración por causa de la covid-19. Por fin, ahora ya puede visitarse en la sede de Plaza de Castilla. Sus instantáneas muestran el prolongado idilio que la Fundación Canal mantiene con la más reconocida agencia fotográfica del mundo. Aquí se descubre que Magnum es algo más que el fotoperiodismo por el que es conocida universalmente y se enseña la faceta más artística de sus muchachos y muchachas.
Un conjunto de 130 instantáneas, que abordan temas tan variados como la sexualidad, el acervo popular, el voyerismo y la identidad, todos ligados al cuerpo que señala el título de la exposición. Miradas variadas, encuadres distintos, pero siempre un punto de vista personal, el de los 14 autores seleccionados en el inmenso fondo editorial de la agencia fundada en 1947 por un puñado de fotógrafos, entre los que se encontraban Henri Cartier-Bresson y Robert Cappa.
Gente tan universal como Philippe Halsman, Bruce Gilden, Susan Meiselas, Herbert List, Antoine d’Agata y Cristina García Rodero, la primera española que fue admitida en la agencia y una de las tres únicas fotógrafas nacionales adscritas en la actualidad, las tres mujeres, por cierto.
La inquietud de los cuerpos que viven en los márgenes de la sociedad atrapados por el objetivo de Antoine d’Agata, la intimidad de los desnudos masculinos de Herbert List, el ejercicio notarial, auténtico predecesor de los time-lapse actuales, con el que Eve Arnold disecciona la intimidad de Joan Crawford en sus sesiones de maquillaje, depilado, peluquería y uñas, con los que la diva decía querer mostrar su devoción al público. También los divertidísimos retratos de celebridades saltando de Philippe Halsman y la sala dedicada a las fiestas populares de García Rodero, estas últimas series lo mejor de la muestra.
Reflejos de una pesadilla cotidianaCorrían los pasados sesenta y Estados Unidos vivía una época de esplendor, pero también de turbulencias. Poderío económico y luchas sociales a partes iguales. Consumismo y desigualdad fueron los alimentos de la batidora del arte americano, quien no tardó en engendrar a alguno de sus más notables hijos. Tendencias, corrientes y escuelas que se retroalimentaban con aquellos acontecimientos y sus imbatibles iconos.
Corrían los pasados sesenta y Estados Unidos vivía una época de esplendor, pero también de turbulencias. Poderío económico y luchas sociales a partes iguales. Consumismo y desigualdad fueron los alimentos de la batidora del arte americano, quien no tardó en engendrar a alguno de sus más notables hijos. Tendencias, corrientes y escuelas que se retroalimentaban con aquellos acontecimientos y sus imbatibles iconos.
El Arte Pop es el más conocido de todos. No fue el único, en un laberinto que transita por tendencias como el minimalismo, el conceptualismo, el fotorrealismo y el imaginario de los cómics. Andy Warhol, Roy Lichenstein y Robert Rauschenberg fueron tres de sus profetas más afamados. También contribuyeron Willem de Kooning, Jasper Johns, Mel Bochner, Julie Mehretu y Ed Ruscha, junto con otros muchos que también cuelgan obra en esta expo. Su trabajo señala el camino que ha seguido el arte hasta nuestros días y que es el reflejo del rumbo que lleva la sociedad que vivimos.
De la Estatua de la Libertad a las latas de sopa, la bandera estadounidense, Marilyn Monroe, Jackie Kennedy, gasolineras, cohetes, el Sida, los chascos políticos, el feminismo, la guerra de Vietnam, el crack financiero... Todos son los símbolos de una cultura y la materia con la que aquellos artistas rellenaron la zanja que separaba el arte culto, tradicional y elevado, del popular y de consumo.
Lo hicieron alejándose del óleo y las dimensiones formales y el uso de la pintura tradicional, utilizando técnicas cotidianas y tan poco consagradas como la serigrafía, el offset y la impresión industrial. Les sirvió para enseñar los costurones de aquel sueño de prosperidad y éxito que devino en pesadilla. En ello estamos todavía.
Con la cabeza llena de pájarosEl invierno se ha instalado en la ciudad. Hace frío y la sierra ya está cubierta de nieve. Lo típico en estas fechas. Asuntos meteorológicos que no parecen importar nada a las flores que ocupan el Palacio de Cristal de El Retiro. Forman parte de una exposición de título tan inclasificable como su contenido: "A un cuervo y los huracanes que, desde lugares desconocidos, traen de vuelta olores de humanos enamorados", del kosovar Petrit Halilaj, en colaboración con el artista Álvaro Urbano.
El invierno se ha instalado en la ciudad. Hace frío y la sierra ya está cubierta de nieve. Lo típico en estas fechas. Asuntos meteorológicos que no parecen importar nada a las flores que ocupan el Palacio de Cristal de El Retiro. Forman parte de una exposición de título tan inclasificable como su contenido: "A un cuervo y los huracanes que, desde lugares desconocidos, traen de vuelta olores de humanos enamorados", del kosovar Petrit Halilaj, en colaboración con el artista Álvaro Urbano.
Las ventanas del Palacio de Cristal permanecen abiertas. Es para que se renueve el aire, por el coronavirus, pero también para que entren los pajarillos que viven en El Retiro. Son un complemento de una muestra donde solo se escucha su revoloteo y las continuas llamadas de atención de los vigilantes, para que se coloque bien la mascarilla algún descuidado que tiene la cabeza llena de pájaros.
En su instalación más personal, el artista balcánico ha recreado un universo donde los pájaros son protagonistas. En imitación de los pergoleros, aves de Oceanía cuyos nidos están considerados verdaderas obras de arte, amapolas, claveles, lirios y otras flores de tamaño gigante llenan el edificio. Unas no menos grandes patas metálicas se asientan junto a la figura de un cuervo blanco. De dos metros de altura y vestido de inmaculado traje del mismo color, agarra con sus manos una rotunda cachava. No hay noticias de que la haya usado de momento, a pesar de como llevan algunos puesta la mascarilla.
Para este 2021 museos y demás instituciones madrileñas, que tienen el arte como objetivo principal, han anunciado un panorama que no apagará el brillo cultural que vivimos. Estas son algunas de las exposiciones programadas para este nuevo año.
'Georgia O’Keeffee. Retrospectiva'El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza convoca, a partir del 20 de abril, a visitar sus salas temporales, que acogerán la primera retrospectiva que se expone en España de Georgia O’Keeffe. Conocida por sus grandes cuadros de flores, aunque también por sus paisajes de la naturaleza americana y del territorio urbano neoyorquino, es una de las artistas clave del arte estadounidense de la primera mitad del siglo XX. Un recorrido través de 80 obras, que muestran la trayectoria de esta mujer pionera de la abstracción y baluarte de un sincretismo cultural del arte indígena americano con las vanguardias.
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza convoca, a partir del 20 de abril, a visitar sus salas temporales, que acogerán la primera retrospectiva que se expone en España de Georgia O’Keeffe. Conocida por sus grandes cuadros de flores, aunque también por sus paisajes de la naturaleza americana y del territorio urbano neoyorquino, es una de las artistas clave del arte estadounidense de la primera mitad del siglo XX. Un recorrido través de 80 obras, que muestran la trayectoria de esta mujer pionera de la abstracción y baluarte de un sincretismo cultural del arte indígena americano con las vanguardias.
'Marinus. Pintor de Reymerswale'La inauguración, el próximo 9 de marzo, de esta exposición marca una las actividades del Museo del Prado más importantes en 2021. Se trata de la primera monográfica dedicada a Marinus van Reymerswale, artista flamenco que para nada debe considerarse un pintor menor. Su técnica, que muestra ciertas influencias de Leonardo da Vinci, es una de las más depuradas del siglo XVI, destacando sus minuciosos retratos de personajes contemporáneos y bodegones. La muestra intenta reparar el desconocimiento absoluto que se tiene de este pintor en nuestro país, a pesar de que la institución madrileña conserva la mayor colección de obras suyas.
La inauguración, el próximo 9 de marzo, de esta exposición marca una las actividades del Museo del Prado más importantes en 2021. Se trata de la primera monográfica dedicada a Marinus van Reymerswale, artista flamenco que para nada debe considerarse un pintor menor. Su técnica, que muestra ciertas influencias de Leonardo da Vinci, es una de las más depuradas del siglo XVI, destacando sus minuciosos retratos de personajes contemporáneos y bodegones. La muestra intenta reparar el desconocimiento absoluto que se tiene de este pintor en nuestro país, a pesar de que la institución madrileña conserva la mayor colección de obras suyas.
'Emilia Pardo Bazán. El reto de la modernidad'Casualidades de la vida. Ahora que el Pazo de Meirás, refugio de la escritora gallega, está de absoluta actualidad al haber sido restituido al pueblo gallego tras su apropiación por el dictador Franco y su familia, la Biblioteca Nacional abre a partir del 20 de mayo esta muestra que tiene como protagonista a Emilia Pardo Bazán. Un minucioso repaso a los muy variados aspectos de su vida y su obra, en los que destacan su importancia como escritora, historiadora, empresaria cultural, periodista y absoluta feminista, en el año del centenario de la muerte de una figura clave de la cultura española.
Casualidades de la vida. Ahora que el Pazo de Meirás, refugio de la escritora gallega, está de absoluta actualidad al haber sido restituido al pueblo gallego tras su apropiación por el dictador Franco y su familia, la Biblioteca Nacional abre a partir del 20 de mayo esta muestra que tiene como protagonista a Emilia Pardo Bazán. Un minucioso repaso a los muy variados aspectos de su vida y su obra, en los que destacan su importancia como escritora, historiadora, empresaria cultural, periodista y absoluta feminista, en el año del centenario de la muerte de una figura clave de la cultura española.
'Imagen humana: Arte, identidades y simbolismo'Así nos vemos, así nos mostramos. CaixaForum organiza desde el 29 de abril esta exposición que enseña cómo nos vemos, cómo nos hemos visto a través de la historia. La representación humana, en un ambicioso recorrido que profundiza en los simbolismos que las diferentes culturas y civilizaciones han aparejado al cuerpo humano. Esquematismo, misterio, modernas tecnologías y misticismo en un viaje de 11.000 años a través de las culturas.
Así nos vemos, así nos mostramos. CaixaForum organiza desde el 29 de abril esta exposición que enseña cómo nos vemos, cómo nos hemos visto a través de la historia. La representación humana, en un ambicioso recorrido que profundiza en los simbolismos que las diferentes culturas y civilizaciones han aparejado al cuerpo humano. Esquematismo, misterio, modernas tecnologías y misticismo en un viaje de 11.000 años a través de las culturas.
'Joanie Lemercier. Paisajes de Luz'Espacio Fundación Telefónica inaugurá el 5 de febrero 2021 una muestra del artista audiovisual francés Joanie Lemercier en la que se presentarán cinco instalaciones en las que el galo combina la expresividad digital con la poesía y un lenguaje de respeto hacia lo natural. Experiencias sensoriales a través de la tecnología llevan a reflexionar sobre temas que no pueden obviarse, como el cambio climático.
Espacio Fundación Telefónica inaugurá el 5 de febrero 2021 una muestra del artista audiovisual francés Joanie Lemercier en la que se presentarán cinco instalaciones en las que el galo combina la expresividad digital con la poesía y un lenguaje de respeto hacia lo natural. Experiencias sensoriales a través de la tecnología llevan a reflexionar sobre temas que no pueden obviarse, como el cambio climático.
'La máquina Magritte'Desde el lejano 1989, fecha en que la Fundación March celebró una inolvidable retrospectiva de este pintor surrealista, no se ha organizado ninguna exposición de Rene Magritte. Lo hace el Museo Thyssen-Bornemisza a partir del 14 de septiembre, con una muestra que reúne 70 obras en la que, junto a lienzos y obra sobre papel, se incluyen fotografías y películas.
Desde el lejano 1989, fecha en que la Fundación March celebró una inolvidable retrospectiva de este pintor surrealista, no se ha organizado ninguna exposición de Rene Magritte. Lo hace el Museo Thyssen-Bornemisza a partir del 14 de septiembre, con una muestra que reúne 70 obras en la que, junto a lienzos y obra sobre papel, se incluyen fotografías y películas.
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