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“Si Pepe Solla, que nunca me ha pedido nada, me llama para que venga, me planto aquí”, decía Andoni Luis Aduriz unos segundos antes de comenzar su turno el viernes 6 de julio a las 7 de la tarde, mientras ante la larga barra del Show Rocking Guía Repsol, los cinco grandes cocineros que iban a servir sus tapas a la concurrencia se preparaban en sus puestos. No se trataba de competir sino de acercar un bocado del concepto que ofrecen en sus restaurantes al público de uno de los festivales más esperados del verano, en el que la simbiosis entre música y la cocina resulta lo más natural del mundo.
Tanto el alma mater de ‘Mugarizt’ como Paco Morales, el hombre que está rescatando del olvido la influencia andalusí en ‘Noor’, se sentían un poco como un pulpo en un garaje antes de comenzar. No están acostumbrados a que se agolpen los clientes en pos de una de sus creaciones. Su nivel de exigencia casa regular con la improvisación. Sin embargo, no tardaron ni cinco minutos en sumarse al ambiente de fiesta total y volverse tan locos como el resto despachando, charlando y haciéndose selfies con el personal.
El milagro de juntar a tantos grandes en tres noches tan especiales es obra de Pepe Solla, precursor de la nueva cocina gallega y uno de los padres del grupo Nove. Él se encarga de que amigos de su propia tierra como Javier Olleros (‘Culler de Pau’, 2 Soles), Lucía Freitas (‘A Tafona’), Yayo Daporta (2 Soles), Beatriz Sotelo (‘Cambre’) o Juan Crujeiras (‘Bido’, 1 Sol) se fusionen con colegas del resto de España y los top que llegan de fuera.
Todo un espectáculo ver a Diego Guerrero (‘Dstage’, 3 Soles), Pablo González (‘Cabaña Buenavista’, 3 Soles), Maca de Castro (2 Soles), Yolanda León (‘Cocinandos’, 1 Sol), el lisboeta Kiko Martins (‘A cevichería’) y el peruano Christian Bravo (‘Bravo Restobar’), entre otros, echándose una mano para sacar adelante los bocados de autor a todo gas. Allí estaba también, el imprescindible Edgar Núñez del aclamado ‘Sud 777’ en México DF, con sus botellas de mezcal a modo de gasolina.
No te pierdas nuestra selección de imágenes de la cocina del festival:
La barra atestada todos los días hasta agotar existencias. Aquí no sobraba nada. “En otros festivales estos pinchos están en la zona VIP pero aquí no, aquí queremos llegar a todo el mundo y que todos lo prueben”, cuenta Pepe Solla, quien explica que la asistencia al festival por la música y la gastronomía está cada vez más equilibrada.
Andoni Luis Aduriz, el chef de 'Mugaritz', fue uno de los más aclamados la tarde del viernes. La gente se acercaba a la barra para poder hacerse fotos con él, darle un beso, saludarle o preguntarle por sus tapas antes de probarlas. El cocinero con 3 Soles Repsol respondió a todo con buen talante e, incluso, contó alguna anécdota.
La ostra de Andoni venía directamente de la carta de este año del 'Mugaritz'. Primero, porque quería traer algo actual; y segundo, porque este pincho representa para él mucho de lo que le gusta de su cocina. Sin olvidar, por supuesto, que con ella rendía homenaje a la tierra gallega.
El desenfado reinó en un ambiente donde también se trabajó duro (no hubo un descanso desde que se prendieron los fogones). PortAmérica resulta el sitio perfecto para desmelenarse, relajarse y reírse sin dejar de cocinar. Nadie olvidó ni un segundo que el cardiaco ritmo de curro no está reñido con la fiesta. Hubo tiempo para abrazos, bailes con la espumadera en la mano y chupitos.
Paco Morales, el rey de 'Noor', sirvió su tapa de Falafel de haba seca sobre vasitos de cartón; y preparó además un nabo blanco con tartar de cordero. Eso sí, él mismo reconoció en un directo para Guía Repsol en Facebook que no se había atrevido a traer la esencia 100% Alandalus que caracteriza a Noor.
Entre preparar tapas y saludar a compañeros –Andoni estaba justo a su lado en el Show Rocking-, Morales tuvo tiempo para atender a su público, escuchar sus opiniones y saciar sus demandas en un ambiente que se prestaba a la distensión.
La espera en la barra, por larga que fuera, siempre era divertida. Cuando no aparecía alguno disfrazado gastando bromas a los festivaleros, sonaban los músicos invitados al escenario ubicado justo encima de la zona habilitada para preparar las tapas.
El peruano Christian Bravo (a la izquierda), con una sonrisa perenne, preparó su Causa de atún acholado con acebichada de rocoto. Ahora, uno de los grandes protagonista de la noche del viernes fue el mexicano Edgar Núñez, del restaurante ‘SUD777’, y no porque se pusiera a ayudar a su compatriota Roberto Ruiz, de ‘Punto MX’, sino porque repartió chupitos de mezcal entre los miembros del equipo del Show Rocking como si no hubiera un mañana.
Había dos turnos por día, con cinco cocineros en cada uno, para sacar adelante todas las tapas. Eso sí, sin pereza para colocarse la chaquetilla y echar una mano con los pinchos de otros compañeros cuando apretaba el trabajo. En esta imagen, se ve a Beatriz Sotelo trabajando el viernes, con ganas y sin descanso. El día de sus tapas era el sábado.
Las tapas de los cocineros fueron las verdaderas protagonista del festival. Mientras sonaba la música, se repetían las peticiones en la barra de esos bocaditos selectos ideados por tantos soles.
La noche del sábado fue la gran noche de las mujeres. Maca de Castro, Begoña Rodrigo, Lucía Freitas, Beatriz Sotelo y Yolanda León ocuparon su espacio entre los fogones y las planchas del Show Rocking. En esta imagen, Lucía Freitas preparando su bocata de vaca.
Y entre tapa y tapa, también hubo tiempo para echarse unas risas aunque fuera trabajando. Yolanda León, de ‘Cocinandos’, y Lucía Freitas, de ‘A Tafona’, dándolo todo.
¡Cómo nunca vimos antes a los grandes de la cocina española! Bailando, animando a los músicos, riéndose con los compañeros... Una fiesta en toda regla, pese al esfuerzo de atender a una multitud deseosa de probar sus pinchos. El chef de DSTAgE, Diego Guerrero, en la imagen, también disfrutó de lo lindo.
Ya fuera del Show Rocking, se exhibía otra sorpresa. Cómo sonaba era lo de menos, y eso que lo hacía bien, porque la batería que montamos con cazuelas y paellas cerca del escenario principal estaba custodiada y mantenida por músicos. Se convirtió, sin embargo, en el verdadero juguete de los más pequeños de la casa, que pasaron a darle fuerte a los pucheros con cucharones y espumaderas para sentirse auténticas estrellas del rock.
Un habitual ya del PortAmérica: Pepe Solla tocando la guitarra. Lo hizo el último día en el escenario del Show Rocking. Al gallego no le afectó haberse pasado todo el festival animando a los compañeros, echandose bailes detrás de la barra y riendo sin descanso. De aquí, todos salieron, salimos, contentos.