Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
Ni la Cibeles, ni el Retiro, ni el Palacio Real, ni el Temblo de Debot, ni el Real Jardín Botánico. Esos recursos podrían considerarse obsoletos para una mirada educada en Instagram. Con tanta sobreexposición de lugares turísticos es lógico que se busquen escenarios sorprendentes y originales. Es más, en la cada vez más voluminosa presencia en Instagram ya no solo se analiza el estilismo o la actitud del protagonista, sino también el escenario donde se ha realizado la foto, por lo que es habitual que muchos enclaves se repitan hasta la saciedad, sobre todo aquellos que suben los insta travellers (los influencers especializados en escapadas y viajes) y los insta foodies (los especializados en comidas). Por ello, en estos tiempos, la postal de atardecer o de monumento típico convive con el vistoso pastel de la cafetería de moda o la bebida de burbujas coreana.
Todos esos fondos especiales capaces de inspirar a otros influencers se suelen etiquetar con hashtags como #instagrammablesplaces, #instagrammablewals, #hotspots o #instagramworthy. Este último está adquiriendo mucha importancia ya que las redes sociales están cambiando la percepción que se tiene sobre si un lugar es bonito o feo, simplemente se tiene en cuenta si es un lugar digno, o no, de Instagram. Lo importante es que se vea bien en redes sociales.
"Al estar ya implantadas en las mentes de la gente, las redes influencian la estética y la imagen está mucho más presente en nuestras vidas –comenta el artista plástico David Farran de Mora (@farrandemoraart y @tobygaller)–. Ahora todo el mundo es fotógrafo trabajando gratis para Instagram y haciendo fotos obsesivamente para lograr aceptación en forma de likes y más followers. Si un sitio es carne de Instagram se convierte en bonito per se. Por ejemplo, el monumento homenaje al Holocausto en Berlín es uno de los paisajes mas instagrameados... da igual la falta de respeto al hacerse un selfie ahí posando. La gente ve un sitio bonito que va a quedar bien en la foto y ya está... todo lo demás no importa. Ahora mismo el que dicta lo que es bonito es el diabólico y burlón algoritmo".
Bajo el a.k.a. Farrandemora, David participa en un proyecto lanzado por la Galería especializada en new pop, brut art, grafiti, cómic outsider y video arte, 'Toby Gallery' (Jesús y María, 19. Madrid) cuya intención es invitar a varios artistas para que decoren sus cuatro puertas de hierro y así dinamizar el street art del castizo barrio de Lavapiés. El principal objetivo de la acción es que las puertas se conviertan en potentes instagram spots. "La idea era usar las redes sociales como el mejor instrumento para llegar a la gente más joven que casi ya no entiende otro lenguaje –asegura David–. Mi intención era cambiar la estética del barrio, reivindicando los días pregentrificación y apostando por una modernidad antihipster muy necesaria".
En su trabajo David ha querido hacer un homenaje a dos artistas. Por un lado a Keith Haring. "Recrea los lemas icónicos del Haring del baño de The Center o del Crack is Wack Playground de Nueva York, es decir, el Haring más punk y reivindicativo". Y por otro, a Vázquez y las Hermanas Gilda. "Aterrizan en Lavapiés como dos marcianas y con más vigencia y gracia que nunca, convirtiendo lo que era una posible imagen de la memoria colectiva del imaginario de la alt-right española, en todo lo contrario, o sea, en icono de libertad sexual tal y como queda implícito en los cómics del alter ego políticamente incorrecto de Vázquez –puntualiza David–. Haring y Vázquez podrían ser artistas de 'Toby Gallery' fácilmente".
La cuestión es que con cada una de las imágenes subidas se despierte en los adictos a las redes la necesidad de ir a un lugar, de conocer un establecimiento o de visitar un rincón escondido y etiquetarlo. Lograr las tan ansiadas menciones y el aumento del contador de seguidores es un objetivo que requiere investigación, inspiración y, sobre todo, un cuidado del muro excepcional. Y claro, seleccionar un fondo es algo que no se debe dejar al azar. "Dar con el escenario adecuado tiene mucha importancia pues también cuenta cosas sobre la persona –asegura David–. Cuanto más original sea, más cool va quedar el personaje y más atención provocará en forma de like, repost o guardar como favorito. Así el algoritmo detecta más actividad y posiciona mucho mejor. Todo ello apoyado por buenos hastags", por supuesto.
Elegir un escenario es muy suigéneris y depende mucho de los gustos de cada uno. A David, por ejemplo, le tiran las iglesias de estilo brutalista de los años 70 que tanto abundan en la capital o las chatarrerías y traperías, los puestos de casquería del mercado… "es decir, todo lo que a priori no es ni chic, ni amable, ni cool, ni mainstream y que puede provocar un cortocircuito digital y mental tanto al algoritmo de Instagram como a los influencers pero que, retratado convenientemente, puede convertirse en tendencia". Madrid ofrece muchos sitios para ser originales y aquí va una muestra.
Las fotos en la naturaleza dan mucho juego pero resultan muy aburridas si se hacen todas en el Parque del Retiro. "Hay instagramers que copian mucho a otros y eso denota falta de creatividad", puntualiza David. Un consejo: en la fotografía de paisajes no hay que abarcarlo todo. Resultan mucho más efectivas si las tomas se centran en un detalle: las flores de un arbusto, un árbol torcido, unas ramas rotas, la corteza de un tronco… ¡No hay que tener miedo a los primeros planos! Es más, descubrir texturas puede ser un aliciente y un toque diferente. Es importante destacar un detalle que retenga la atención del observador. En el Parque del Oeste o en la Casa de Campo se pueden encontrar rincones vegetales sorprendentes.
Las marcas han sabido reconocer el gran potencial que tienen las persianas de los locales y últimamente las decoran con sus mensajes publicitarios. Pero, además de ser un potente reclamo comercial, también pueden tener un gran potencial artístico. "Son un estupendo soporte para el street art –cometa David–. Creo que las tiendas tendrían que dejar sus persianas metálicas como lienzo abierto para que artistas los trabajen, dejando a un lado lo comercial, y dejar que se conviertan en un género de arte urbano de por sí". En la capital hay muchas zonas donde se pueden ver bastantes, como en la calle Segovia.
"Como el objetivo es el postureo, figurar y llamar la atención hay que cuidar el fondo porque puede decir mucho de la persona. Creo que la gente mira todo con lupa y un fondo original es un must para el selfie perfecto. Es tan importante como el estilismo", asegura David. Hay muchas paredes intervenidas que pueden dar color –y un punto de intelectualidad– al muro virtual. Y algunas, firmadas por artistas de calibre. La Latina, Lavapiés y Malasaña ya están demasiado vistos por lo que es muy recomendable pasarse por el Mercado de Los Mostenses, en el centro de la capital, o por barrios como Tetuán, una auténtica joya del arte urbano.
Las puertas y las ventanas son también una obsesión de las redes. La tendencia es ya tan numerosa que ha sido bautizada como Doortait (bajo el hastag #doortrait) y que no es más que retratar puertas. Además de tener un lado esotérico –la puerta es considerada un símbolo que implica una transición de un lugar o de un estado o nivel a otro: un punto de acceso a una realidad diferente– también tiene un lado estético y hay puertas para todos los gustos: antiguas –como las del Monasterio de las descalzas Reales o la Casa Museo Lope de Vega– o intervenidas como la de 'Toby Gallery'.
Hay lugares destartalados, abandonados, ruinosos o sombríos que, por ese punto oscuro que tienen, pueden resultar atractivos y altamente instagrameables. Por ejemplo, unas escaleras mecánicas en desuso en una estación de tren, un establecimiento sin actividad que no ha sido reformado nunca o un rincón vetusto en una calle poco transitada. Normalmente, estos sitios suelen pasar desapercibidos pero, para los ojos educados en su búsqueda, enseguida son atraídos por su peculiar atractivo.
Los anuncios dan mucho juego por la tipografía, las imágenes, los colores y su gran tamaño. Un póster puede resultar un fondo estupendo y, además, los hay de temáticas muy diversas. El concierto de un artista, una obra de teatro, el estreno de una película… Aunque también son muy resultones los de comidas. Helados, bocatas de calamares, sushi o hamburguesas pueden convertirse en un provocativo marco.
Los escaparates de las tiendas pueden ser también un filón de likes sobre todo cuando son originales y tienen un punto curioso y hasta bizarro. Eso sí, para evitar los desagradables reflejos, no hay más que elegir bien el ángulo, desactivar el flash, acercar la cámara del móvil todo lo posible y utilizar un filtro. Además, como aconseja David, "es mejor meter cosas nuevas que sorprendan por muy extravagantes que resulten. Nunca sabes si van a funcionar y convertirse en virales". Y atención porque últimamente los negocios están decorando las fachadas con todo tipo de ornamentos, como globos o flores, por lo que es una opción a tener en cuenta para primeros planos.
Hay rincones arquitectónicos en la ciudad que merece la pena mostrar al mundo a través de las redes sociales. Un túnel, unos soportales, una estatua, una fachada, un puente… Construcciones que decoran cualquier feed de Instagram y que pueden dar a nuestros selfies ese toque cultural tan apreciado y esa fuerza visual tan buscada. En Madrid hay lugares muy especiales como el Museo de Escultura al Aire Libre del Paseo de la Castellana o las pérgolas en forma de setas de la Plaza de Colón.