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Es una de las mujeres más respetadas y trabajadoras de la escena española. Lo mismo le da un plató de televisión, que las tablas del teatro o el set de rodaje de una película, porque siempre da con la tecla de su personaje, haciéndolo suyo, convirtiéndose en él. En Secuestro, intenso thriller en el que interpreta a una abogada capaz de jugarse el pellejo para proteger a su hijo, Blanca Portillo vuelve a demostrar que está hecha de una pasta especial.
Aunque tenga razones de sobra para exhibir maneras de diva, esta actriz madrileña se muestra siempre accesible y cercana, haciendo gala de unos gustos tan sencillos como "zamparme un buen chuletón en Arenas de San Pedro (Ávila)" o conducir su coche, fiel compañero desde que empezó a ser conocida por el gran público tras su participación en 7 vidas.
Son los acantilados de Tavertet en Els Cingles, cerca de Vic... Cuando lo vi por primera vez me quedé muerta. Está cerquísima de Barcelona, como a tres cuartos de hora, y hay unas casas rurales de las de quedarse a vivir allí. Yo llegué y pensé, "¡pero si esto parece el Cañón del Colorado!". Ha sido un rodaje precioso, lo de Cataluña es un escándalo.
Casi, casi. Eso se nota mucho dependiendo de qué catering organice las comidas o si tienes un sitio en el lugar de rodaje al que puedas ir. Pero vamos, la comida del rodaje nunca es lo mejor del rodaje. Aunque hay excepciones, a veces te encuentras cosas estupendas.
No, me gusta conocer sitios nuevos. Y que me lleven las gentes del lugar, sobre todo. Yo siempre pregunto “¿dónde voy a comer?”. Cuando vas de gira eso es maravilloso porque la gente de los teatros te suele decir sitios estupendos para comer o para cenar que están abiertos hasta las tantas de la mañana, porque tú sales muy tarde de la función. El problema es que luego no me acuerdo nunca de los nombres de los sitios, ¡soy un desastre!
El de debajo de mi casa, 'La taberna Oliveros'. No sabes lo que es eso, lleva 100 años por lo menos. El señor abre cuando quiere, y hace un cocido que no se puede creer. Es casi mejor que el mío, que ya es decir. Me encantan los sitios antiguos, con solera.
Sí, lo cual no quita que si me llevas a un sitio estupendo y modernísimo yo sea muy feliz, pero me encanta la cocina tradicional. Yo como porque tengo que comer y porque me gusta la comida, pero no me parece una experiencia religiosa. Hay gente a la que sí. Me gustan las comidas que me recuerdan a mi casa.
Yo no había ido a Carballo (La Coruña) nunca y me pareció impresionante. Hay tantos sitios… Te coges un coche y te vas por las carreteras pequeñas de Euskadi, por los alrededores de las ciudades, y empiezas a ver lugares que dices, "pero Dios mío, ¿dónde estoy? He entrado en Mordor". Y luego, a uno o dos kilómetros, un valle precioso que parece la Comarca de los hobbits. Hay muchos sitios sorprendentes y tenemos una profesión fantástica para conocer lugares. La pena es no poder quedarte luego. Pero me tomo la revancha cuando puedo coger unas vacaciones de verdad.
Los preparo bastante. Me encanta coger el coche y moverme por ahí, así que suelo escoger un centro de operaciones y luego voy yendo a los sitios que me interesan. Cuando viajo, viajo con todas las de la ley. Otra cosa es viajar para trabajar, que casi no te deja tiempo para el turismo.
No, eso no me ha pasado afortunadamente, no me lo digas que me muero. Siempre salgo con mucho tiempo. Tengo un coche que tiene casi nombre y apellidos, al que quiero muchísimo y que funciona muy bien. Hay una canción de Bebe que lo llama 'su casita con ruedas' y para mí es justo eso. Siempre salgo muy temprano, viajar en coche siempre es una aventura, un gran placer. Nunca me han puesto una multa, soy muy cuidadosa y me encanta ir con tiempo para parar por el camino de vez en cuando.
Euskadi desde luego, sin duda. Y Burgos, que me encanta. Todo Castilla y León tiene algunos de mis platos favoritos.
Seguro que me pasaría un viaje divertidísimo con Asier Etxeandía, seguro. Porque además le gusta mucho comer, disfrutar y viajar, nos lo pasaríamos en grande. Me pondría buena música en el coche, sería divertidísimo.