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Acaba de cumplir un año al frente de First Dates (Cuatro), uno de los programas revelación de la televisión actual. Carlos Sobera es uno de los presentadores más queridos y polifacéticos, que ha trabajado de todas las grandes cadenas, además de actor y profesor universitario. Desde el 2016 es además empresario teatral, ya que es propietario del mítico Teatro Reina Victoria de Madrid.
En la actualidad compagina el programa de citas a ciegas con la obra de teatro 5 y acción, en la que comparte escenario y gira con sus dos grandes amigos Marta Hazas y Javier Veiga. Junto a ellos recorrerá varios puntos de la geografía española durante los próximos fines de semana de marzo, abril y mayo. Admirado por los profesionales del medio y querido por el público, Sobera saca tiempo entre focos, cámaras, trenes y gestiones para disfrutar junto a su mujer Patricia Santamarina, amigos y familia, de los pequeños placeres que ofrece la vida. El de Barakaldo es de buen comer y de viajar para desconectar del estrés del día a día, dentro y fuera de nuestras fronteras.
No te quepa la mínima duda, porque al final que la gente encuentre su media naranja en nuestro programa y sea feliz, incluso se case o esté a punto de tener hijos, es un puntazo. Al final, que el trabajo además de servir de entretenimiento, que está muy bien, también sirva para que la gente pueda resolver problemas o encontrar el amor, es un plus muy sabroso.
En España tengo varios sitios favoritos que visito cuando puedo. Toda la costa norte me encanta: Santander, Asturias, la costa vasca o la gallega... para mí son zonas excepcionales y podríamos por allí grabar en cualquiera de sus paisajes. Mi segundo territorio favorito es la Costa del Sol: Málaga, Estepona, Marbella. Cádiz y Altea, en Alicante, también son muy bonitos y las Islas también, sobre todo El Hierro y Tenerife. Si me tengo que quedar con un paisaje sería el de la sierra malagueña o el de Urdaibai, en Bizkaia.
Mi madre decía que uno es de donde pace, pero yo siento mucho mis raíces bilbaínas. He estado viviendo toda mi vida en Barakaldo, incluso los últimos años entre Madrid y Bilbao, y me siento muy de mi tierra, de mi origen. La verdad es que si mejora el clima y todo apunta a que sí con el cambio climático, abandonaré mi sueño de irme a vivir al sur cuando me jubile para irme al norte.
Cuando estoy en Madrid de continuo, que es cuando estoy haciendo teatro como ahora, me gusta mucho ir a 'La huerta de Tudela' (1 Sol Repsol). Me gusta mucho la comida del norte y allí es verdura pura, me encuentro muy a gusto, como pez en el agua. Es un sitio para mí emblemático de Madrid, porque además está cerca del Teatro, en la calle del Prado. Tiene un chef maravilloso, una cocina estupenda y unas verduras –especialmente las alcachofas y los espárragos– excepcionales. Es un lugar mágico para comer.
Me gusta todo. Cuando estoy en Madrid o Barcelona me gusta disfrutar de una comida sofisticada como puede ser 'Diverxo', de Dabiz Muñoz, que es una comida imaginativa que está muy rica; pero también soy de pincho de tortilla de barra, de esta que lleva verdura y chorizo. Me gusta mucho comer y me adapto a todo. Lo que pasa que viniendo de donde vengo me gustan mucho las barras cubiertas, estas que tienen pintxos o tapas excepcionales y creativas.
Al lado del Teatro Victoria está el 'Olé', un restaurante de tapas y pinchos de tortilla que están realmente buenos. Madrid, afortunadamente, está lleno de sitios para comer formidablemente.
Es algo maravilloso porque puedes programar y hacer muchas cosas creativas. Colocas un cuadro aquí, mejoras una butaca allá, una barra de bar... Todo eso es hermoso pero es una gran responsabilidad porque es una empresa difícil en tiempos complicados como los que vivimos. Tienes que hacerlo bien para que la gente vaya al teatro.
Al final lo logras tirando del tiempo de la vida personal. Al final todos los días tienes que ir al teatro a Madrid y eso es muy absorbente. Te lleva mucho tiempo porque cuando llegas a casa ya son casi las once de la noche, y esto en un día normal en el que no hay gira. Cuando viajas para hacer gira tienes además más sensación de libertad porque aunque parezca mentira a veces cuando estás fuera tienes más tiempo libre para tomar una tapa, entrar en una librería, charlar con los amigos por teléfono o hacer turismo. En casa siempre tienes cosas que atender, así que agradezco mucho las giras.
Muchas, pero todas tienen el mismo patrón porque yo te reconozco que soy muy clásico y me gusta la arquitectura románica y gótica. A mí con ciudades como Santiago de Compostela, que lo conocí haciendo teatro, o Cáceres, Salamanca o León, se me cae la baba. Ese tipo de ciudad que casi todo suele ser Patrimonio Nacional e Histórico, a mí me encantan, soy un entusiasta. Además son ciudades que por el tamaño se recorren bien y yo soy mucho de patear. Tienes tiempo de pasearlas mientras haces una función de un día o un par.
Yo iría a ver una buena obra de teatro, y luego a cenar a 'El barril de Las Cortes' o a alguno de los restaurantes que tiene mi amigo Chicote bien cerquita. El 'Puertalsol' es una delicia y allí te puedes tomar las uvas a las doce de la noche todos los días, imitando un poco la parafernalia de Nochevieja. Lo recomiendo porque es un sitio curioso, elegante y se come muy bien. Tiene su rollo y cuando vienen familiares o amigos de fuera es un sitio al que suelo ir, sobre todo en fechas cercanas al Año Nuevo, porque gusta mucho.
Yo luego me iría a tomar unas copas por el barrio de Huertas, tranquilamente, porque hay unos bares extraordinarios y ahora mismo que ha crecido tanto la tradición de las ginebras, los rones, los cocktails en general, tienen una oferta variada para sentarte a charlar. Ese sería el plan perfecto.
Yo planeo todo; luego, dentro de cada lugar, ya no me importa dejarme llevar por lo que vaya surgiendo. Siempre viajo con música y libros, necesito tener al menos una lectura, sobre todo si hago turismo de vagos, que hago a menudo y sienta muy bien. Es ese en el que quiero que me dejen en paz en la piscina y que cada vez que levante la mano me traigan una cervecita fresca.
Solía ir a 'El Trocadero de Marbella' y me hablaron de 'El Trocadero de Sotogrande' y es estupendo para perderte unos días y sobre todo para ir sobre todo con los niños, porque es un sitio donde disfrutar en la playa, que está cerca, hay buenas piscinas y se come muy bien. Hace una temperatura excelente. Me parece un sitio mágico para pasar unos días.
En España hay muchos que tienen especial encanto pero, sobre todo, voy a tirar para mi tierra, donde hay muchos sitios pero el mejor es 'Hotel Gran Domine' de Bilbao. Es un hotel que diseñó Mariscal, es muy original y tiene encanto. Está justo frente al Guggemhein, con lo cual duermes viendo el museo y eso es un privilegio que en Nueva York o Londres costaría muchísimo, pero que en Bilbao, donde somos más modestos, está al alcance de casi todo el mundo.
No es un lugar demasiado turístico pero yo diría que tienen que pasear por uno de sus barrios, el Regato, impregnado de naturaleza y luego que se fueran a tomar unos pintxos a la calle Zaballa.