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Ascenso a la colina y vistas del Parque Nacional de Cabañeros

Ruta en moto eléctrica por el Parque Nacional de Cabañeros (Toledo)

“Expedición Cabañeros”: diarios de moto eléctrica

05/02/2025 –

Actualizado: 03/02/2025

Recorremos en moto eléctrica el que para muchos es el “Serengueti español”, el Parque Nacional de Cabañeros, pasando por los Montes de Toledo sin dejar huella en este territorio solitario situado a dos horas de la capital.
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Una línea recta e interminable atraviesa la sabana manchega y nos guía a lo que muchos llamarían el “Serengueti español”. Pocos, sin embargo, lo conocen realmente. Hablamos de un paisaje de rañas donde aparecen encinas diseminadas en la llanura solitaria. Su final solo lo anticipan las colinas que ondulan esta acuarela horizontal de colores cálidos hasta cuando hace un frío siberiano. Como ahora, cuando la sabana se convierte en estepa y las autopistas desaparecen más allá de los Montes de Toledo, al oeste, y dejan paso a las carreteras secundarias que tratan de domar uno de los entornos con mayor riqueza natural de la Meseta Ibérica. Cabañeros nos traslada lejos, o cerca, depende de lo que se busque. Nosotros, en este caso, vamos a experimentar eso que llaman el slow driving. Pero este no es un viaje por carretera al uso.

Mirador de Estena de las Paradas en el Parque Nacional de Cabañeros.
El Mirador de las Navas de Estena es una de las entradas del Parque Nacional.

Desde Madrid ponemos rumbo al Parque Nacional de Cabañeros pasando por los Montes de Toledo en una expedición motorizada, sobre dos ruedas, para explorar este territorio en silencio, sin humos y sin dejar huella. “Respira el bosque mediterráneo” es el lema del lugar. ¿Cómo hacerlo? En moto eléctrica, en esta ocasión, una Zero Motorcycles.

Rumbo a la 'sabana castellana'

Partimos rumbo suroeste desde Madrid. Lo hacemos huyendo del tráfico y de las autopistas para tratar de descifrar el paisaje de la Meseta que se va desenvolviendo a ambos lados del asfalto. M-513, M-600 o M-507 son los nombres de las carreteras que vamos enlazando mientras pasamos por localidades como Pozuelo de Alarcón, Brunete o Navalcarnero al cobijo del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama. Este entorno natural de 22.116 hectáreas, situado al oeste de la Comunidad de Madrid, comprende 19 términos municipales. Se extiende desde la base de la sierra madrileña hasta la campiña de la depresión del Tajo donde el bosque mediterráneo, el de ribera y los cultivos o eriales colorean el paisaje. En este recorrido, Repsol dispone de estaciones de servicio con puntos de recarga rápida en Navalcarnero o Méntrida, ya en territorio manchego y a las puertas de los Montes de Toledo.

Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama.
Caminos del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama.

La carretera CM-4009 nos muestra el camino rumbo sur, dejando atrás pueblos como Torrijos, la Puebla de Montalbán o San Martín de Montalbán. Entramos ahora en el corazón de esta cordillera, la de los Montes de Toledo, que separa la cuenca del Tajo de la del Guadiana, que se corona por el Pico Villuercas (1.603 metros) y que delimitada al oeste por la sierra cacereña de Guadalupe y al este por la localidad de Puerto Lápice en Castilla-La Mancha.

Moto por el Parque Nacional de Cabañeros
En moto eléctrica nos permite hacer esta ruta disfrutando del sonido del entorno.

Bosques diseminados de encinas, alcornoques, quejigos y rebollos, valles esculpidos en pizarra, pedrizas y amplias planicies al pie de suaves montañas, más conocidas como rañas. El territorio de los Montes de Toledo es uno de los más antiguos, geológicamente hablando, de la Península Ibérica, moldeado desde el Paleozoico, hace 600 millones de años. En su epicentro se encuentra el Parque Nacional de Cabañeros, un refugio de biodiversidad, pero mañana hablaremos de ello. Ahora empieza a caer el sol entre las colinas y las rañas, pintando una estampa a lo Memorias de África y marcando el momento de buscar alojamiento “en mitad de la nada”.

Dónde dormir: cabañas perdidas

Cerca de la localidad de Navahermosa, a las puertas del Parque Nacional de Cabañeros, encontramos un camino polvoriento entre campos de alcornoque que terminan en el arroyo de Cedena. Abrimos la valla como quien entra en un rancho y descubrimos el antiguo paraje llamado Valdecorchos, hoy 'Cork Valley'. Este es un ecolodge situado en mitad de los Montes de Toledo y en la zona de influencia del parque nacional donde los viajeros se alojan en las podhouses o pequeñas cabañas de madera sostenibles para dos personas construidas en esta finca de 70 hectáreas.

Vistas de las cabañas Cork Valley en los Montes de Toledo
Las cabañas de ‘Cork Valley’, a cinco km de la civilización.

'Cork Valley' es un alojamiento only adults (sólo para adultos) y petfriendly, donde las mascotas son bienvenidas desde 10 euros la noche y los caballos corren en libertad. Mientras, los huéspedes se deleitan con el abanico de actividades que proponen para explorar este entorno natural o simplemente para disfrutarlo. ¿Un ejemplo? Refrescándose, en primavera o verano, en su infinity pool al más puro estilo resort de lujo en Kenia o Tanzania. “Estamos a cinco kilómetros de la civilización”, explica Miguel López, dueño de este alojamiento que se convierte en el mejor lugar para planear las rutas por la zona.

La puerta de entrada a los Montes de Toledo.
Los Montes de Toledo son uno de los más antiguos geológicamente de la Península.

Memorias de la Mancha

Las cabañas de 'Cork Valley' se encuentran en el municipio de Hontanar, el primer pueblo que exploramos ya en la zona de influencia de Cabañeros. Este concejo de apenas 1.000 habitantes se presenta al abrigo de la serranía y en el valle del arroyo Cedena, coronado por la torre de la fortaleza de Malamoneda y la iglesia de San Andrés Apóstol. Desde aquí conduciremos por la carretera CM- 4157 en un recorrido panorámico en ascenso por la cordillera que mira hacia el valle del Cedena y al Corral de Cantos, donde culmina una famosa ruta de senderismo en la zona. Pronto alcanzamos el Risco de las Paradas. Su nombre viene de la necesidad de aparcar la moto y de asomarse a este espectacular mirador del Parque Nacional de Cabañeros, situado a 1.154 metros de altitud. Otro balcón privilegiado lo encontraremos unos metros más adelante, en el desvío entre la CM-4157 y la CM-4153.

Hontanar (Toledo)
Hontanar, situado en El Valle de Cedena y en mitad de la serranía.

¿Derecha o izquierda? El viajero debe decidir ahora si adentrarse en el corazón del parque nacional, un territorio despoblado, de praderas verdes y doradas y de árboles aislados bajo suaves colinas donde los meses de otoño el ciervo deleita al espectador con la berrea. También lo hace el cazador en esta zona estructurada en cotos de caza por doquier y refugio de aves rapaces, cigüeñas negras y otras muchas especies en peligro de extinción que se divisan desde los distintos puntos de observación. Con una extensión 40.000 hectáreas, Cabañeros fue declarado parque nacional en 1995. Mientras la CM-4157 atraviesa el parque hasta su cara oeste, la CM-4153 propone un itinerario bordeándolo y asomándose a sus rañas y dehesas rumbo a Navas de Estena.

El picor de sol del invierno, la soledad de la carretera curvilínea y el silencio de la conducción eléctrica marcan esta ruta en la que nos vamos deteniendo cada poco para mirar a la derecha y contemplar este escenario africano si no fuera por la ausencia de los big five (elefante, león, rinoceronte, hipopótamo y leopardo) y de los masai. No tardamos en llegar a Navas de Estena, que se presenta como otra de las puertas de entrada de referencia al Parque Nacional de Cabañeros.

Vistas del Parque Nacional de Cabañeros
El Serengueti español.

“El municipio cuenta con una variedad de ambientes naturales, como rañas, arroyos y microturberas, que ofrecen un hábitat propicio para una amplia diversidad de especies vegetales y animales”. Así lo explican desde Destino Cabañeros, el portal web de turismo del parque. “Destaca especialmente el Boquerón del Estena, un valle que alberga una flora única en la zona, con tejos, abedules, alisos, acebos y helechos reales”, añaden. Cruzamos el pueblo y entramos en la reserva hasta el punto de partida de la ruta de senderismo del Boquerón del Estena, que sigue el cauce de este afluente del Guadiana entre acantilados.

El mirador del Estena se localiza en lo alto de un cerro accesible por un camino, primero asfaltado y luego de tierra, apto para motos, donde se enclava la ermita de la Virgen de la Antigua. En esta atalaya natural aparcamos la Zero y disfrutamos de una postal mesetaria en 360 grados atrapada entre la raña, el risco de la garganta fluvial del Estena y la silueta de los Montes de Toledo, entre los que asoma el pueblo de Navas.

Camino a la ermita de la Virgen de la Antigua.
Desde Navas de Estena, dejamos el asfalto para continuar hasta la ermita de la Virgen de la Antigua.

Las carreteras de la pampa ibérica

De vuelta a la carretera, seguiremos el itinerario de la CR-701 que continúa en paralelo al parque nacional. Ahora se muestra como una pradera sin fin cercada por campos de ganado vacuno estilo pampa. Son los que envuelven la localidad de Retuerta del Bullaque que presume de su iglesia de San Bartolomé y el Museo de la Fauna de Cabañeros. Quien explore la reserva desde este lugar descubrirá su mayor zona boscosa, donde los encinares, rebollares y alcornocales camuflan el asfalto de la CM-4017 hacia Horcajo de los Montes. En este pueblo se encuentra uno de los centros de visitantes del parque nacional.

Mirador de Estena en el Parque Nacional de Cabañeros
En nuestra ruta encontraremos espectaculares miradores.

A pesar del día soleado, el frío del invierno en la meseta manchega pronto se empieza a notar y a marcar la hora de completar el recorrido circular de vuelta a Madrid. Esta etapa final del roadtrip eléctrico parte desde Retuerta por la antigua carretera nacional que conduce a Toledo pasado El Molinillo y continuando por la CM-403. Las Ventas con Peña Aguilera, Pulgar o Argés son algunos municipios que vamos encontrando en la campiña que, poco a poco, se va tiñendo de tonalidades rojizas con la puesta de sol entre los Montes de Toledo. Antes de llegar a Madrid por su cara sur, la capital de Castilla-La Mancha nos recibe iluminada en la noche para lucir monumentos como el Monasterio de San Juan de los Reyes, la Iglesia de Santo Tomé, el Convento de Santo Domingo o el Alcázar emergiendo desde su casco histórico, declarado Patrimonio de la UNESCO.

Dónde comer cerca de los Montes de Toledo

La gastronomía de los Montes de Toledo y el Parque Nacional de Cabañeros está históricamente vinculada a la caza, teniendo el venado como producto estrella. Los restaurantes de la zona defienden una cocina tradicional y de producto donde, además de los derivados de la caza, tanto a la parrilla como en embutidos, cobran importancia las carnes de ternera y de vaca que pastan en los campos de la dehesa donde también se cultiva el olivo. El aceite de oliva virgen extra cuenta con Denominación de Origen, Montes de Toledo, y es otro de los pilares fundamentales de la cocina de esta comarca del suroeste de la provincia como la miel y los diferentes quesos.

Dos platos del restaurante El Hollejo (Pulgar, Toledo)
Dos de los platos de la carta de 'El Hollejo'. Fotos cedidas.

En el 'Bar Sartenilla' (Solete Guía Repsol), en Las Ventas con Peña Aguilera, están especializados en el venao en diferentes elaboraciones, desde los guisos, croquetas o embutidos, así como el jabalí y corzo. Mientras que en la taberna 'El Hollejo' (Solete), situada en el municipio de Pulgar, podemos degustar su milhojas de caza en escabeche con mousse de pato, su crujiente de oreja de cochinillo gyozas de venao o su oferta de pescados.

Guía para viajar en moto eléctrica

“La modalidad eléctrica no es para viajar. Eso lo tenemos claro, pero la única moto que te permite hacerlo es la Zero Motorcycles”, explica Xabier Chivite, CEO de XR Motos, punto oficial de venta de la firma de motos eléctricas en Madrid. “Zero no es una marca, es un segmento en sí; es como Tesla hace 10 años, pero para motos medianas y grandes que se pueden sacar en carretera”, apunta Chivite.

Estación de servicio Repsol en Méntrida.
Estación de servicio Repsol en Méntrida (Toledo).

Para este viaje por carretera por Castilla-La Mancha buscamos una moto para los que no son moteros. Al menos, para los que no cuentan con el carné A2 o A. Bastará con tener el permiso de conducir de coche y tres años de antigüedad, o el A1 (125 cc.). Carreteras secundarias, campos y caminos polvorientos dibujarán nuestro itinerario por los Montes de Toledo, que requerirá una máquina versátil con la mayor autonomía posible para “un viaje largo”. Xabi plantea la Zero DS. ¿En cifras? 60 CV, 140 km/h de velocidad máxima, 239 kg de peso y una batería de 14,4 kWh. Los expertos coinciden en que con el carné A1 no se encuentran motos con esta potencia, pero hasta el más inexperto descubre pronto el gran desafío de la conducción eléctrica: la autonomía y la carga.

Navas de Estena en la lejanía
Es importante planificar la ruta con los puntos de recarga bien localizados.

Este modelo, en concreto, cuenta con 232 km de recorrido sin necesidad de carga, que se puede hacer a través de un enchufe convencional en 4 horas y media o en un cargador de mayor potencia (de 6 kW) en el que se podría completar la carga total en 2 horas. Repsol, por ejemplo, cuenta con una de las redes de recarga de acceso público más relevantes de España. A día de hoy, a través de Waylet se puede acceder a más de 5.000 puntos de recarga totalmente operativos (2.100 puntos de recarga de la red de Repsol más otros más de 3.000 de otros operadores integrados en Waylet).

¿La ventaja? Además de lo ambiental, lo económico. Cargar la batería al completo puede costar 3 euros. “Es una experiencia diferente de viaje”, apunta Chivite. Aquí no existen las prisas. La ruta en moto eléctrica obliga a planear el itinerario haciendo hincapié en las estaciones de servicio donde detenerse a cargar la moto, cada 200 km aproximadamente, donde buscar el lugar idóneo para una experiencia gastronómica, cultural, para descansar o para conocer el propio destino. Lo dicho, slow driving.

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