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Diversión garantizada y un viaje tranquilo para tu mascota son los dos objetivos que garantizamos con estos juegos. El truco está en que plantean a tu perro un problema que tiene que resolver para poder conseguir la comida que llevan dentro, ya sea lanzándolos, golpeándolos o descubriendo un mecanismo. Favorecen la concentración relajada, evocan emociones positivas y desviarán su atención de otros estímulos, por lo que son muy útiles para gestionar el estrés producido por un viaje y te ayudarán a que no rompa nada en la habitación donde te alojes.
Te proponemos seis ideas que caben en la maleta y que tienen un precio realmente económico y algunos que incluso puedes hacerlos con tus propias manos.
Es uno de los primeros juguetes interactivos y de los más famosos. Consiste en un cono hueco de caucho que puedes encontrar de diferentes tamaños y durezas, dependiendo de la edad y dentadura de tu perro. Se rellena con pienso, paté, caldo de pollo congelado… Tu perro tendrá que apañárselas para sacar la comida, ya sea lamiéndolo, lanzándolo contra el suelo, rodando…
También conocido como 'ovni', consta de dos piezas enroscables que te permiten modular la ranura que queda entre ellas. Se rellena con pienso seco o trocitos de comida. Hay que golpearlo y girarlo para que salgan los premios. Incluso, hay perros que los desenroscan.
Es un juguete en forma de pesa fabricado con material resistente. Puedes introducir pequeños premios en su interior y untar con paté las ranuras de ambos lados. También puedes rellenarlo con paté solo, para que tu perro al morderlo lo haga salir. Si lo metes en el congelador una vez relleno, aumentarás la complejidad.
Enseña a tu perro una forma diferente de jugar con la pelota, no siempre hay que jugar a lanzarla y perseguirla. Se rellena con trocitos de pienso. Muy recomendable para perros que están obsesionados y solo ven en la pelota una "presa" a la que perseguir.
Este es un juego de olfato. Dentro de la manta escondes premios y tu perro tiene que encontrarlos valiéndose de su poderoso hocico. Simula la hierba del parque. ¡Es como tener tu propio césped en casa! En este enlace te cuentan cómo fabricártela tú mismo.
Si te gusta el Do it yourself, este es tu juego. Consiste en coser en una manta bolsillos de diferentes formas, telas en capas superpuestas, enrolladas… y esconder premios dentro. Combina olfato e inteligencia. En el mercado puedes encontrarla con el nombre de Dog Activity Matt, por si no eres muy manitas.
1. Empieza por ponérselo muy fácil a tu perro para que no pierda la motivación. Y, como siempre recomendamos, entrena primero, no le des el juguete justo en el momento en que te haga falta. Enseña primero a tu perro lo divertido que es jugar y después usa este recurso cuando lo necesites. En este enlace te explican cómo empezar a jugar desde cero.
2. Prueba el juguete cuando estés en casa. A pesar de que se fabrican con materiales resistentes hay perros "todoterreno" que destrozan hasta el juguete más robusto y pueden tragarse trocitos.
3. Los juegos no sustituyen las salidas al parque, el jugar contigo ni relacionarse con otros perros. Son una parte muy importante para el equilibrio emocional pero necesitan complementarse con otras actividades, como un buen paseo.
¡Y a jugar!