Puente Romano de Alcántara

Alcántara, Cáceres

Qué ver

Lo asegura una inscripción que luce el puente romano de Alcántara; y razón no le falta a la leyenda. Conserva toda su belleza y esplendor pasado, y hasta el nombre del arquitecto romano que lo diseñó no se ha borrado: Cayo Julio Lacer, en el auge imperial por tierras extremeñas, en el s. II, siendo emperador Trajano.
Su objetivo era facilitar la comunicación entre Norba, la actual Cáceres, y Conimbriga, la localidad portuguesa de Condeixa-a-Velha. España y Portugal formaban parte de los dominios imperiales.
Con una longitud de 214 metros, se apoya sobre cinco pilares de diferentes alturas, que van adaptándose a las irregularidades del terreno. Sorprende la altura y anchura de los dos arcos centrales; casi 30 metros de ancho y 48 de alto. Mirando el cauce sosegado del Tajo, parece desproporcionado, pero no lo es tal. En época de crecidas, el Tajo se expande a su acomodo por debajo, y ni desborda al puente ni daña los territorios colindantes. Las crecidas están calculadas. En el centro mismo del puente se eleva un Arco de Triunfo, de unos 13 metros con dedicatoria al emperador Trajano; ¡regia obra para regio mortal!.
En uno de los extremos del puente está el templete romano donde se puede leer el nombre del arquitecto y la leyenda que durará tanto como el tiempo dure. En el otro extremo, la llamada Torre del Oro, una torre defensiva construida en el s. XVIII, forma parte del conjunto defensivo de Alcántara desde entonces.