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El espectáculo comienza a las 10 de la mañana con una paellera voladora. La Feria de Muestras de Valladolid se prepara para acoger una nueva jornada de la Feria internacional de turismo de interior (Intur) con una invitada gastronómica muy especial: un arroz gigante. Pronto comienza a colocarse con mimo la leña y la paellera y desfilan los ingredientes del arroz Sol Repsol más grande del mundo, a cargo de la saga Riquelme, una dinastía culinaria en Alicante que ha llegado a Castilla y León para expandir la cultura arrocera y alimenticia del Mediterráneo. Pronto se formará una larga cola de asistentes a Intur con ganas de catar este producto famoso nacional e internacionalmente.
Imposible resistirse al olor que empieza a encargar el recinto ferial y a seducir a curiosos que observan todo el proceso. El equipo arrocero prepara con mimo cada detalle y sigue unos tiempos exactos para ir echando ingredientes sobre el fuego, siempre controlado para que el resultado sea uniforme y con el sabor compartido. La mañana soleada y con escaso viento acompaña a la elaboración pausada del inmenso plato, aunque los autores bromean con que la temperatura, fresca pero nada fría para estas épocas del año, difiere mucho de la de Alicante, de donde proceden el grupo y sus artes con la paella.
El cocinero Moncho Riquelme, especialista en arroces y paellas, ensalza ese show para el que montan una paella con un camión grúa que ha elevado a los cielos de la Feria de Muestras vallisoletana un famoso arroz que ha requerido algo más de una hora ante los fogones y toda la mañana de preparación. El equipo de los Riquelme, una dinastía dedicada a este plato en la Comunidad Valenciana, ha traído desde allí los 100 kilos de arroz, 130 de pollo, 80 de magro, 80 de tomate, siete de sal, 280 litros de caldo y 40 litros de aceite de oliva. Tampoco se han olvidado de un elemento esencial para su toque especial, ese estilo que los ha catapultado al éxito internacional: la leña, pues a Valladolid han llegado también 500 kilos de madera para hacer a mano esta deliciosa paella. Moncho describe así este producto: “No escatimamos en nada, la materia prima es de primera, trabajamos con primeras marcas y con gente de mucha calidad”.
Los Riquelme han preparado sus paellas “con viento, lluvia o nieve” durante 38 años en los que han conquistado el mundo, con la herencia del “emperador del arroz”, el patriarca de la familia, “el maestro Ramón Riquelme”, que sigue sorprendiendo al público con la calidad de su creación pese a su inmensidad. Otra hermana del clan, Rocío, alaba que este conocimiento sobre los arroces lo han heredado de su bisabuela, mentora a su vez de Ramón Riquelme. “Existe el tópico de que los hombres hacen la paella los domingos, pero ellos aprendieron de madres y abuelas. Por eso defendemos que el talento no tiene género y las mujeres tienen que tener visibilidad”, sostiene la también delegada de Mujeres en la Gastronomía en la Comunidad Valenciana.
Los hermanos sonríen con frases como "¡Qué buena os va a salir!" o "Es de Alicante, así que tiene que estar buena seguro" que va comentando la gente que se acerca y observa que primero se ha puesto a sofreír la carne, luego se han añadido las verduras y el caldo para rematar con el arroz, que deberá estar exactamente 18 minutos de cocción para adquirir el punto perfecto que aguardan los espectadores. La liturgia, asistida por las dulzainas y el tamborileo de bailes regionales típicos de la Comunidad Valenciana, incluye que los arroceros caminen en círculo en torno a la paellera para distribuir con máxima precisión el arroz sobre el conjunto de carne y vegetales que borbotea y coge color gracias a las especias. Allí manda David Riquelme, otro hermano del clan, que guía a los cocineros: "Hay que mover bien y luego darle una última vuelta".
Esta concentración ha ejecutado en Valladolid el arroz Sol Repsol jamás visto y abre camino para la gala de entrega de los Soles Guía Repsol 2023 que acogerá Alicante el próximo 27 de febrero. La cita se enmarca en la Feria Intur (Feria internacional del turismo) de esta ciudad castellana por su importancia en el sector y porque la nueva conexión ferroviaria directa hacia Alicante permite conectar fácilmente ambas zonas con la gastronomía como estímulo inigualable. Las raciones gratuitas para el público que ha acudido a degustar este arroz gigante sirven para abrir boca y animar a conocer los contenidos de la Guía Repsol y ofrecer una ruta turística hacia la costa este y sus atractivos para el paladar.
El secretario autonómico de Turismo de la Comunidad Valenciana, Francesc Colomer, ha destacado que citas como estas “vienen a reafirmar la apuesta de la Generalitat por situar la gastronomía valenciana como referente a nivel nacional y dignifica la excelencia de nuestra oferta turística”. Este encuentro pretende impulsar una ruta al alza gracias al AVE, pues la conexión Valladolid-Alicante está de moda y pronto se abrirá una línea ferroviaria de alta velocidad directa con Burgos. La vicealcaldesa y responsable del Patronato de Turismo de Alicante, Mari Carmen Sánchez, ensalza al arroz como “buque insignia de la gastronomía alicantina” gracias a su “calidad y la búsqueda de la excelencia por parte de nuestros hosteleros”.
El menú elegido, recuerda Moncho Riquelme, ayuda. “Con la paella, allá adonde vayas del mundo caes de pie. Hemos estado en Liverpool y al aterrizar no existía nada más, donde la montas es un éxito total de expectación, pues el arroz es el cuarto plato del mundo”, destaca el cocinero. La acogida de los vallisoletanos revela el éxito. Los grupitos van comentando que Alicante se merece una buena visita, con los jubilados encantados de hacer los honores para escapar del frío castellano. Maribel Pérez y José Manuel Fernández le dan “cinco Soles” al plato del día, con sus hijos sonriendo porque “está muy rica”. El matrimonio confiesa que son “muy de norte” pero estos estímulos animan a buscar nuevos destinos “para conocer comidas nuevas”. Francisco Quiroga coincide en diagnóstico: “Me he comido mi ración y la de mi hijo”... y se ha controlado porque tienen comida familiar en casa. Su pareja, Merche Ontoria, y él viajan mucho a Alicante con los pequeños, así que la paella Sol Repsol los anima a conocer la cocina de los Riquelme. Mismas ganas las del resto de la cola que, a la espera de dirigirse al Mediterráneo, recurren a un buen arroz para, al menos, viajar con el paladar.
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