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Coquetón espacio minimalista en la bonita población marinera de Roses en el Alt Empordà. El ambiente desprende relajación y bienestar, algo que ratificará la bondad de su cocina. Especializados en el pescado del día, directo de Lonja, que asa en plancha sin mistificaciones y por supuesto con el punto de cocción impecable al que acompaña de huerta ecológica . La carta, no muy extensa, con propuesta básicamente de cocina catalana con algún guiño a la internacional, resulta atractiva y sugerente y hace honor al resultado final con sabrosas elaboraciones para deleite del comensal. Pese a puntuar como 1 sol, merecimiento por su cocina, sin embargo necesitaría pulir algunos pequeños detalles para alcanzar por derecho esta clasificación. Altamente recomendable, de los de repetir experiencias y merecedor de seguimiento.
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