Museo de Arte Sacro

Teruel, Teruel

Qué ver

Valiosas piezas de orfebrería, cerámica, pinturas, retablos y archivo documental se guardan en los interiores del Palacio Episcopal de Teruel. No hay mejor lugar para contener el Museo de Arte Sacro que éste. La fe guardada en las dependencias del máximo representante religioso local y expuesta a la contemplación de todos; belleza atesorada por generaciones de creyentes a través del tiempo.
Elegante y discreta es la fachada principal de este edificio medieval del s. XVI, ubicado muy cerca de la catedral; sólo destaca la puerta de entrada, flanqueada por dos pares de columnas cilíndricas y un frontón triangular. El edificio tiene cuatro plantas. El interior está organizado entorno a un patio central, cubierto por una bóveda acristalada que protege del exterior y permite organizar eventos y exposiciones temporales. De él parten dos claustros, el bajo, por el que se accede a los jardines y al museo, y el alto, que conduce a las antiguas habitaciones del obispo, los salones de recepción y el salón del trono.
El museo se compone de cinco salas ordenadas según el Antiguo y el Nuevo Testamento. La primera, dedicada a la creación, muestra representaciones de San Juan Bautista, Santa Ana o la Virgen María; la segunda recoge escenas de la vida de Cristo, desde el nacimiento hasta su muerte y resurrección. La tercera rinde tributo a los mártires y santos que murieron por su fe. La cuarta se dedica a todo el ritual de la misa, santos oficios o eucaristía que recogen los Evangelios. La quinta rompe un poco el patrón y guarda el patrimonio de conventos y monasterios de la provincia, que al cerrar sus puertas, legaron sus mejores obras al museo.
Teruel está ubicada entre Zaragoza y Valencia, grandes focos de la producción artística medieval y por eso se convierte en depositaria de una de las mejores muestras pictóricas del arte gótico aragonés.