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Casi parece un monasterio debido al conjunto de edificaciones que la envuelven. La iglesia de San Esteban inspira paz y tranquilidad al que la recorre, al igual que el lugar donde se encuentra. Muruzábal no puede presumir de ser una localidad muy grande pero sí una de esas que gusta recorrer con pasos pequeños, disfrutando cada sorbito para no perder un detalle. La iglesia de San Esteban hay que tomársela igual y contiene la parsimonia de las cosas que necesitan tiempo para asimilarse. La torre de planta cuadrada invita al estatismo, permite a la mente a relajarse por un segundo para observar la belleza sosegada y sin algoritmos del templo. Sencillez de la mano del románico que se tejió entre siglos diferentes (desde el XIV hasta el XVII). Los tres grandes arcos del pórtico permiten al visitante, que la observa la espalda, cobijarse del sol navarro y del viento del noroeste que no hiela pero acobarda. La torre se alza por encima, sin intentar agarrar el cielo. Sus ansias son más humildes, solo quiere hacerse oír. Por ello sus vanos de medio punto dejan entrever las campanas. Ellas, omnipotentes, rompen el silencio cuando creen menester, no os preocupéis, es el canto de la iglesia sosegada, aún sabe quién es la que manda.
Parroquia de San Esteban, Calle de Auriz, 1, 31152 Muruzábal, Navarra
948344062
http://www.mancomunidad-valdizarbe.es/muruzabal.htm