Catedral de León

León, León

Qué ver

El momento más esperados del viaje a León es la visita a la catedral de Santa María. Así que hay dos opciones: o se planta uno en la peatonal Plaza de Regla nada más pisar la ciudad, o se va postergando la cita para que la expectación vaya en aumento. El sobrecogedor instante en que divisemos su silueta gótica desde cualquiera de las calles peatonales adyacentes a la explanada donde se levanta, será inolvidable. Estamos ante uno de los más refinados ejemplos del gótico en España, aunque, eso sí, de marcada influencia francesa. Reims y Notre Dame son referencias inevitables al verla. La actual catedral se comenzó a edificar a principios del siglo XIII. No obstante, tuvieron que pasar muchos años y maestros arquitectos para poder verla finalizada. Cualquiera de sus fachadas nos dejará sin palabras. Pero quizá sea la occidental la más impresionante de todas; la imaginería de sus puertas de la Virgen Blanca, San Juan y San Francisco es realmente hermosa. El pellizco es inevitable al mirar las torres que la flanquean, tan altas que parecen apuntar al cielo como si quisieran explotar las nubes. En el interior la emoción nos llega a través de la luz que se cuela por sus 125 vidrieras y que llena de matices el Altar Mayor, el coro de sillería, la Capilla de la Virgen Blanca y todas la joyas pictóricas y escultóricas que hay dentro de este templo que, no en vano, es conocido como la “Casa de la Luz”.