Plaza Mayor

Tarazona de la Mancha, Albacete

Qué ver

La iglesia de San Bartolomé, el edificio del Ayuntamiento, las casas nobles, bellamente construidas con balaustradas de madera y algunos soportales, de estilo colonial… Todas las edificaciones giran alrededor del interior cuadriculado de este recinto. Como antaño, lo más importante sucede en el corazón rectangular de esta plaza que conserva su trazado original desde el s. XVII.
Hoy sigue siendo el centro de la localidad y evoca el sabor añejo del pasado, con un regusto agridulce: nadie escapa a la mirada de nadie. Una vez has entrado, eres parte de lo observado y puedes ser observador, pues hay muchos bancos de madera donde sentarse y mirar desde distintos ángulos el trasiego de las gentes que la cruzan, sus prisas y sus pausas; cómo aparecen y desaparecen por las calles que desembocan a la plaza; cómo son tragadas de nuevo o liberadas de nuevo, en función de su permanencia o ausencia del lugar. Este sitio cumple a la perfección su cometido original: ser el lugar de todo lo público, con sus luces y sus sombras.
En el corazón mismo de la plaza, declarada bien de interés cultural, hay instalada una hermosa fuente de piedra desde 1928. Tiene una gran pileta circular y una columna central, con varios remates cuadrados, en distintos niveles, por los que fluyen los chorros de agua, que caen finísima y rítmicamente sobre el agua quieta de la pila. El mecanismo interior que impulsa la entrada y salida del agua, y vuelta a entrar y a salir, y así sucesivamente, evoca el fluir mismo de la plaza, como un circuito cerrado donde sucede la vida del pueblo.