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Paseo de la Castellana

Madrid, Madrid

Guía el eje vertical de la ciudad, como una brújula mirando siempre al norte, más allá de la Sierra. Una gran avenida que no es la más larga de Madrid ni la más concurrida, pero que es sin duda uno de los símbolos de la capital. Intercala palacetes con rascacielos, arte con rotondas, palacios de congresos y exposiciones con ministerios y embajadas. Aseguran que su nombre hace referencia al amor de un madrileño por una bella procedente de Castilla, pero no es así. Paseo de la Castellana se llama hoy, después de tantas denominaciones como mandatarios que han querido dejar su huella en la capital. Originariamente, y de ahí su verdadero nombre, el arroyo de la Fuente Castellana fluía en la que hoy es la plaza del Doctor Marañón; fin de la leyenda.

Recorre más de cinco kilómetros, partiendo de la plaza de Colón. Pasear por sus aceras, sus bulevares y bajo los puentes que la cruzan nos permite disfrutar de un museo al aire libre, con obras de Chillida y Botero, entre otros. Rascacielos y grandes centros de negocios, como AZCA, las Torres Kio o las Cuatro Torres componen la pequeña city de Madrid, como la de Londres junto al Támesis. En contraste, se aprecia en las casas señoriales de los nobles que se mudaron aquí en el s. XIX, cómo se demostraba la riqueza entonces, o grandes museos como el de Ciencias Naturales, que recuerdan a los que viven junto al Sena en París. Cuzco, Lima, San Juan de la Cruz… son varias de las muchas plazas que se intercalan en su trazado, además de la propia Colón o la plaza de Castilla, como altos de aprovisionamiento en nuestro viaje. Algunos sentirán que llegan al puerto de sus pasiones al ver a la orilla del paseo el gigantesco Santiago Bernabéu. Ríos y riadas de trabajadores y gente de negocios llegan en coche, bus o metro cada día para hacer que el motor de Madrid se siga moviendo. Irremediablemente, a sus orillas no faltan restaurantes que les den servicio a todos ellos e importantes tiendas que buscan localizaciones privilegiadas. Aunque ya no quede rastro de ese arroyo que dio origen a todo lo que ahora ven nuestros ojos, la riqueza que fluye en el paseo de la Castellana riega los campos de esta ciudad y de otras muchas. Sede de grandes empresas y multinacionales, siempre está deseosa de acoger a quien quiera hacer negocios en su ribera.

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