Barrio de Lavapiés

Madrid, Madrid

Qué ver

Hay cosas que no cambian nunca. Y Lavapiés, en constante evolución desde hace siglos, paradójicamente, es una de ellas. Geográficamente está muy cerca del centro de la ciudad, encuadrado entre Tirso de Molina, Embajadores y el Museo Reina Sofía, pero al atravesar sus calles sentimos que estamos entrando en otro mundo, casi literalmente, porque a este barrio siempre se han asentado las personas de fuera que querían ganarse la vida en Madrid y no podían permitirse otra cosa; desde hace siglos vienen a Lavapiés desde otras provincias de España y ahora, desde decenas de países distintos que comparten con los demás su cultura a través de mercados internacionales, bares y restaurantes de todo tipo. Un barrio que siempre ha estado, hasta cierto punto, dejado a su suerte por las autoridades, en el que sus vecinos no han esperado que nadie les solucione sus problemas y se buscan la vida y las alegrías con trabajo duro y colaboración. Conviven allí edificios con historia, como las corralas de vecinos o las Escuelas Pías, con locales culturales o de autogestión, como La Casa Encendida, La Quimera o la antigua Tabacalera, además de la Filmoteca Española o teatros de todo tipo, desde el Valle Inclán y el Circo Price al Teatro del Barrio. Sus fiestas son un espectáculo de diversidad, ya sean las tradicionales a las que se les da una vuelta de tuerca, como las de San Cayetano, San Lorenzo o la Paloma, o gastronómicas, como la ya famosa Tapapiés. En estos años de explosión cultural, Lavapiés es uno de los lugares de referencia.

Dicen que el nombre que se les daba a los vecinos del barrio, manolos, venía de que muchos conversos se llamaron Manuel a sí mismos para poder quedarse; lo que queda claro es que éste ha sido siempre un barrio diverso y de acogida al diferente.