La sopa de ajo con queso de Mahón es una receta perfecta para los que quieren variar de la tradicional sopa de ajo castellana y, además, les pirra todo lo gratinado, ¡se logra una combinación de sabores perfecta!
Aquí se propone la versión sencilla de este plato pero, si se quiere, la sopa se puede complicar a voluntad. Por ejemplo, añadir al caldo 1 buena cabeza de ajos entera, sin pelar, o 2, según tamaño, hasta que se cocine bien (40-45 minutos). Al final, se hace una crema con los dientes del ajo cocido y pelado, parte del queso rallado muy fino, un poco de nata de leche y se coloca sobre el pan ligeramente untado de aceite y tostado. Espolvorear con el resto del queso rallado e introducir al final bajo la salamandra o el grill antes de servirlo junto a la sopa.
Preparación de Sopa de ajo con queso de Mahón
Cortar el pan sentado (quitarle la corteza, si se quiere) y colocarlo en un plato hondo.
Salpicarlo de agua y colocar encima un paño o un papel de cocina humedecido. Dejarlo reposar un buen rato.
Calentar el aceite en una sartén grande y honda a fuego muy suave.
Echar el pan y sofreír moviéndolo sin parar para que se impregne regularmente de aceite sin empaparse.
Añadir antes de que termine la fritura los ajos y, al final, para que no se queme, el pimentón.
Mojar con el caldo, añadir un poco de pimienta, y dejar cocer unos minutos para que se esponje el pan.
Probar de sal y rectificar. Pasar esta sopa por la trituradora y volver a calentar en un cazo. Reservar caliente.
Encender el grill del horno al máximo.
Mientras, colocar las rebanaditas de pan en la bandeja del horno.
Pintar con un poco de aceite y colocar encima el queso bien repartido. Introducir bajo el grill a cierta distancia hasta que se funda y se dore ligeramente.
Servir la sopa muy caliente con las rebanadas con queso que, si se quiere, se pueden servir a un lado, en un plato pequeño.