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Cómo aprieta Manolo o cómo pega Lorenzo, lo mismo da para quejarse de que el señor Sol está haciendo bien su trabajo y hay que buscar refugio y refrigerio. El calor veraniego en Valladolid exige encontrar algún oasis donde pasar las horas de altas temperaturas y abrirse a un ocio no tan fácil de disfrutar durante el invierno. Ya saben aquello de que Pucela tiene cuatro estaciones: verano, invierno, la de buses y la de trenes. Por tanto, ahora que los termómetros se disparan, cobran peso las diversas terrazas que ofrece la ciudad y su alfoz para despejar el agobio y recuperar el sudor perdido con toda clase de bebidas para todos los públicos y, de paso, menear un poco el bigote. Valladolid cuenta con varios establecimientos, de características muy dispares, aguardando al visitante para ofrecer sombra y ágapes.
La Tarara sí, sobre todo en junio, julio o agosto. Esta amplia terraza, que dispone también de un restaurante cerrado, se ha convertido en una opción imprescindible para escaparse durante un rato de los rudimentos estivales. No se preocupe si piensa que probablemente mucha gente haya pensado lo mismo: la extensión es enorme, con sillas y mesas incontables. Malo será que no haya hueco o que justo alguien no se esté levantando y le deje hueco sobre el césped y bajo una de las sombrillas, ideales para protegerse del solete que sigue percutiendo hasta última hora de la tarde.
Por partes con 'La Tarara': el visitante accede a una parte con restaurante, cerrado, con cómodas mesas, para quienes opten directamente por la gastronomía, siempre aliñada con un vinito o una buena cerveza. Otras mesas pegadas al local sirven también para comer y tomar un poco el aire. Al fondo, detrás del seto, lo que viene siendo la terraza con público diverso. Una tarde cualquiera se dan cita señoras de cierta edad, al fondo varias chavalas veinteañeras charlan de sus cosas en una especie de cabaña independiente, más allá una parejita joven se da arrumacos mientras se hace una foto con el móvil, al lado un matrimonio desconecta del trabajo con un combinado.
La barra de este Solete Guía Repsol, ambientada en madera, con motivos étnicos como tótems o cuadros con animales, dispensa todo aquello que uno desee. Las especialidades de la casa varían desde el mojito al Bloody Mary, desde el batido de fresas hasta cócteles con piña o múltiples frutas de temporada. Tampoco faltan cañas al uso, un amplio abanico de vinos, copas de toda variedad o refrescos para sentarse a continuación en el patio. El césped refresca los pies, con algún cliente incluso despojándose del calzado para respirar, y las sombrillas cumplen su función. El lugar, a las afueras de Valladolid, permite distintas zonas de sol o de sombra y gracias a su frescor hace difícil salir de allí cuando cae la noche, aunque el fin de semana siempre permite más margen. La música, por último, como mandan los cánones de un chill out como este: house suavecito para esquivar la cara ardiente del verano.
Un poco más abajo de 'La Tarara', o un poco más arriba, según se mire, se encuentra 'Costa del Piñón'. La calle Canal recibe el nombre precisamente por el Canal de Castilla junto al cual se encuentra este restaurante con terraza. No hay excusas para no ir, pero sí esclusas: desde ese sistema de ingeniería hidráulica del siglo XVIII se estableció una ruta de comercio y negocio hacia el norte, con los barcos fluviales aprovechando la conexión acuática. Los tiempos cambian y Valladolid sigue aprovechándose de este cauce, esta vez en forma de sillas, mesas y sombrillas junto al frescor del agua, habitualmente con la compañía de patos atentos a comensales que los deleitan con unos chuscos de pan.
'Costa del Piñón' dispone de dos opciones para la clientela: el citado espacio exterior, amplio pero tan bien cotizado que suele requerir reserva previa, y un diáfano merendero interior para comer. Las raciones, menús o comandas también se sirven fuera. Dentro, al fondo, el gran atractivo del restaurante: las brasas. Sobre ellas vuelan decenas y decenas de pinchos de lechazo, joya gastronómica castellana e indispensable para quien acude con hambre. Pulpo a la brasa, calamares o rabas sirven como alternativa para la carne, bien preparada sobre las ascuas. Punto positivo: el extractor de humo funciona a pleno rendimiento y no molesta en las mesas.
Este establecimiento se convierte en una opción más que interesante para las comidas grupales veraniegas, donde a veces agobia citarse en un espacio cerrado y el cuerpo pide algo de aire fresco, a la hora del almuerzo o de cenar. También se presta para encuentros familiares, citas tranquilas en pareja para picar algo antes de comer en casa o para un café o copa después de comer, siempre a la sombra y con la compañía de los patos. Después, o antes, tienen el recurso de 'La Tarara', y viceversa, dueños distintos pero retroalimentados por dos funciones distintas para la clientela.
'COSTA DEL PIÑÓN' - Av. de Gijón, 30. Valladolid. Tel: 622 587 094
Otro rollo. De la calma al rock and roll. 'La Fundición' no tiene esos árboles frondosos o apacible césped, pero sí una amplia variedad de recursos para que una familia, sea como sea, se entretenga cualquier día por la tarde o cuando cae la noche. Por partes. 'La Fundición' se encuentra junto a una bolera, ocio complementario para redondear la velada. Una vez dentro, el cliente puede quedarse bajo techo y dejarse deleitar por la parrilla y las carnes que una mampara de cristal permite contemplar mientras se cocinan. Huele bien, mejor sabrá.
En verano gana peso la amplia terraza, cuyo espacio abierto regala brisas interesantes cuando el calor azota. Hay cómodas mesas, butacas y sofás por doquier, nuevamente conquistados por público de todo perfil, también agasajados por bebidas, además de la comida, de toda clase y variedad. Esta vez hay sorpresa: la gente está de pie, mirando a un escenario donde un grupo de música le da caña a las guitarras y al micrófono para volver por unos instantes a una pista de baile con grandes éxitos de ayer y de hoy. La gente canta, participa e interactúa. A falta de tiempo o ganas para acudir a un gran festival, siempre queda la posibilidad de andar pendiente a las redes sociales o llamar al teléfono, y acercarse a 'La Fundición' algún día de concierto. Detrás, las luces destacan la presencia de una amplísima barra para las copas, con marcas de todo tipo para los más exigentes. Si aprieta el hambre y quieren seguir en esta zona, meneándose pero sin la quietud de unr restaurante, eureka: una food truck dispensa hamburguesas, perritos calientes o sándwiches. Que siga el espectáculo...
¿Pero es que nadie va a pensar en los niños? Sí: el restaurante cuenta con un amplio parque de bolas con toboganes, una pequeña cancha de fútbol, piscinas con pelotas de colores y un sinfín de entretenimientos para los más pequeños. Que ellos suden y se cansen, mientras los mayores se refrescan tranquilamente.
'LA FUNDICIÓN' - Av. de Salamanca, 110. Valladolid. Tel: 983 512 785
La selva castellana se extiende en el horizonte. El sol se posa perezosamente sobre la meseta y tiñe de dorado el amplio paisaje desde la terraza del 'Selvático', otro enclave veraniego para lidiar con las altas temperaturas. El cielo pasa de azul brillante a tonos ocres, naranjas, morados y naranjas antes de esconderse hasta el día siguiente tras ofrecer estampas estupendas para tomar algo al final de la tarde o colgar algo en las redes sociales por aquello de la hora dorada, siempre sinónimo de unos cuantos ‘Me gusta’. El emplazamiento se encuentra en una zona de Valladolid desde donde se divisan campos extensos bajo la protección de sombrillas por doquier y mesas colocadas sobre el césped para rebajar calores estivales.
Todo perfil de público acude un tranquilo día de verano para efectuar toda clase de planes. Unos amigos quedan para para charlar y darle un regalo incomparable a la embarazada del grupo: una equipación completa del Real Valladolid de tamaño bebé. Otros niños, más creciditos, juegan al fútbol o al baloncesto o culebrean por columpios o toboganes en un parque colocado estratégicamente para dar alivio a los padres. Los mayores tienen abierta una caseta para pedir las bebidas que les apetezca o adentrarse en la zona restaurante del 'Selvático', con cocina para picoteos, cenas, hamburguesas, raciones o menús más elaborados.
Estas comandas pueden o bien tomarse dentro o bien sacarse a las mesas exteriores para dar cuenta de ellas mientras atardece. El espacio, amplio y abierto, permite que cuando corre el aire se disfrute de esa ventilación imprescindible y que decenas de personas han buscado en esta terraza. Aún queda mucho verano para disfrutar de estas posibilidades de ocio y de supervivencia: se encuentra cerca del pinar de Antequera, muy cotizado por corredores o ciclistas con ganas de un refresco al acabar de ejercitarse.
'SELVÁTICO' - Ctra. de Rueda, 232 BIS. Valladolid. Tel: 663 823 988
Estas cuatro posibilidades son solo unas de las múltiples terrazas accesibles e interesantes en Valladolid y alrededores. Al lado del río Pisuerga, un clásico para el terraceo y el postureo: 'La Pera Limonera', con una amplia oferta de cócteles, bebidas, brunches matinales y almuerzos de todo tipo a 10 minutos andando de la plaza Mayor. Junto a otro río, un poco más lejos de la ciudad, la terraza de Simancas 'La Baruva' (Solete Guía Repsol), al lado del Duero. Sombra, vistas al río y a la Villa de Simancas con su puente romano para cambiar de aires por un día. Este chiringuito y el de 'La Olma', en el cercano Boecillo, pertenecen al grupo de 'La Tarara' y coinciden en sus adornos, cartas y entretenimientos para el cliente. Más en el centro de Valladolid, una recomendación personal: las terrazas al pie de la catedral. Luego que cada cual elija a su gusto.