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Los hermanos Santxotena Campos crecieron entre los fogones del mítico restaurante familiar 'Palacios', en el kilómetro 333 de la Nacional I, donde el aita Xabier y la ama Koro servían angulas y langostas "a paladas", acompañadas de un cava que los paisanos tomaban en porrón. Ahora el precio del alevín de anguila y del crustáceo no están para ofrecer a cascoporro, pero el espumoso se puede seguir degustando en porrones en 'The Bost' (1 Sol Repsol).
"Este restaurante es un homenaje a nuestra familia, pensando para ser familiar, compartir en la mesa raciones lustrosas, como se hacía antiguamente en las casas de comida de toda la vida", asegura Xabi, un chef que presume de su peculiar gorro de cocina al estilo txapela. "Cuando en 2007 dejamos 'El Portalón', donde dimos de comer a lo más granado de la capital vasca, decidimos darle una vuelta al concepto y nos arriesgamos a abrir un pequeño local en el número 5 de la calle Florida. Por eso el nombre de bost (cinco en euskera)", apunta Jon, el hermano que ejerce de jefe de sala (Premio Euskadi de Gastronomía 2014).
'The Bost' se divide en dos locales, comunicados por una amplísima cocina. Por el comedor principal, de madera de iroko, desfilan de martes a sábado –"aquí cerramos domingo y lunes, además de agosto, Semana Santa y Navidad porque queremos disfrutar de nuestras familias y amigos"– contundentes platos de cuchara, como las pochas con almejas o la sopa de pescado a la vasca; ensaladas lustrosas de chipirones frescos, bacalao, perdiz escabechada o de pato con virutas de foie; raciones de croquetas de queso Idiazábal o anchoas mariposa 'sobadas a mano' sobre tomate natural.
"Queremos que nuestra casa tenga un ambiente familiar y distendido. Por eso hemos prescindido de los manteles de tela, que sustituimos por unos de papel. Además, haciendo un juego con el nombre del restaurante y el concepto de compartir, tenemos la opción del bostekos, cinco raciones a compartir donde la quinta es gratis". Es la opción elegida hoy por un nutrido grupo de compañeros de una farmacéutica, donde ha triunfado el foie casero y el lomo de ciervo con salsa agridulce acompañado de compota de manzana e higos.
Las carnes son de ganados de la zona alavesa de Campezo, mientras que la caza es de los montes de Toledo. Los chipirones, la merluza de anzuelo o el bacalao se lo suministran casi a diario de las lonjas de Oiartzun (Guipúzcoa) y Olabeaga (Vizcaya). "Para acompañar, qué mejor que un buen vino. Contamos con, al menos, una referencia de las principales bodegas del país, con un precio tope de 30 euros. De fuera de España es verdad que tenemos poco, salvo algún blanco alemán y un chardonnay francés".
"También cuidamos mucho la parte de la repostería casera. Mi recomendación es el Ramonísimo, un homenaje a un antiguo cliente, Ramón, que pidió a mi padre un postre que no estaba en la carta y al que le preparó uno ex profeso: almendrado de nata, helado de vainilla, descafeinado en polvo, almendra dulce tostada, whisky y cointreau", ofrece Jon, que amplía su dulce propuesta con la tarta de manzana de Xabier –con obleas– y la espuma de arroz con leche y helado de galleta. Todo un capricho que no vas a poder evitar compartir si vas acompañado a 'The Bost'.