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Las mujeres de la gastronomía están empeñadas en dejar de ser invisibles. Ha llegado el momento de aunar fuerzas. Las allí presentes expresaron la voluntad común de desterrar la cantinela de que su ausencia pública se debe a que no hay mujeres. Basta ya, fue una de las conclusiones. Sí, hay mujeres. Puede que su invisibilidad, su ausencia mediática o su anecdótica presencia en congresos gastronómicos, tal y como se habló durante las intervenciones, haya sido habitual hasta ahora. Pero se ha llegado a un punto de no retorno.
"Me chirría que haya gente que siga diciendo que no hay mujeres. Pero aquí ha quedado constancia de que somos muchas, que estamos al mismo nivel que los hombres y que nos hemos puesto en marcha para revertir esta histórica injusticia. Vamos a dejar de ser invisibles", apunta Mª José San Román, chef de 'Monastrell' (1 Sol Repsol) y germen del encuentro.
Lo que en septiembre comenzó como una comida de hermandad en su famoso restaurante en Alicante, se concretó posteriormente en un grupo de whatsapp que en tiempo récord llegó al tope de 250 participantes y que derivó en la reunión en Valencia y en la creación de un blog en el que poder reunir a tantas mujeres del universo gastro con ganas de salir del impuesto ostracismo.
"La unión e ir avanzando en la misma dirección tiene que dar como resultado la visibilidad de las mujeres en gastronomía", como apunta Rebeca Hernández, chef y copropietaria de 'La Berenjena', uno de esos locales siempre llenos en el centro de Madrid. Begoña Rodrigo, de 'La Salita'(1 Sol Repsol) animó a todas sus colegas a no esperar a que otros se movilicen, mientras Silvia García, sumiller y jefa de sala de 'Mugaritz' (3 Soles repsol), llamaba la atención sobre "la invisibilidad de la invisibilidad femenina. Nadie se da cuenta de que somos invisibles, parece normal".
La historiadora, profesora y cocinera Rosa Tovar –autora de nuestras apetecibles recetas– echó mano de la historia para explicar que la organización napoleónica de las cocinas como si fueran ejércitos estaba pasada de moda. La mujer tiene una manera femenina de dirigir diferente, más basada en la inteligencia emocional para que los equipos las sigan con entusiasmo en vez de obedecerlas.
En esta cita inaugural ya se definió una hoja de ruta para ir avanzando. Se pidió a las participantes que consideren su participación en proyectos y congresos en los que no haya una equitativa representación de la mujer. También se creará una red colaborativa para impulsar la marca personal de las mujeres en gastronomía y romper así el techo de cristal.
Todos los hombres que quieran apoyar serán bienvenidos. Iniciativas como No sin mujeres, nacida en junio en el campo de las ciencas sociales, en la que los hombres firmantes se comprometen a no participar en actos de más de dos ponentes en los que no haya ninguna mujer, serían un excelente punto de partida.