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Mesón de Crecente apertura cazuela

‘Mesón de Crecente’ en Crecente (San Pedro de Mera, Lugo)

El cocido gallego que Amancio Ortega fue a comer dos días seguidos

20/10/2024 –

Actualizado: 22/06/2023

Fotografía: Sofía Moro

Un aroma humeante sale por la puerta y te conduce como un autómata al confortable ambiente del ‘Mesón de Crecente’, esta casa de comidas con 100 años a sus espaldas. Todo gira en torno a la cocina de leña, integrada en una enorme mesa de madera maciza, donde oficia Loli Lamas. Ollas y cazuelas de barro con guisos tradicionales de ingredientes de kilómetro cero literal, porque todo se cría y se cultiva ahí mismo, en esta pequeña aldea de San Pedro de Mera, parroquia de Lugo.
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Ante la puerta de entrada lucen exuberantes las berzas o coles gallegas que cada día salen de la tierra y van directas al fuego. Loli Lamas lleva 40 años entre fogones y no para ni un segundo. Esta era la casa de los abuelos de su marido, que luego llevó su suegra y que ahora maneja ella desde hace 25 años. Su cocido gallego tiene fama más allá de la comunidad y quien lo prueba sueña con volver. Como Amancio Ortega, que paró a comer mientras hacía el Camino de Santiago y regresó al día siguiente con ganas de catar los demás platos.

Meson de Crecente
Un cocido con mucho fundamento e ingredientes cultivados y criados en la propia casa.

Aquí no hay carta ni se necesita. Cinco opciones son más que suficientes para enamorar. Pollitos tomateros, que deben su nombre a que nacían en verano y se comían los tomates plantados, en un guiso de cebolla, ajo y perejil, chorrito de coñac, pimentón, vino blanco y una pizca de manteca de cerdo. A Fraga le encantaban -¿cómo no?-, tan tiernos y sabrosos con ese gusto a fuego lento, que te trasladan al hogar de tu infancia, a las abuelas.

Meson de Crecente
El lacón se cuece todas las mañanas y no queda ni rastro al mediodía.

Para abrir boca roxons o chicharrones y chorizo con su punto ahumado, hechos en casa. Absolutamente adictivos. De sus propios cerdos, como todo lo que sale a la mesa, que se sacrifican cada 20 días, un total de 70 al año. Conviene ir despacio porque apenas estamos empezando y las raciones son nutritivas. Sopa y bandejas con patatas, repollo, nabiza, garbanzos y el chorizo con el que se han cocido las verduras, para darle sustancia, con morro, oreja, lacón -que cuece tres horas entero- y espinazo.

Meson de Crecente
Es posible comer en la mesa de la cocina, una experiencia muy recomendable.

“Aquí hacemos los guisos con la misma receta que se hicieron siempre. ¿Para qué vamos a innovar si a la gente le gusta así?”, dice Loli en un tono siempre pausado, a pesar de la actividad que se desarrolla en la cocina en pleno servicio de mediodía. Cuando el comedor comenzó hace un siglo, era punto de encuentro de ganaderos que iban a hacer negocios por esta comarca de Lugo de vacas lecheras, en la que se produce el 40 % de la leche de Galicia. Aún sigue habiendo una clientela muy masculina entre semana, que se mezcla con peregrinos a los que les cuesta levantarse de la mesa después del homenaje y familias o grupos de amigos los fines de semana.

Meson de Crecente
El flan en horno de leña que se cuaja a diario con dos litros de leche de sus vacas y 22 huevos de sus gallinas.

El guiso de gallo de su propio corral es otro de los platos que, junto con la caza, siempre suele estar listo. Esta vez había corzo con horas de lumbre; otras veces conejo de monte. “A 500 metros tenemos la granja con 140 vacas de leche. Con dos litros de leche de nuestras vacas y veintidós huevos de nuestras gallinas hacemos el flan en horno de leña todos los días”. Loli apostilla que es Marta la encargada de preparar esta maravilla de flan, que se porciona tras dos horas de horno y que pone el colofón al festín. Por si fuera poco, probamos el requesón artesano.

Meson de Crecente
Loli, su suegra y el equipo al completo con Lucía Freitas, impulsora de la red ‘Amas da Terra’.

“A ver si alguna de mis dos nueras quiere seguir con el negocio”, piensa en alto Loli, aunque no lo dice con mucha esperanza. Aurelia, la matriarca, la suegra, entra en la cocina y cuenta que no tuvieron luz hasta los años 70. Con los años han ido avanzando y acaban de hacer un comedor con cocina propia para grupos a los que les apetece más intimidad. Nos despedimos seguros de que vamos a volver. Sitios tan auténticos con gente tan amable, ya no se encuentran.

‘MESÓN DE CRECENTE’ - San Pedro de Mera, 4. Tel. 982 17 69 82.

Meson de Crecente
¿Quién puede resistirse al flan y al requesón casero?

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