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De fondo, música reggae. En el horizonte, un atardecer sobre la isla de Ons que tiñe el cielo de naranja y el ambiente de magia. En la mesa, una burguer de autor y una cerveza bien fría o un cóctel de fruta fresca. La compañía y las ganas de disfrutar el momento, las pondrás tú, pero todo lo demás queda de la mano de 'Bico Beach', un chiringuito que afronta su cuarto verano sobre el acantilado de la playa de Pragueira, en Sanxenxo (Pontevedra), convertido en uno de los locales de moda y refugio de locales y veraneantes. Ojo, no podrás reservar.
Cada año abren en Semana Santa y, luego, a partir de mayo y no cierran hasta finales de septiembre, cuando los visitantes dejan Sanxenxo y los locales sucumben al sopor del otoño. Durante cuatro meses, se convierten en local de cabecera para muchos. De esos pocos chiringuitos que pueden presumir de una clientela fiel que regresa año tras año y que, si pasa una semana en la zona, escoge su carta la mitad de su estancia. Muchos llegan en busca de uno de los mejores atardeceres de la zona. Otros, de su ambiente. Y la mayoría se enamoran de su carta.
“Con esencia balinesa y alma gallega”, presumen. Y se muestran orgullosos de la ubicación y del ambiente “relajado y cool”, del “cariño” que le ponen a todo lo que hacen y, sobre todo, de uno de los rasgos que más les diferencian, la comida. “Pensábamos que íbamos a montar un garito y nos salió un restaurante”, uno con carta corta, pero, al mismo tiempo, completa, con la brasa y las hamburguesas como protagonistas, propuestas para vegetarianos y una oferta poco habitual en la zona. Para añadirle atractivo, la cocina abierta permite al cliente presenciar todo el proceso de elaboración.
El menú varía cada verano y en 2024 incluye seis tipos de hamburguesa, dos de nueva incorporación. La que más atrae es la Green Burguer, ideal para vegetarianos o, si renuncian al pan, también apta para veganos. Pakora de coliflor y cebolla con harina de garbanzo y salsa smash, patatas y un sabor auténtico y redondo que triunfa en locales de otras latitudes, pero no suele encontrarse en Galicia.
Las pakoras o fritos de verduras son una comida callejera típica de la India y, hasta donde han podido comprobar en 'Bico Beach', ningún otro local de esta comunidad ofrece esta tipo de hamburguesa vegetariana. Novedad, innovación y resultado de su experiencia personal viajando por el mundo.
Su negocio es estacional, el resto del año se dedican a otros quehaceres y les gusta viajar y probar platos diferentes. Cuando llega el verano, todo se plasma en la carta, muy meditada, “muy nuestra” y resultado de las vivencias de sus dos mitades, Álex Ruiz y Adrián Castiñeiras. Es el chiringuito que a ellos les gustaría visitar como clientes y lo han convertido en un modo de vida “muy gratificante” durante una parte del año.
Cada uno aporta la mitad del alma de este negocio, desde el propio nombre, tan sugerente como pegadizo. Bico, beso en gallego, como un homenaje a la tierra en la que está ubicado y la primera idea que le surgió a Álex. Se puso frente a las imponentes vistas de la isla de Ons, del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, y le recordó al labio superior de la boca. De repente, todo encajó y acababa de bautizar su proyecto.
'Bico Beach' son Álex y Adrián y no se entenderán si ninguno de ellos. Amigos desde que, muy jóvenes, coincidieron en Madrid en la Escuela de Arte Dramático, en su cabeza empezó a fraguarse este sueño durante una estancia en Nueva York. Trabajaban juntos en el restaurante 'Steak Frites', cerca de Chelsea, y “ahí empezamos a soñar con la idea de tener un negocio”, confiesan. Tuvieron que pasar los años y llegar la pandemia para que lo cumpliesen y en el verano de 2020, cuando las restricciones marcaban la hostelería y los planes al aire libre se imponían, abrieron este chiringuito.
La esencia balinesa se la da la decoración y el ambiente, amenizado con música reggae o, cuando cae la noche y llega el fin de semana, programación con DJs. El alma gallega la aporta el paisaje, verde a un lado, mar al otro; la materia prima, de buena calidad y kilómetro cero; y el amor de sus dos propietarios por esta tierra. Adrián es de A Coruña y vive en Madrid; Álex es de Madrid y vive en Sevilla; y cada verano se desplazan para poner en marcha un proyecto de sello personal, que le sale de las entrañas.
Aunque ninguno es de la zona, ambos están enamorados de ella -“es bestial”- y tenían claro que querían que su proyecto naciese aquí. Visitaron el terreno en un día lluvioso, con la parcela llena de hierbas y sin ninguna construcción. “Había que imaginárselo mucho”, confiesan, y no había ni licencia de chiringuito, pero supieron que era su lugar. Y mirar mar adentro y ver la isla de Ons eran toda una garantía. No lo dudaron, sortearon los obstáculos de la pandemia y lo hicieron suyo. Ese es su secreto. “Todo parte de nosotros, cualquier tornillo”.
La carta es resultado de mucho diálogo y de sus experiencias personales. Hay platos que trajeron de su etapa en Nueva York, como su particular versión del churrasco gallego, Bbq Pork ribs, medio costillar asado lentamente a la parrilla durante tres horas, laqueado con salsa barbacoa, miel y Sriracha. Lo acompañan con ensalada coleslaw y completa una carta con seis hamburguesas, tacos de birria, nachos playeros, yuca frita, boniato y arepas rellenas de pollo y queso, esta última, aportación de su cocinera venezolana.
Las seis hamburguesas son, en realidad, cinco más una. Ese añadido es el Brisket Sandwich, un plato que también heredan de la cocina norteamericana, muy típico en Nueva York y que se ha puesto de moda en restaurantes de cocina a la brasa de otras partes de España, pero ellos introducen en Galicia.
Lleva un par de veranos en su carta y tiene un público devoto. El secreto es la carne de base, pero también la elaboración, basada en una cocción prolongada, hora y media por kilo de carne, nueve o diez horas por pieza en la ahumadora con madera de nogal. Sirven 220 gramos de brisket especiado y ahumado, cebolla roja encurtida, mostaza y salsa barbacoa ahumada con pan brioche, pero, ojo, no siempre está disponible porque suelen ponerlo en el menú el sábado y el domingo ya se ha agotado.
Además de la Green Burguer y el Brisket Sandwich, completan la lista de hamburguesas la más clásica que siempre tiene adeptos (180 gramos de Black Angus a la brasa), la Bico Burguer con la que se estrenaron (el secreto está la Black Angus y el queso azul), una de pollo recién incorporada y, sin duda, la estrella de la carta, la Smash, que ellos sirven incluso desde antes de que fuese una imprescindible en los locales de moda. Todas, siempre, con cebolla asada.
Su Smash Burguer es el plato más pedido, junto con los cócteles para hidratarse, y su éxito está, sin duda, en la elaboración en una plancha diseñada ex profeso para ellos, de carbón debajo y rayada de tal forma que el humo se filtra, llega a la carne y le da un toque ahumado tan característico como atrayente para el comensal. El resto de las hamburguesas se preparan en una parrilla normal, pero esta tiene esta cualidad diferencial que hace que los 200 gramos de Black Angus aplastados en dos patties no se olviden fácilmente. Doble de cheddar, doble de bacon, cebolla asada, pepinillo y salsa smash con jalapeño picado y queda un plato rotundo y siempre demandado.
No puede terminar la comida sin un postre casero. Ofrecen en vasitos individuales tarta de queso, tiramisú, tarta Lotus y Key Lime Pie, la estrella de las sobremesas. Esta última propuesta, un postre tradicional de Florida, es otra herencia de su etapa neoyorquina y prepara el paladar para terminar con uno de los deliciosos cócteles de la carta. Mojito, mojito de fresa, piña colada o caipiriña de fresa son las opciones que más salen, todas con fruta fresca y ron blanco de calidad, sin faltar nunca la menta fresca.
No falta la opción sin alcohol para el tardeo o, sobre todo, para alargar la sobremesa nocturna tras la puesta de sol, con smoothies de piña y coco o de mango y naranja. Todo elaborado con mucho cariño y que confirman que, como presumen Álex y Adrián, “este sitio tiene mucha alma” y el cliente lo capta. Por eso vuelven. No falta quien llegue atraído por la fama de uno de sus dos socios, Adrián Castiñeiras, último actor conocido por series como Vivir sin Permiso, Reinas o La Estiba o por películas como Fatum, pero es el sitio el que genera su lista de creyentes y logra que cada año acudan comensales a propósito desde todas las ciudades de Galicia o de Asturias.
Muchos repiten y salen tan enamorados que no dudan en llevarse a casa una de las totebag que venden en el propio local, con el logo diseñado para ellos por “una diseñadora muy top”, Marta González. Tipografía y diseño propios que creen que captan la esencia de este local que, desde fuera, puede parecer una foodtruck (literalmente, lo es, un contenedor), pero para quien lo prueba, se convierte en una experiencia de la que quieren conservar un recuerdo.
'BICO BEACH'. Mirador de Pragueira, PO-308, 178. Sanxenxo, Pontevedra