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Hablar de almuerzo en la Comunidad Valenciana es hablar de un ritual que se repite a diario en los bares de la región. Y no es una comida de mediodía, no. Para ser exactos es un tentempié de media mañana, un desayuno tardío para adultos.
En los templos del almorçaret, como dicen por allí, entre las diez y las once de la mañana se sirven pocos bollos y pocos cafés con leche sino más bien encurtidos, bocadillos de sepia o de longaniza; se tiran cañas y se ponen carajillos.
Los que trabajan, paran media hora, como para el café de media mañana y, los que pueden, se juegan hasta una partida de cartas. El almuerzo se disfruta solo o en compañía, en la barra o acomodado en una mesa. No hay un tiempo mínimo para almorzar, salvo que haya que volver a trabajar. Dura lo que dura, pero eso sí, como muy tarde termina cuando comienza el turno de comidas.
Jávea, además de ser una de las localidades más encantadoras de la costa levantina esconde algunos rincones en los que almorzar se convierte en una epifanía del paladar, una ceremonia en la que los manjares más sabrosos de la Marina Alta se dan cita para alegrar las mañanas de propios y extraños.
Y en este caso hay tres enclaves únicos para entender lo que significa almorzar en Jávea. Se dice por el pueblo que algunos expertos del lugar abordan los tres establecimientos en la misma mañana, y se cuenta que a esa ruta le llaman "la Tríada". De uno en uno o todos del tirón, estos son los tres lugares de culto del almuerzo javiero.
El mercado, uno de los emblemas del centro histórico de Jávea, inaugurado en 1946, alberga en su esquina norte el 'Bar Mercat', una pequeña barra, recientemente ampliada anexando la pescadería contigua, en la que ofician Salvador y sus fieles compañeras de mostrador y trastienda.
De su barra salen seductoras tostas, impecables cocas y suculentas tapas. Es muy habitual coincidir con restauradores de la zona, comerciantes del propio mercado y algún que otro turista despistado que cae allí por casualidad.
La oferta suele ser variada, con tres o cuatro sugerencias del día de entre las que destacan, cuando están disponibles, los garrofós guisados o las pelotas de puchero. Son indispensables las cocas de pisto o cebolla, ligeramente crujientes por fuera y esponjosas por dentro, coronadas con un trozo de sangacho en salazón y acompañadas de un variado de encurtidos.
Otro clásico es la tosta Manolo Segarra –el gran clásico del Mercat– consistente en media barrita de pan con tomate rallado, queso blanco tierno, salazones de atún, anchoa, melva y bacalao e hinojo marino y, para los amantes de la casquería, una tapa de sangre y cebolla (sang amb ceba). Destaca la variedad de cervezas de factura mediterránea, desde la popular Estrella Levante murciana hasta la Turia valenciana o la Xábiga del mismo Jávea.
Ubicado a escasos 200 metros de la Parroquia de Sant Bartomeu 'El Trinquet' es un restaurante con solera en Jávea. Ha pasado por varias manos con constantes altibajos pero desde que en marzo de 2012 Tolo, Johana y Miguel tomaran las riendas, funciona como un reloj y ha vuelto a colocarse entre las mejores opciones informales de Jávea.
Además de ofrecer los que son, posiblemente, los mejores arroces de la localidad y unas tapas perfectamente resueltas en las que destaca la frescura del producto, en 'El Trinquet' puede disfrutarse de unos almuerzos verdaderamente excelsos.
Por encima de todo, destaca el bocadillo de hígado de rape, perfectamente ejecutado a la plancha y culminado con un aliño a base de aceite de oliva y pimentón, un bocado jugoso con profundo sabor a mar cocinado siempre con un producto fresquísimo. Otro imprescindible es el bocadillo de sepia a la plancha donde vuelven a brillar la frescura del producto y la mano de las cocineras. Brillantes también los bocadillos de figatells y de pinchitos.
Si la temporada del año lo permite las alcachofas a la plancha son un clásico ineludible. Un consejo: si encargan un arroz en 'El Trinquet' –que lo harán– no lo hagan por teléfono, acérquense a reservarlo a la hora del almuerzo.
EL TRINQUET - Carrer de l'Escola, 2. Xàbia, Alacant. Tel. 966 46 21 61.
Jose y Marta llegaron a Jávea en 2005 con intención de cambiar de aires. En esos tiempos, el centro del pueblo sufría de un deterioro notable y el comercio y la restauración se habían volcado hacia la franja playera.
Decidieron establecer su negocio en un local prácticamente en ruinas que originalmente fue una farmacia en una callejuela del centro de la localidad. Jose reformó con sus propias manos el local y arrancaron con grandes dificultades.
Después de más de una década de intenso trabajo, en la actualidad son una referencia en el pueblo. Y es que sus tapas de mercado, muy centradas en el producto de temporada, atraen por igual a locales y turistas.
Aunque no es una tasca para almorzar porque abren a media mañana, es el lugar perfecto para culminar la ruta del almuerzo xabiera. De hecho, los sabios glotones dicen que la Tríada no tendría sentido sin el bacalao 'rebozao' y el pulpo seco de 'La Rebotica'.
El primero es un bocado sublime, un rebozado crujiente que cubre un jugosísimo trozo de bacalao en su punto perfecto de sal. El segundo es pura generosidad, un viaje a lo más profundo del mar, pulpo secado al sol y cocinado a la llama en una mezcla intensa de sabor marino y umami.
Después de probar ambas delicias es inevitable salir de 'La Rebotica' con una mesa reservada para probar el resto de la carta.