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Suena a cliché pero a veces es verdad: Iris y Bruno Jordán están viviendo su mejor momento. Acaban de obtener 1 Sol Guía Repsol y triunfaron en el último Madrid Fusión como ganadores del Concurso de la Tapa y finalistas en el Premio al Cocinero Revelación. Sin embargo, poder sacar adelante su proyecto en el lugar que ellos quieren sigue siendo lo más importante para la cocinera y el jefe de sala de ‘Ansils’ (Ansils, Huesca).
Detras de su menú degustación de 22 pases hay todo un estudio sobre la alimentación en Pirineos: “Preguntamos a gente mayor las recetas que comían cuando eran pequeños y se habían perdido casi todas”, cuenta Iris. Así que se embarcaron en el “reto terrible” de armar una propuesta en torno a productos de la montaña: patata, col, lombarda o cebo de cordero. Iris se formó en fogones como los de ‘Lakasa’ (2 Soles Guía Repsol) o ‘Nakeima’ (1 Sol Guía Repsol) y Bruno aterrizó en el mundo del vino desde la fotografía antes de llegar a ser el sumiller que es hoy. Dentro y fuera de la cocina, ambos reinvidican el territorio y la innovación y, siguiendo esta filosofía, comparten con Guía Repsol sus sitios favoritos.
Los hermanos Jordán dudan cuando se les pregunta por algún sitio de desayunar; ellos son más de almuerzo. Pero tras un par de segundos de reflexión salen las verdades: para Iris, la mejor tortilla es la de ‘El Llinadet’ (Las Plazas, 10. Benasque): “Es un bar de nuestro pueblo típico, donde hacen todo casero y está muy bueno”, cuenta la cocinera. Bruno se acuerda de ‘Sabores d’Entonces’ (Oncinellas, 6. Barbastro), Solete Guía Repsol Otoño 2021: “los callos que hay ahí no los cambio por nada, para almorzar es lo mejor que hay, punto”.
“Somos muy fanáticos de ‘La Bodeguita del Somontano' (Cinca, 31. El Grado), donde siempre vamos a celebrar y a comer comida casera”, afirman los jóvenes oscenses. “Siempre lo recomiendo porque es de mis restaurantes favoritos en general del mundo. Guisan y tienen unas manos espectaculares. Son platos y local sin pretensión, pero se come genial”. Se nota el entusiasmo al mencionar uno de sus platos favoritos de esta cocina: pimientos del piquillo rellenos de morcilla.
Tanto Iris como Bruno son fans del trabajo de Luis Fabrés en su pastelería de Benasque. “Tenemos una muy buena pastelería formada en Barcelona. Montó un negocio muy pequeñito en nuestro pueblo y es espectacular, tiene un cruasán de almendras que es increíble”, detalla Iris. ‘Fabrés’ (Las Plazas, 22. Benasque) destaca también por las magdalenas, los bombones recubiertos de almendra o la tarta de chocolate y frambuesa.
“Un chaval de 24 años lleva él solo un restaurante pequeñito en un pueblo también muy pequeño. Cocina y sirve él, normalmente coge a entre 12 y 15 personas y nunca hay menú ni carta escrita”, explica Bruno. Y continúa: “'La Posada de Lalola' (Fuente, 14. Buera) tiene magia, una mirada muy andaluza en el corazón del Somontano”, cuenta sobre un restaurante al que tienes que ir de propio y que está lleno de fotos de la gente que ha pasado por allí. Esa tendencia hacia los vinos de Jerez y el flamenco puede extrañar en una zona como ésta, pero según los Jordán y otros muchos adeptos, al negocio de Bruno Fernández tiene algo especial. Además, también es hotel, para quedarse a dormir después de cenar.
"Es un muy buen lugar para ir en tu día libre, comerte una hamburguesa y tomarte unos cócteles", cuentan de 'El Bombardino' (Huertos. Benasque). Al frente de este lugar cercano y divertido, se encuentra el barman benasqués José Luis Samitie, profesor de cócteles de la Escuela de Hostelería de Guayente y nombre célebre en la coctelería de Aragón: todavía resuena en la memoria de la gente de la zona el día en que preparó un mojito con los mismos litros que metros tiene el Aneto: 3.404.