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Esta hamburguesería, la tercera que Don Oso tiene en la ciudad, abrió en el barrio de Huertas hace cosa de un año, pero la original lleva funcionando la friolera de 43 en la zona de Moncloa (y tiene otra más en Argüelles). La especialidad de la casa es, pues, la hamburguesa, elaborada con carne de ternera 100%. Sólo la hacen de un tipo, así que no tendrás que volverte loco para elegir. Eso sí, puedes añadirle algún extra, como bacon, champiñones o queso.
Los locales de Argüelles y Moncloa abren hasta las 2 de la mañana los viernes y sábados, pero el de Huertas, aunque también cierra el comedor a esa hora, dispone de una ventanilla para llevar, que, de miércoles a domingo, permanece abierta hasta las 7. Si no te apetece una hamburguesa, también preparan sánwiches de jamón y queso, y perritos calientes con queso o bacon.
Calle de la Cruz, 26. Madrid.
En este recorrido bocadillero de la noche madrileña, no podía faltar este lugar, uno de los referentes para un buen bocata desde que abriera sus puertas hace algo más de un año. El espacio tiene estética decadente, con mesas largas, neones y una calavera fucsia pintada en la pared. Sus bocadillos están hechos con pan de masa madre y sabores de toda la vida, así que no faltan el de tortilla francesa o de tortilla de patata; lomo con queso, bacon y pimientos; jamón ibérico; mejillones en escabeche (¡con patatas fritas!) o el mítico pepito de ternera.
"Los embutidos vienen de Salamanca, las hortalizas son siempre frescas y las conservas, de Frinsa, que son buenísimas", apuntan. Con cualquiera, se te hará la boca agua, pero la estrella es el de calamares. ¡Pruébalo! Ah, y no olvides acompañarlo con un porrón de cerveza, vino blanco o tinto. Entre semana, cierran a las 24.00 h., pero los viernes y sábados, están hasta la 1 h.
Calle de la Ballesta, 2. Madrid.
Uno de los bocadillos más clásicos, aquí y allí, de día y de noche, es el perrito caliente. Feltman’s Hot Dog es una cadena española que tiene varios locales en la capital y unos horarios que permiten saciar nuestro apetito hasta altas horas de la noche. Elaboran sus perritos con pan artesanal y salchicha alemana ahumada, que hacen al baño maría y acompañan de muchos otros ingredientes. Al pedir, tienes la posibilidad de decantarte por uno de los seis tipos de hot dog que proponen en su carta o bien personalizarlo, eligiendo los acompañamientos que tú quieras: pepinillos, tomate italiano, jalapeños, bacon, chucrut, chili, guacamole…
Su establecimiento en la mismísima Plaza de Callao, sólo para llevar, abre nada menos que hasta las 7 am los viernes y sábados (los jueves, hasta las 6 am, los miércoles hasta las 2 am, los martes hasta la 1 am, y los lunes y domingos, hasta las 12 de la noche).
Plaza de Callao, 1. Madrid.
"Vamos a entrar aquí, ¡que vais a comer unas zapatillas con las que vais a flipar!", le dice un chico a unos amigos a la entrada de Melo’s. Y es verdad que las zapatillas, como llaman a su famoso bocata en este bar de Lavapiés, son para flipar. Y debe de ser por eso que está siempre hasta la bandera. Nada menos que 37 años lleva preparándolas su dueño leonés, Ramón, con lacón a la plancha y queso gallego fundido entre dos rebanadas de pan de hogaza también gallega. Calentito y riquísimo.
Aunque con una cañita sientan de maravilla, lo suyo, nos dice Ramón, es acompañar las zapatillas -o medias zapatillas- con un ribeiro. Entre semana, puedes pedirlas hasta la 1 h., y los fines de semana, hasta la 1.30 h. Por cierto, no las preparan para llevar, así que te la tienes que comer allí mismo, acodado en la barra o, si tienes suerte, en alguna de sus mesas.
Calle de Ave María, 44. Madrid.
En Huertas, otro de los puntos calientes de la noche capitalina, no viene nada mal saber que contamos con un establecimiento donde poder ir a disfrutar de una torta, es decir, un bocadillo a la mexicana, hasta las 2.30 h. todos los viernes y los sábados (entre semana, hasta las 24.00 h.). Este representante de la auténtica street food de México se prepara al momento, en un pan redondo llamado telera, se hace a la plancha y se sirve caliente.
En la carta del DF Bar, disponen de más de diez variedades, a cual más apetecible: tres quesos; pollo, tomate y cebolla; nopalitos con huevo; carne de cerdo marinada o adobada; mole con pollo y nopal; milanesa, salchicha y jamón york… Además, no faltan alternativas para veganos, como la torta de plátano macho frito o la de nopal.
Calle León, 31. Madrid.
Estratégicamente situado, justo enfrente de la sala Galileo Galilei y en las cercanías de algún que otro colegio mayor, encontramos este espacio, donde se alimentan muchos de los asistentes a los conciertos de dicha sala y otros tantos estudiantes de la zona. Lo suyo son los camperos malagueños. O sea, los bocatas típicos de Málaga. Los hacen con molletes de Antequera (también sin gluten), rellenos de un montón de ingredientes y a la plancha. En su carta, los vemos de jamón york, atún, bacon, pollo o lomo, a los que añaden queso, lechuga, tomate y mayonesa.
Si no te sugiere mucho ninguno de los tipos que proponen, puedes pedirlo tu campero con los ingredientes que te apetezcan, totalmente a tu gusto. Incluso preparan versiones dulces del campero, con confitura de frutas, Nutella o dulce de leche. Abren todos los días hasta la 1 h. y sus precios, dicho sea de paso, también están genial.
Calle Galileo, 81. Madrid.
Uno de los sitios míticos en la noche/madrugada/mañana madrileña para ir a tomar algo de última hora es el bar Iberia. Y no hablamos de un after, nada más lejos de la realidad. Más bien se trata del típico bar de los de toda la vida que, sin embargo, se anima a altas horas porque su horario, todos los días de 6 h. a 2 h., lo convierten en una opción a valorar muy seriamente para llenar la panza cuando el resto de lugares ya ha echado el cierre.
Además de sánwiches y hamburguesas, en su carta no faltan los típicos bocadillos, que preparan de jamón, lomo o chorizo; de calamares, queso, lacón, bacon, tortilla, atún… Si nunca has ido, está en la glorieta de San Bernardo -oficialmente llamada de Ruiz Jiménez- y lo reconocerás porque siempre hay taxis aparcados en la puerta, ya que también es lugar habitual de peregrinación para los taxistas durante la noche. No tiene pérdida.
Glorieta de Ruiz Jiménez, 4. Madrid.